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Entre redes, rumores y desconfianza: cómo se informan los panameños en la era digital

- 10/10/2025 00:00
En una época en la que la información circula a la velocidad de un clic, los panameños se informan más por el celular que por cualquier otro medio. Así lo refleja el Estudio sobre las libertades de expresión y de prensa en Panamá, elaborado por el Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (CIEPS) y promovido por la Fundación Fórum de Periodistas por las Libertades de Información y Expresión con la financiación de la Unión Europea, que analiza cómo la ciudadanía percibe, consume y evalúa la información en un contexto de cambios tecnológicos, culturales y sociales.
De acuerdo con la encuesta nacional aplicada a 1,230 personas, el 81% accede a las noticias desde su teléfono móvil, mientras que solo el 14% lo hace por computadora y un 5% por tableta. En ese nuevo ecosistema informativo, las redes sociales dominan la escena: Instagram (73%) y WhatsApp (70%) son las plataformas preferidas para seguir la actualidad, seguidas por TikTok (50%) y Facebook (48%).
Los medios tradicionales mantienen presencia —los noticieros de televisión aún son consultados por el 66% y los de radio por el 44%—, pero enfrentan un desplazamiento gradual de las audiencias hacia el entorno digital. Solo el 7% de los encuestados visita directamente las páginas web de los medios, lo que sugiere una dependencia creciente de los algoritmos y de los contenidos compartidos en redes, donde la verificación es más difícil y las emociones tienden a imponerse sobre los hechos.
El auge de los medios digitales ha ampliado el acceso a la información, pero también ha abierto la puerta a la desinformación. Según el estudio, cuatro de cada cinco panameños dicen haber consumido información falsa y sienten temor de no poder distinguirla de la verdadera. La preocupación es tal que dos tercios de la población estaría dispuesta a aceptar cierto control sobre los contenidos falsos, incluso si eso limitara la libertad de expresión.
Los investigadores Raisa Urribarri y Jon Subinas advierten que esta tendencia refleja una paradoja: una ciudadanía que valora la libertad, pero que ante el exceso informativo y la manipulación en redes, busca seguridad antes que libertad absoluta. La encuesta muestra, además, que el 44% de los panameños declara tener poco o ningún interés en los asuntos públicos, sobre todo entre los jóvenes de 18 a 30 años, las personas sin estudios universitarios y los sectores de menores ingresos.
Esa desconexión informativa preocupa. La población joven —más presente en Instagram y TikTok— accede a contenidos que mezclan noticias, entretenimiento y opinión, lo que diluye la frontera entre la información verificada y el contenido viral. En palabras de los autores, el país enfrenta un desafío educativo y cultural: formar ciudadanos capaces de analizar críticamente lo que leen, comparten o comentan.
Para los docentes de periodismo consultados, la alfabetización digital y mediática es hoy una prioridad nacional. No se trata solo de enseñar a usar la tecnología, sino de comprender cómo funcionan los mecanismos de influencia, la propaganda y los discursos de odio que pueden proliferar en los entornos digitales. “La libertad de expresión no está en riesgo solo por la censura, sino también por la desinformación”, concluyen los investigadores.
El estudio del CIEPS explora cómo los panameños valoran la calidad y la independencia de los medios. La mayoría califica la información que recibe como “regular”, independientemente del canal, y solo una de cada cinco personas considera buena la información que ve o escucha en radio y televisión.
En contraste, las redes sociales y aplicaciones de mensajería son las peor valoradas: el 80.9% califica su información entre regular y mala. Los actores mediáticos que generan mayor confianza son los científicos (38%), seguidos por voceros religiosos (29%) y miembros de la fuerza pública (26%). Los periodistas aparecen en cuarto lugar (22%), mientras que los políticos y voceros gubernamentales inspiran el menor nivel de credibilidad, con apenas 5% y 8%, respectivamente.
Sin embargo, lejos de presentar un panorama adverso, el informe invita a reflexionar sobre la necesidad de reconstruir la confianza en los medios. Los investigadores destacan que el reto del periodismo actual no es solo sobrevivir en un entorno digital fragmentado, sino reconectar con sus audiencias y adaptar su función social a los nuevos hábitos de consumo.
En los grupos focales realizados con periodistas de la capital y del interior, muchos coincidieron en que la precariedad laboral, la presión por la inmediatez y la competencia con influencers dificultan la producción de contenidos profundos. No obstante, también expresaron una convicción ética compartida: el periodismo sigue siendo esencial para garantizar el acceso a información de calidad y fortalecer la vida democrática.
El diagnóstico del CIEPS no busca señalar culpables, sino comprender una transformación cultural: los panameños están más conectados, pero no necesariamente mejor informados. La abundancia de datos no siempre se traduce en conocimiento, y la democratización del acceso no garantiza pluralismo.
El estudio concluye con una recomendación clara: es indispensable promover la educación mediática, la ética periodística y el pensamiento crítico, especialmente entre las nuevas generaciones. En un país donde el 56% de la población dice interesarse en los temas públicos, pero la mitad se siente abrumada por la cantidad de noticias o duda de su veracidad, el reto no es solo proteger la libertad de expresión, sino aprender a ejercerla con responsabilidad y discernimiento.