El despertar de las amazonas y la equidad en la política

Actualizado
  • 05/07/2019 02:00
Creado
  • 05/07/2019 02:00
En las elecciones del pasado 5 de mayo de 2019, de 861 cargos de elección popular 485 mujeres resultaron ganadoras, entre principales y suplentes. El Padrón Electoral Final de 2019 registró 2,757, 823 electores (1,385,076 mujeres y 1,372,747 hombres)

La Asamblea Constituyente de 1945 fue memorable por muchas razones, incluyendo los cambios realizados a la Constitución Nacional, introducidos por la primera diputada nacional, Esther Neira de Calvo, y que promovían la protección a la maternidad, la infancia y al trabajo de la mujer y los menores.

Esther ganó el escaño con perseverancia. En 1922 había ocupado una vicepresidencia en el Congreso Feminista de Baltimore (EE.UU.); en marzo de 1923 fundó la Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer, organismo que defendía los derechos de las féminas.

Un artículo de Yolanda Marco Serra, publicado en la revista Vivencias Electorales del Tribunal Electoral, reseña que esta incansable mujer fue delegada, en 1925, a la Segunda Conferencia Panamericana de Mujeres, organizada por la Liga Nacional de Mujeres Votantes de los Estados Unidos, en Washington.

En 1926 fue nombrada presidenta y organizadora del Congreso Interamericano de Mujeres. El evento se hizo paralelamente al Congreso Bolivariano de 1926. ‘Vivencias Electorales' recoge que cuando se reconocieron los plenos derechos de la mujer en Panamá, en las elecciones de la Asamblea Constituyente de 1945, ella fundó la Liga Patriótica Femenina.

Con el apoyo y patrocinio de varios partidos políticos fue elegida diputada nacional. Ella y Gumersinda Páez (una extraordinaria dama) se convirtieron en las dos primeras diputadas panameñas.

Antecedentes

Esther Neira nació en Penonomé, Coclé, el 1 de mayo de 1890. Era hija de Rafael Neira Ayala, abogado y miembro de la primera Asamblea Constituyente de 1904, y de Julia Lafargue de Neira.

Estudió literatura en Bruselas, Bélgica; pedagogía y psicología en Estados Unidos. Fue profesora por muchos años en la Escuela Normal de Institutoras y directora del Liceo de Señoritas. Se casó con Raúl J. Calvo, padre de su hija Gloriela. Enviudó en 1953. Representó a Panamá en importantes organismos internacionales. Murió el 24 de marzo de 1978 en Washington, a los 87 años.

A ella le tocó abrir los pesados portones de la participación política, actividad controlada tradicionalmente por hombres. Su vida ha sido compendiada para que las nuevas generaciones conozcan sus desvelos por exigir equidad y respeto a los derechos de las mujeres.

El modelo de lucha de Esther se mantiene vivo. En las elecciones del pasado 5 de mayo de 2019, de 861 cargos de elección popular 485 mujeres resultaron ganadoras, entre principales y suplentes.

Potencial político femenino

El Padrón Electoral Final (PEF) de 2019 registró 2,757, 823 electores (1,385,076 mujeres y 1,372,747 hombres). Hay 1,424,515 afiliados a partidos políticos (723,832 hombres y 700,683 mujeres). Los no afiliados suman 1,333,308 (684,393 mujeres y 648,915 hombres); los jóvenes que votaron por primera vez son 56,062 (28,115 hombres y 27,947 mujeres); electores con discapacidad, 29,644 (15,310 mujeres, 14,334 hombres); votantes panameños en el extranjero, 7,725 (4,337 mujeres y 3,388 hombres); y ciudadanos excluidos del Padrón Electoral, 52,685 (27,549 mujeres y 25,136 hombres).

Analicemos la evolución de las postulaciones de mujeres a los distintos cargos de elección popular en las últimas tres elecciones:

En el 2009 se postularon 3,212 hombres (84%) y 613 mujeres (16.00%), mientras que en el 2014 el número de hombres que aspiraron al cargo alcanzó los 3,758 hombres (85.0%), con 665 mujeres (15.0%).

En el 2019 participaron en la contienda 4, 877 hombres (83.2%) y 988 mujeres (16.8%). La ley electoral establece una paridad de 50% para hombres y mujeres en las candidaturas a cargos de elección popular, exceptuando la candidatura presidencial, debido a que el principal escoge a su compañero de nómina.

