Amelia Denis de Icaza

R ealiza sus primeros años de estudio en la escuela elemental del barrio de Santa Ana. Desde muy temprana edad demostró una gran afición...

R ealiza sus primeros años de estudio en la escuela elemental del barrio de Santa Ana. Desde muy temprana edad demostró una gran afición hacia la literatura, es así como comienza a componer poemas. Casada en un primer matrimonio con el panameño Antonio Ramírez, con quien tuvo tres hijos: Ernesto, Julia y Florencio, su poesía se caracterizó por una profunda maternidad, hondo contenido social y amplitud de criterio. Por asuntos de negocios, viaja a Centroamérica, especialmente a Guatemala y Nicaragua.

Contrajo segundo matrimonio con el también panameño José María Icaza, de quien tuvo una hija, Doña Mercedes Icaza de Espinoza, quien contrajo matrimonio con el nicaragüense Don Ponciano Espinosa.

A la muerte de su esposo, se traslada a Nicaragua en el año 1894, a casa de su hija Mercedes, especialmente a la ciudad de León, donde conoce al poeta Rubén Darío, con quien tiene la oportunidad de compartir grandes tertulias literarias. En Guatemala colaboró con los diarios El Bien Público y El Trabajo, todos bajo el seudónimo de ‘Elena’. Admiradora de los poetas Bécquer, Zorrilla y Espronceda es así, que la poetisa se suma a la corriente de los románticos.

En 1906 retorna a su natal Panamá en busca de nuevas vivencias, apartada de aquellas experiencias pasadas de los recuerdos con familiares. Junto a su hija Mercedes intenta recorrer el camino que las conduciría a la cima del cerro Ancón, cuando de manera inesperada un soldado americano las detiene y les impide el paso hacia la cima. Al volver a su casa, Gervasio García le explica la razón de aquel incidente: Le dice que esa área donde está ubicado el cerro Ancón es parte de la Zona del Canal, el cual así cedido a perpetuidad a los Estados Unidos de América en virtud de la firma de los tratados Buneau-Varilla de 1903. De igual manera le cuenta que el país había cambiado muchísimo durante sus años de ausencia, ‘si mal no recuerdo usted tiene más de 20 años de vivir fuera del país’. Hoy existen muchos policías americanos en la zona de construcción del canal cuidando de instalaciones y áreas aledañas.

AL CERRO ANCÓN

Ya no guardas las huellas de mis pasos,

ya no eres mío, idolatrado Ancón.

Que ya el destino desató los lazos

que en tu falda formo mi corazón.

DEJAD QUE PASEN

No lanceis vuestro dardo envenenado

sobre la juventud que ama y espera

dejad que goce en el festín humano

mientras la sombra de los años llega.

AMOR DE MADRE

Amor que nada pide, nada espera,

que de sí mismo satisfecho vive,

que la infeliz impúdica ramera

como sagrada bendición recibe.

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