Estado de emergencia nacional en Panamá. Yo me quedo en casa

Actualizado
  • 20/03/2020 06:00
Creado
  • 20/03/2020 06:00
El pasado 13 de marzo de 2020, “el Consejo de Gabinete aprobó una resolución que declara estado de emergencia nacional en Panamá, luego de que la Organización Mundial de Salud (OMS) declaró como pandemia el nuevo coronavirus”.

El pasado 13 de marzo de 2020, “el Consejo de Gabinete aprobó una resolución que declara estado de emergencia nacional en Panamá, luego de que la Organización Mundial de Salud (OMS) declaró como pandemia el nuevo coronavirus”. Pero ¿qué significa?, ¿a quiénes involucra?, ¿por qué lo hacen? y sobre todo, ¿qué debo hacer como ciudadano?

Me parece importante resaltar que la palabra emergencia ha tenido un uso habitual y quizá por ello la sociedad no le ha dado la importancia suficiente como para dejar de juzgar las decisiones gubernamentales y asumir que no es momento de buscar culpables, sino de tomar responsabilidad de nuestros actos para afrontar esta situación.

Un estado de emergencia significa que las actividades comunes y cotidianas, hoy dejaron de serlo. Significa que el día a día es remplazado por las directrices que dan las autoridades y que cada uno de los ciudadanos debe actuar en consecuencia. No son vacaciones, no es tiempo libre, no es receso, no es tiempo de compras; por el contrario, es un estado de alerta permanente, de responsabilidad social, de comunidad, de sociedad en el más estricto sentido.

Es momento de reorganizar nuestra rutina diaria, de hacer listas de cosas que requerimos para nuestro sustento, sin comprar de más, de volver a valorar lo que es importante, lo que es necesario, lo que es fundamental. De minimizar los riesgos. Es momento de hablar del tema, en familia, para exponer cómo nos sentimos y cómo podemos aportar para mejorar la situación.

Cada uno de los ciudadanos, sin importar sexo, edad, raza, escolaridad o nacionalidad, debe permanecer enterado de las directrices oficiales y acatar las medidas sanitarias para trabajar todos juntos para un solo fin, que en este momento es preservar la salud y con ello la vida de todos los que nos encontramos en la república de Panamá.

Cuando se decreta estado de emergencia, se alude a aquello que se ha salido de control en todo el país y por ello debemos estar más receptivos. Panamá ya vivió un estado de emergencia en 1989. Otros países han enfrentado emergencias sanitarias como la República Democrática del Congo, que en 1976 sufrió, por primera vez, un brote de ébola; en 1996, Estados Unidos de América y Gran Bretaña se ven afectados por el virus de las vacas locas; en 1997, la gripe aviar enferma a ciudadanos de Corea del Sur; en 2002, el SARS tiene un brote viral en China; la gripe porcina o gripe española, en 1918, afectó a varios países de Europa, y en 2009, una de sus variantes se instaló en México y, posteriormente el MERS surgió en 2012, en Arabia Saudita.

Hoy las circunstancias son distintas porque estamos frente a una pandemia, pero igual es un estado de emergencia.

Hoy, hay miedo, desinformación e incertidumbre, sin embargo, en esta emergencia también contamos con la terrible, pero importante, experiencia de China e Italia, además, tenemos información confiable que se actualiza cada tarde con decretos que especifican las decisiones tomadas, y en términos generales solo se está pidiendo que todos nos quedemos en casa, seamos más eficientes con el lavado de manos, que cada uno de nosotros haga consciencia de que la sociedad somos todos, cada uno de los que compartimos esta tierra, que necesitamos unir fuerzas para evitar la propagación del coronavirus.

Se nos pide que trabajemos desde casa y asumir nuestras responsabilidades diarias, cualquiera que sea nuestra función en la sociedad; como hijos, hermanos, padres, tíos, abuelos, estudiantes, docentes, trabajadores o empleadores. Hagamos un pacto social que redunde en nuestra salud. Seamos congruentes entre lo que decimos y hacemos, trabajemos juntos para salir con vida de este brote infeccioso.

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