Cuando un partido decide postular por nóminas completas —principal y suplente— los integrantes de cada nómina deben ser de géneros diferentes.

Triunfo y compromiso

En la Asamblea Nacional, de 71 curules para diputado, 14 fueron obtenidos por mujeres: Mayín Correa, Ana Giselle Rosas, Yesenia Rodríguez, Kaira Harding, Dalia Bernal, Zulay Rodríguez, Yanibel Ábrego, Lilia Batista, Itzi Atencio, Corina Cano, Alina González, Génesis Arjona, Cenobia Vargas y Petita Ayarza.

Mientras de los 81 puestos de alcalde, 12 mujeres ganaron de principales y 34 de suplentes. Las nuevas alcaldesas son Yessica Romero, Paula González, Eneida Mendoza, Jesenka Espinosa, Vielka Gálvez, Nadine González, Magalys Ricord, María Elena Sánchez, Felicia Gallego, Nicolasa Jiménez, Inés Carpintero y Rosalía Ellis Santo. Estas cuatro últimas pertenecen a la comarca indígena Ngäbe Buglé y tienen suplentes mujeres.

De los 679 cargos de representantes de corregimiento, 70 damas fueron proclamadas ganadoras como principal y 309 como suplentes. Como concejal ganaron dos mujeres y tres suplentes. Al Parlamento Centroamericano (Parlacen) irán cinco diputadas principales y seis suplentes.

Lucha generacional

Juana Herrera Araúz, presidenta del Foro Nacional de Mujeres de Partidos Políticos -organizado en 1993-, admite que en el pasado torneo electoral hubo avances: ‘Creo importante mencionar que a pesar de que el número de electas no llega al 30% sí se logró la incidencia suficiente para aumentar el número de mujeres en el gabinete, viceministras y otras entidades. Seguiremos buscando ese 50% de participación en los puestos de elección y de mandos y jurisdicción, porque es un tema de derechos humanos, social y económico'.

Señala que la mitad del Padrón Electoral son mujeres; los activistas de los candidatos son mayoritariamente mujeres. ‘La capacitación tiene que ser un proceso continuo que sensibilice, forme y estimule a las mujeres a que continúen su vida política, enfatizando en la conciencia ciudadana'.

En tanto, Dora Rivas Obando, educadora jubilada de 80 años, considera que la participación de la mujer en política no es un asunto de cantidad sino de calidad. ‘Es preferible 5 mujeres capaces y responsables, como Esther Neira de Calvo, que 100 ineptas y mediocres'.

La abogada Esmeralda de Troitiño, exmagistrada de la Corte Suprema de Justicia y presidenta de la junta directiva de la Comisión Interamericana de Derechos humanos (CIDH), recuerda que la lucha de las mujeres es generacional, llevada con visión y conciencia de ciudadanía plena en el reclamo de espacios de participación en la ‘construcción del progreso y desarrollo de los pueblos y naciones'.

‘Hoy reconocemos los avances que en esta lucha se han alcanzado. La mujer panameña se encuentra en disposición de superar obstáculos para acceder a estos espacios. Sabemos que se requerirá de grandes esfuerzos para el camino que aún falta por recorrer', afirmó.

Mariela Sagel, escritora, columnista de opinión y exministra de Gobierno y Justicia durante la administración de Ernesto Pérez Balladares, considera que la sociedad panameña sigue siendo ‘misógena y machista' y eso demuestra la baja participación que tienen las mujeres en posiciones de liderazgo político.

‘Algunas de nuestras congéneres que han llegado a posiciones de poder político nos han dejado en feo, porque confunden su rol como figuras públicas y deslucen la posición que ocupan, enfrentándose en forma vulgar y soez con otras compañeras y hasta con sus colegas hombres', señaló Sagel en una entrevista concedida a la revista Mundo Electoral.

‘Al final, así como no creo en las cuotas o porcentajes de género que tanto pelean las feministas, sí creo que las mujeres podemos hacer las cosas mejor, en conjunto con los hombres. El asunto es asumir, dar la batalla, y dar lo mejor de cada una, de acuerdo con nuestras capacidades, sin conflictos y guardando la discreción que debe acompañar a una verdadera dama'.

Cerramos con un pensamiento de Golda Meir, primera mujer ministra de Israel (1969): ‘No sé si las mujeres son mejores que los hombres, pero seguro no son peores'.

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