Cambio climático frena el cumplimiento de los ODS

En septiembre de 2015 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) anunció la implementación de una serie de metas globales, que la sociedad debe alcanzar para generar un desarrollo sostenible.

Estas metas se consolidaron en 17 objetivos que debían procurar alcanzarse para 2030, pero a mediados de 2023 están lejos de conseguirse, pues solo el 15% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), relacionados con el clima, está “avanzando adecuadamente”, según el último informe de Unidos en la Ciencia, que la ONU compartió esta semana.

En concreto, 8 de los 17 objetivos se ven frenados por el avance del cambio climático, entre ellos: el hambre cero (ODS 2), bienestar y salud (ODS 3) y el agua limpia y saneamiento (ODS 6).

“El año 2023 nos ha demostrado con total claridad que el cambio climático ya está aquí”, plantea António Guterres, secretario general de la ONU, quien cataloga los esfuerzos globales para la consecución de estos objetivos como “insuficientes”.

“A medio camino de la fecha límite de 2030 en la que deberían alcanzarse los ODS, [pero] el mundo está lamentablemente mal encaminado”, lamentó.

Este sentir es compartido por Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma). “La ciencia sigue evidenciando que no estamos haciendo lo suficiente para reducir las emisiones y cumplir los objetivos del Acuerdo de París (...) debemos ser más ambiciosos y activos, y todos debemos trabajar de verdad para transformar nuestras economías a través de una transición justa hacia un futuro sostenible para las personas y el planeta”, aseguró.

Sobre el objetivo hambre cero, el informe señala que aunque se han realizado avances en la erradicación del hambre, 670 millones de personas podrían pasar hambre en 2030, por el impacto de los “fenómenos meteorológicos extremos” que alteran los pilares de la seguridad alimentaria (acceso, disponibilidad, utilización y estabilidad).

En cuanto a salud y bienestar: el avance de la contaminación atmosférica es una de las principales amenazas a la salud de las personas que viven en entornos urbanos. “Se prevé que el cambio climático y los fenómenos extremos aumenten significativamente, hasta 2030”, puntualiza el documento.

En concreto, la OMM y la Organización Mundial de la Salud estiman que esta contaminación se asocia a casi 7 millones de muertes prematuras, por año.

Las capacidades de monitoreo hidrológico son “inadecuadas y están en retroceso”, lo que se suma al aumento de las sequías e inundaciones que dificultan cumplir con el objetivo agua limpia en el 60% de los países.

El cambio climático modifica la capacidad de los suministros de energía y aumenta la demanda de este recurso, haciendo de la transición energética algo más imprevisible y potencialmente más costoso, lo que frena cumplir con el objetivo energía asequible y no contaminante.

“Los retos siguen siendo la calidad desigual o baja de los datos y la disponibilidad y asequibilidad limitadas de datos y servicios”, detalla el escrito.

Sobre la meta ciudades y comunidades sostenibles, el informe señala que el 70% de los gases de efecto invernadero proviene de las grandes ciudades. “Estas grandes urbes son vulnerables a la subida del nivel del mar y las mareas de tempestad, las olas de calor, las precipitaciones extremas y las inundaciones, la sequía y la escasez de agua, y la contaminación atmosférica”, analiza el documento.

El cambio climático ha provocado grandes impactos generalizados en la atmósfera, los océanos y la biosfera, lo que amenaza con revertir los avances logrados.

La intervención de la actividad humana y los efectos del clima continúan amenazando la preservación de los ecosistemas marinos, los cuales son fundamentales para garantizar la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia, señala el informe.

“La mitad de los países afirman no disponer de sistemas de alerta temprana de peligros múltiples y, cuando sí cuentan con ellos, su cobertura adolece de notables carencias”, alega la información.