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- 18/01/2015 01:00
‘Todavía no puedo comentar nada, ni bueno ni malo, porque estamos esperando que salgan las nuevas licitaciones de la Caja del Seguro Social (CSS), comenta un directivo de Inversiones Tagore, S.A., una empresa que vende medicamentos y que ha participado de varias licitaciones de la CSS.
Aunque todavía no puede emitir comentarios, el directivo de Tagore indica que, ‘viendo cómo está actuando el actual gobierno, veo muy difícil que los maleantes intenten hacer, nuevamente, las mismas trampas’.
El 24 de noviembre de 2014, este mismo directivo de Inversiones Tagore S.A. contó a este diario todos los impedimentos que su empresa ha venido enfrentando para poder ofertar y ganar licitaciones del Seguro Social.
Cuenta la nota que, como parte de la planificación anual que tiene la CSS, en septiembre de 2013 se licitaron 60 fármacos que se utilizarían durante el 2014. De esos 60 productos licitados, ‘a siete de estos medicamentos, recetados para pacientes crónicos, se les terminaba el periodo de patente. Esto significa que competirían en precios con los productos genéricos’.
Estos siete fármacos cuyas patentes vencían, fueron adjudicados a representantes genéricos. De esos siete, dos eran distribuidos por Inversiones Tagore, S.A. Aunque habían ganado la licitación, la CSS no adjudicó los siete renglones, con el argumento de que eran fármacos ‘riesgosos’. Nunca se especificó qué significa ‘riesgosos’. Por esto, Tagore elevó un reclamo a la Dirección de Contrataciones Públicas.
Explica la nota que ‘Contrataciones Públicas ordena la enmienda del pliego, no obstante, la Caja promete una nueva licitación para los siete productos’. En mayo de 2014 se licitaron 79 productos, entre esos los siete clasificados como ‘riesgosos’. Llama la atención que, en esta licitación, ‘entre otros requisitos, el pliego de la licitación para los 79 productos exige que los dos medicamentos que vende Inversiones Tagore, S.A. hayan sido usados anteriormente por la institución. Y los únicos que llenan este requisito son los fabricantes innovadores que han vendido el producto durante los 20 años de patente’.
Nuevamente Tagore presenta un reclamo y Contrataciones Públicas le ordena a la CSS eliminar estos requisitos. En vez de enmendarlo, la entidad cancela la licitación.
Un mes después, en junio de 2014, se hace otra licitación. Explica la nota que ‘esta vez, el pliego de cargos incluía nuevos requisitos, exclusivamente para los productos genéricos: que hayan sido usados antes en la institución y que cuenten con certificados de la Dirección de Farmacia y Drogas del Ministerio de Salud. Esta última dependencia no emite certificados de innovador a un producto genérico, sino un certificado de producto referente’.
Una vez más, Contrataciones Públicas ordena que se arreglen estas cláusulas. El Seguro Social, nuevamente, cancela la orden de compra. En julio, se hace otra orden. A diferencia de las anteriores, no pasa por el portal PanamáCompra. De esta forma, no pueden haber reclamos. Con esto, se logra en agosto, a un mes de que Guillermo Sáez Llorens deje la dirección general de la institución.
A pesar de que ya no podían haber reclamos por parte de las empresas, una queja llega a la Corte Suprema de Justicia. Aunque al principio se pensó que era Inversiones Tagore S.A., resultó ser la propia CSS que cuestionó la ‘injerencia de Contrataciones Públicas en los actos públicos de la CSS, una medida que trancó la compra’.
Y así culminó el 2014, y la compra estancada. Comenta, de manera extra oficial, Aloisa Melgar, presidenta de la Fundación Panameña de Hemofilia: ‘Tengo entendido que el proceso de la licitación ya había seguido su curso y la farmacéutica estaba esperando que les dieran el visto bueno. Supuestamente, a mediados de enero se liberaba la compra grande que se había paralizado’. El directivo de Inversiones Tagore S.A. dice saber lo mismo que Melgar, que en estos días se darán las adjudicaciones; pero nada es oficial.
La nota culminaba citando al directivo de Inversiones Tagore, quien aseguraba que ‘la Caja de Seguro Social, durante el mandato de Sáez Llorens, eso nadie lo sabe, creó el desabastecimiento de estos productos. No fue ni Contrataciones Públicas ni fueron las empresas licitantes’. El directivo comenta, varios meses después, que, si bien no conoce al nuevo director de la Caja del Seguro Social, Estivenson Girón, pareciera que el economista tiene la intención de hacer las cosas distinto. ‘Ojalá, ojalá’, solo atina a anhelar.
Con información de Carlos Atencio.