• 11/01/2014 01:00

¿Ocaso o reforzamiento de las clases sociales?

E s interesante el modo sutil en que ciertos conceptos se mantienen vigentes y cómo, de tiempo en tiempo, reaparecen según las convenien...

E s interesante el modo sutil en que ciertos conceptos se mantienen vigentes y cómo, de tiempo en tiempo, reaparecen según las conveniencias del momento. Llama la atención cómo hoy en nuestro medio renace el tema de las ‘clases sociales’ desde las más disímiles vocerías. Por ejemplo, una emisora de radio local advierte en su publicidad que ‘su anuncio lo escucharán personas de la clase media y alta’.

El político y ex magistrado de la Corte Suprema, Alberto Cigarruista, recientemente en una entrevista televisada aludía a la dimensión de clase social y señalaba que la clase trabajadora, el hombre pobre, saldrá a defender las elecciones.

Para abordar desapasionadamente este tema apasionante, ayuda partir precisando que la idea de clase social no es una creación del marxismo, como reduccionistamente algunos plantean. Si bien el marxismo analizó de las clases sociales desde las relaciones sociales de producción, la noción de clases sociales tiene orígenes históricos. Ya en la antigua Grecia, Aristóteles dividía a la sociedad en esclavos y hombres libres y en la Política dividía a los ciudadanos en pobres, clase media y ricos. Desde entonces, el concepto de clase social se ha analizado extensivamente desde la Sociología y la Economía.

La idea de clase social se basa en la subdivisión de la población en un cierto número de grupos distintos, en términos principalmente de recompensas materiales. La clase social es una forma de estratificación social, según distintos criterios, que incluyen usualmente aspectos de acceso al ingreso y al consumo de bienes, servicios y al patrimonio. La noción de clase social ha dado paso a otras como movilidad intergeneracional, intereses y conciencia de clase, entre otras.

Existen tantos esquemas clasificatorios de las clases sociales como autores han abordado el tema. La clasificación marxista distingue entre una clase propietaria de los medios de producción y la fuerza productiva que asume una función de clase explotada. Las clases no se definen tanto por su ubicación en la estructura productiva, como por su lucha respecto a las demás, originando la lucha de clases. Otras clasificaciones se basan en enfoques ocupacionales y reconocen categorías que incluyen una clase elite, una clase de servicios (profesionales, administradores, funcionarios de nivel superior); la clase intermedia (empleados ejecutivos, pequeños empresarios y trabajadores autónomos, técnicos) y la clase trabajadora (trabajadores manuales, agrícolas e industriales).

Un rasgo propio de la clase social es que ella lleva implícito un mecanismo de transmisibilidad intergeneracional. Por eso se habla de pobreza intergeneracional. Abordar cómo la educación, el trabajo y las políticas de descentralización pueden incidir positivamente en romper la transmisión de pobreza y no que actúen como mecanismos de reproducción de las desigualdades sociales, son temas obligados de política pública.

Más allá de sesgos ideológicos, la noción de clase social es una noción vigente que está presente en los análisis de instituciones financieras, agencias y centros de investigación. Antes que generar suspicacia en torno a las clases sociales, los esfuerzos públicos y privados deberían orientarse a aspectos del desarrollo asociados a la estratificación social, como la promoción de una sociedad equitativa, analizar el proceso de descampenización del agro o los impactos sociales del ciclo económico expansivo que vivimos en Panamá.

Abordar estos temas con seriedad debería ser la tónica de la actual campaña electoral. Pero es más fácil descender a las bajuras de la compra de votos, las descalificaciones y los pases de factura. Apelar a la ‘clase pobre’ prometiéndole cambios y mejores días, invocando a Dios y usando un supuesto argot popular no surtirá efecto siempre. Con los discursos de tanques de gas y jamones es posible que se pospongan, pero no que se eviten indefinidamente las discusiones de fondo. ‘Los políticos le hemos venido fallando al país’, dijo el exmagistrado antes citado en su entrevista, y en este tema tiene toda la razón.

ABOGADA.

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