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PANAMÁ. En el último año, la capital panameña ha sido sacudida por accidentes y emergencias de diversa índole en algunos de los centros comerciales más concurridos y modernos del país.
El 13 de marzo en Albrook Mall, en el almacén Madison Store, de tres pisos y con 200 empleados, se produjo un incendio de considerables proporciones.
El Cuerpo de Bomberos de Panamá tuvo que ser asistido por los bomberos de la Autoridad del Canal de Panamá y carros cisterna del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales por la falta de presión de agua en la zona.
Se tuvo que abrir huecos en las paredes del lugar que lindan con los estacionamientos para poder evacuar el humo y las llamas y sofocar el incendio: el establecimiento no contaba con salidas de aire para este tipo de emergencia.
Además, en todo el mall no hay rociadores de agua para controlar incendios, ya que como fue construido en 2002, no existía una normativa en materia de seguridad que exigiera su instalación.
En el momento del incendio, el director general del CBP, Pablo Tuñón, admitió que, a pesar de que los dispositivos no eran una obligación, ‘hubiesen sido la solución’ al incendio en Madison Store.
Sesenta locales comerciales fueron afectados directa e indirectamente con el fuego y las pérdidas pudieron haber alcanzado los 15 millones de dólares, pero hoy, a los tres meses del siniestro, aún no hay indicios de rociadores u otras medidas de mitigación para el caso que se repita un incendio.
El pasado domingo 2 de junio en Multiplaza Pacific, en el área de comidas del segundo piso, se registró una explosión en la manguera de compresión de gas de una nevera que contenía productos lácteos del restaurante Crepes & Waffles.
Según testigos del hecho que prefirieron no ser identificados, la gente ‘corría despavorida y se introducía en los locales porque se lo pedían los dependientes’. En la confusión, se pensó que se trataba de un intercambio de balas. En ningún momento se escuchó la alarma contra incendios.
De acuerdo con lo que explicaron empleados del food court, las personas que se encontraban en el patio de comidas al momento del estallido no recibieron instrucciones pertinentes: se amontonaron en las escaleras eléctricas, que no se detuvieron, en lugar de acudir hacia las fijas, apropiadas para este tipo de situaciones.
Como en la mayoría de los centros comerciales de la ciudad, no hay mapas de evacuación que se puedan encontrar a simple vista o planes que indiquen cómo reaccionar en estos casos y para una desocupación eficiente.
Tienen extintores, alarmas, pasillos anchos y salidas de emergencia, pero carecen de un sistema humano o gráfico para dar instrucciones a las miles de personas que acu den diariamente.
Días antes, el 22 de mayo, el techo de la tienda Calvin Klein, primer piso de la tercera etapa del mismo mall, colapsó. Se sospecha de una fuga de agua en las tuberías del local que está encima de ellos.
Las pérdidas sólo fueron materiales y tampoco hubo heridos que lamentar, pero los dependientes del almacén lo describieron como un ‘caos’, puesto que no había nadie que se hiciera cargo de la situación.
De hecho, empleados de Multiplaza, Albrook Mall y Metromall admitieron nunca haber sido convocados por la administración de estos centros a simulacros de evacuación o de instrucción ante catástrofes o emergencias, a pesar de que estos pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte de cientos o hasta miles de personas.
Tanto Sinaproc como el Municipio de Panamá dicen que la responsabilidad para estos planes o medidas de mitigación está en manos de los bomberos.