A la caza de los fugitivos

PANAMÁ. El 10 de marzo de 2009 cuando apenas comenzaba la mañana, el crimen sacudió la tranquilidad de los panameños.

PANAMÁ. El 10 de marzo de 2009 cuando apenas comenzaba la mañana, el crimen sacudió la tranquilidad de los panameños.

Eran las 7:30 a.m. cuando cuatro agentes de la empresa “Transporte Blindados” se disponían a trasladar el dinero de la Lotería Nacional de Beneficencia hacia el Banco Nacional. En la calle 31 entre las avenidas Cuba y Perú no solo transitaban los empleados del blindado, a pocos metros cinco malhechores buscaban la manera de concretar el plan: robarse el dinero.

En el intento de robarse el botín, los delincuentes se enfrentaron con los empleados del blindado y ambos bandos desataron un tiroteo que terminó en tragedia. El que fuera director del Instituto Nacional de Cultura, Anel Omar Rodríguez, quien se despedía de una delegación cubana y el agente de seguridad Samuel Monrroy fallecieron tras el hecho.

Enseguida, el lugar fue abarrotado por familiares y conocidos de las víctimas, pero también del personal de la Dirección de Investigación Judicial (DIJ), quienes en conjunto a la Policía Nacional se lanzaron a la búsqueda de los autores del doble homicidio e intento de robo. La pesquisa tuvo efectos y capturaron sospechosos, pero Guillermo Bula Pérez, Euri Maxdiel Ceballos y Luis Hernán Santamaría lograron evadir la captura.

Todos con condenas y casos pendientes de robos anteriores por lo que la PN y la DIJ encontraron características para agregarlos a la lista de los más buscados de Panamá.

LA LISTA DE APOYO

Del clan implicado en el asesinato de Rodríguez y Monrroy solo ha caído Euri Maxdiel. El 4 de enero de este año las autoridades dieron con él en el Puente de las Américas mientras desarrollaban el operativo “Escudo”.

En este caso pasó poco menos de un año para capturar al delincuente, sin embargo otros fugitivos han burlado la lista de más buscados, a las autoridades y hasta a los ciudadanos.

El jefe de captura y localización de la DIJ, Ignacio Taylor la califica como una lista de apoyo que día tras días es revisada para atrapar a los que forman parte de ésta.

El listado solo cambia por dos motivos, la muerte de los solicitados o la captura de ellos y no llega a una cantidad exacta “en la lista pueden estar 10 ó 20”, dice.

La lista se utiliza a lo interno de la PN y la DIJ. Se difunde en toda la Policía donde los uniformados organizan la búsqueda solo cuando surge información mientras que en la DIJ buscan constantemente datos sobre los involucrados.

En la actualidad, 60 personas figuran en el listado, todos considerados como los más peligrosos delincuentes del país. Las autoridades los buscan por homicidios, robos a bancos, tráfico de droga y hasta estafa.

Aunque no existe un período de tiempo específico para atrapar a los prófugos mencionados en la lista, Taylor dice que se han dado casos en que son capturados en poco tiempo y en otros han pasado años. En otros casos han sido capturados en el extranjero. Menciona como ejemplo a un hombre que se le buscaba por la muerte de un funcionario de la PN desde 1994 y que apareció hace poco en España.

El capitán atribuye este tipo de capturas a que los delincuentes creen que por el pasar del tiempo, las autoridades se olvidan de buscarlos.

DE CARÁCTER CONFIDENCIAL

Taylor sostiene que actualmente la lista de los más buscados es de carácter confidencial. ¿Por qué?, responde a la pregunta con esta frase: “así como hay gente buena, hay gente mala”.

Explica que se puede dar el caso de personas vinculadas a los prófugos que buscan el documento para dar aviso de la investigación a los delincuentes y así entorpecer la labor de la sección de captura, porque les ayudan a esconderse y a seguir huyendo.

Para el ex comisionado de la Policía, Francisco Justiniani, la lista de los más buscados debe ser abierta al público. Justiniani sustenta que aunque este listado no tiene una efectividad muy alta, por tratarse de un sistema tan utilizado debe estar en contacto de la comunidad y así promover la denuncia de los prófugos.

“Lo positivo de publicar la lista es el efecto sicológico que pueda causar en las personas que allí se mencionan, ellos deben sentirse perseguidos y acosados”.

El ex comisionado además insta a actualizar los datos porque las personas requeridas por la justicia pueden cambiar su aspecto o imagen. “La lista por sí sola no tienen una efectividad”, comenta. Para él en el procedimiento de búsqueda de los criminales más peligrosos del país hay un detalle más importante y es el equipo que se une en la tarea. “Que no haya equipos para la búsqueda del caso del momento sino equipos de búsqueda permanente, no solo cuando hay fugas de las cárceles”.

El capitán Taylor asegura que su equipo trabaja “día a día y noche a noche”. A pesar de que la lista permance confidencial, Taylor exhorta a la ciudadanía a denunciar a los sospechosos de delitos. De cualquier modo él califica la búsqueda como una carrera de “resistencia y no de velocidad”. “Siempre caen”, finaliza.

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