• 08/08/2013 02:00

Hay buenos y malos servidores públicos

La sociedad de la información tiene la costumbre que de las malas prácticas, hace juzgamientos generalizados a partir de las particulari...

La sociedad de la información tiene la costumbre que de las malas prácticas, hace juzgamientos generalizados a partir de las particularidades, es costumbre escuchar: ‘esta institución es corrupta’, ‘todos esos funcionarios son groseros’, ‘las instituciones están siendo controladas por la política’, etc.

Pero es raro el reconocimiento a los buenos servidores públicos, que se dedican con esmero a sacar los trámites con eficiencia, que trabajan horas extras por el sentido de compromiso con el Estado. Pareciera que hay más espacio y tiempo para señalar lo negativo, que enaltecer a los servidores públicos incansables.

Incluso son tan raros esos momentos de reconocimiento a los miles de panameños que dejan parte de su vida en las instituciones públicas, que hacen eventos esporádicos. Cuando debería ser todo lo contrario, el día a día debería ser enaltecer las buenas prácticas, para que el hecho de ser eficiente, transparente y con un sentido de compromiso sea parte del imaginario colectivo de los funcionarios.

Detrás de esto hay un problema, o como se diría en la jerga sociológica, un efecto latente no deseado. Ese funcionario que se esmera, que se esfuerza, por dar lo mejor de sí, se pasa recibiendo señalamientos constantes negativos por parte de la sociedad de la información, que puede desmoralizar a ese funcionario que hace la diferencia.

Es correcto y necesario señalar las malas prácticas de los funcionarios, para que estas sean castigadas y las mismas no pasen desapercibidas, pero cuando la lógica es priorizar las malas acciones de unos pocos, el resultado es el juzgamiento social de esa institución por el mal desempeño de algunos.

Como sociedad debemos buscar el equilibrio, y hacer un reconocimiento a esos funcionarios que dejan toda una vida en las Instituciones del Estado, que buscan hacer lo mejor, que buscan la eficiencia y la calidad en su trabajo.

Las instituciones sufren las consecuencias, a pesar de tomar correctivos y que se sancionen los malos funcionarios, el efecto negativo en la opinión pública perdura.

Como sociedad debemos cuidar la institucionalidad de las estructuras del Estado, y esto implica no solo señalar a los malos funcionarios, si no también resaltar a los servidores públicos comprometidos con Panamá.

*PROFESOR UNIVERSITARIO, UNACHI; DIRECTOR DE DESARROLLO ORGANIZACIONAL DEL MINISTERIO PÚBLICO.

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