Las acciones de la Contraloría se dan tras más de un mes de huelga en el sector docente que arrancó formalmente el pasado 23 de abril
- 12/07/2010 02:00
El ministro de Seguridad Pública, José Raúl Mulino, quiso salir hoy al paso y aclarar muchas de las insinuaciones que han circulado en los últimos días con respecto a los conflictos escenificados en la provincia de Bocas del Toro, y la participación del Partido Revolucionario Democrático (PRD) y del Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Industria de la Construcción y Similares de Panamá (SUNTRACS). Así lo hizo en el programa Infoanálisis cuando primero que todo negó que al área de Changuinola se hubieran enviado a agentes del Servicio Nacional de Fronteras (SENAFRONT), confirmando que únicamente se contaba con un contingente de unos 300 policías, entre miembros de la Policía Nacional (PN), agentes del Servicio Nacional Aeronaval y del Sistema de la Policía Institucional (SPI), que es un grupo muy pequeño.
“No se ha hablado de la manipulación por parte del SUNTRACS y de la alta gerencia de un partido político”, que siempre que las conversaciones entre los representantes del Gobierno y los huelguistas avanzaban daban órdenes desde Panamá para que no se pudiera llegar a ningún acuerdo, “porque la consigna era mantener a Bocas del Toro prendido para empalmarlo con la huelga nacional de mañana martes, porque este era el momento de violencia y de tener al Gobierno en el piso”.
Sostuvo que durante todo el fin de semana estuvo en compañía del presidente de la República, Ricardo Martinelli, y de otros ministros, algunos de los cuales acudieron al lugar de los hechos, tratando de encontrar una solución al problema, afirmando que había muchos objetivos por parte de los huelguistas: atacar el cuartel central de Changuinola, donde además hay unos 300 detenidos, que a falta de comida, pudieron haberse amotinado para complicar aún más la situación, o bien destruir el Aeropuerto para mantener aislada la provincia.
“Se ha jugado con la opinión pública, y siguen hablando lo que no es, particularmente sobre la represión”, añadió, porque si hubiera habido una orden del Presidente o suya, o del jefe de la PN, Gustavo Pérez, de atacar o reprimir a los obreros, se hubiera terminado con un saldo de cientos de muertos, cosa que no ocurrió, fundamentalmente porque tenían a una población civil que cuidar.
Aunque lamentó la muerte de los dos obreros, indicó que durante el levantamiento hubo cuatro heridos de bala por parte de la Policía, lo que deja ver que “alguien” armó a los indígenas.
Corroboró lo que ya había indicado el ministro Jimmy Papadimitriu sobre que se utilizaron los medios locales para mal informar a la población en su lengua indígena y en español, denunciando que la Ley 30 supuestamente eliminaba el XIII mes, el fuero maternal, que obligaba a trabajar los domingos, e incluso que eliminaba el Código de Trabajo; “eso es criminal, que se juegue con esta gente cuyo nivel de educación es mínimo, para producir anarquía con fines políticos... mi posición es de Ministro, pero lo que estoy diciendo es la verdad porque no voy a usar este medio para mentir o para defender a ultranza al Gobierno al cual pertenezco. Yo estoy describiendo hechos, realidades concretas de una persona que ha vivido cuatro días desde el Palacio Presidencial en coordinación con los estamentos de seguridad”.
El Presidente ha estado al frente de la crisis, como lo podrán confirmar los dueños de medios de comunicación que fueron convocados el sábado a la Presidencia. Desde allí, narró Mulino, el presidente de la Asamblea, José Muñoz, lo puso en contacto con el dirigente del SUNTRACS Genaro Bennet, “que era controlado desde Panamá para que se impusiera y rompiera los acuerdos”.
A Bennet, el presidente Martinelli le dijo vía telefónica que ayudara en el conflicto porque de lo contrario él sería el responsable de que 5,000 panameños humildes quedaran sin trabajo, sólo así logró que él diera marcha atrás y se creara el ambiente propicio para el consenso.
Igualmente Mulino agradeció al diputado perredista Benicio Robinson, cuya participación fue clave dada su injerencia en la región. “Siendo diputado del PRD hizo algo en contra de las propias directrices de su partido político.”
Finalmente negó que la Policía haya utilizado la fuerza, negando que alguno de los manifestantes haya recibido embestidas a quemarropa o perdigonzaos en los ojos. “Fue el efecto del rebote desde las piedras de la calle”, afirmó.