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- 14/12/2014 01:00
La gloria es efímera.
Joel Dicker
La casta de un hombre debe ser determinada solo por sus acciones.
Viadhr S. Naipaul
La humanidad es mucho más que sus arquetipos.
Albert Vigoleis
El ser humano tiene un hábitat en el cual desarrolla su cultura. Historia y Geografía se correlacionan, son coordenadas que localizan la acción social de los grupos humanos.
Omar Jaén Suárez es uno de los pioneros de los estudios geohistóricos en nuestro país. La población del Istmo de Panamá es un hito referencial con cuatro ediciones (1978, 1979, 1998 y 2014). Es un eje temático para conocer la dinámica demográfica del país canalero.
Los Alemán de Panamá (dos siglos y medio del linaje panameño) y Jaime Alemán y Pilar Arosemena (se encuentran en el tiempo ) son sus obras más recientes (2014). Los dos textos se complementan al establecer la red genealógica de distintas familias interrelacionadas y que encarnan la expresión acuñada por Omar de ‘la república de los primos’.
Panamá desde el siglo XVI define estructuralmente una élite, familias históricas con el control de las instituciones coloniales y republicanas a través de un modo de gobernar consecuente con un esquema político e ideológico que consolida sus intereses hegemónicos.
El humanista y diplomático desborda con acertadas disquisiciones un legado literario y científico con una prosa fluida y depurada permitiéndonos comprender el sentido subyacente de palabras puntuales. Los seres humanos anhelan eternizar sus fugaces actos en biografías y monumentos que encarnen sus vanidades y egocentrismos.
La genealogía es una ciencia sin pretensiones de vanagloria, pues son las ejecutorias de cada protagonista lo que realmente cuenta en cada vida. La genealogía estudia en el marco de la historia social al hombre y su circunstancia, el entorno vital. Omar establece la urdimbre de cada personaje en relación al momento histórico vivido, se aproxima al pasado sin la óptica del presente, lo que hace realista su análisis. Su estudio es histórico, genealógico, sociológico y antropológico.
LOS ALEMÁN DE PANAMÁ
El hombre es como un río. Nace y desemboca en otros ríos. Mal río es el que muere en un estero.
Augusto Roa Bastos
Los Alemán de Panamá se inicia con un hombre semilla: Manuel Antonio de los Reyes de Alemán (1753-1833) originario de Cartagena de Indias. Omar Jaén Suárez, al estudiar la genealogía en su dimensión histórica, documenta en dos obras a 353 personas con el apellido paterno como materno sumando siete generaciones.
Panamá es una comunidad de intenso mestizaje; por tanto las llamadas familias de abolengo también tuvieron familias paralelas con hijos ilegítimos, establecidas tanto en el intramuro como en el arrabal santanero. En consecuencia pureza étnica no existe. Los Alemán son un delta amazónico con muchas quebradas, arroyuelos y algunos ríos de magnitud.
Panamá es su geografía, la posición entre dos masas continentales la hace la bisagra de América y determina su función de tránsito, primero como puente ecológico, luego facilita el encuentro de las civilizaciones aborígenes en el período prehispánico y más reciente con los europeos (siglo XVI) y el mundo globalizado de hoy.
Panamá es un país verde y de naturaleza hostil con los peligros del trópico húmedo y selvático poblado de manglares. El clima difícil y el ambiente insalubre fueron la gran tumba de muchos seres humanos que murieron por males endémicos como la malaria y la fiebre amarilla más la disentería, la tuberculosis, el cólera y el tifus importado. Panamá, ‘espacio vacío de humanidad’, recibió en un hábitat limitado ‘a grupos de seres humanos que durante siglos fueron tejiendo la trama en la que todos nos asentamos y nos heredaron una cierta manera de ser’ con resonancias sociales que todavía perduran.
RÍOS DE ALUVIÓN
Los ríos de aluvión dejan tras el torrente suelos fértiles con una capa de limo creativo.
Carlos de Icaza Arosemena (1790-1865). Prócer de la independencia de 1821. Uno de los hombres más ilustrados y poderosos del siglo XIX. Doctor en derecho, jurista y político eminente, rico comerciante, fue vicegobernador con Tomás Herrera en el Estado Libre del Istmo de 1840-41. Un hombre público por excelencia. Rector del Colegio del Istmo en 1835.
La red de ríos humanos del delta de los Alemán distingue a hombres sustantivos como José María Alemán (1807-1880) que estuvo muy cerca de Simón Bolívar y participó con heroísmo en Junín, Matará y Ayacucho bajo las órdenes de José María Córdoba y del mariscal Antonio José de Sucre.
Carlos de Icaza Arosemena (1822-1896) político, médico, magistrado, congresista, educador, filántropo, gobernador, gran propietario de casas y haciendas.
Justo Arosemena Quezada (1817-1896). Padre de la nacionalidad panameña. Creó el Estado Federal de Panamá (1855). Hombre público e intelectual distinguido. Un ilustre panameño del siglo XIX.
José María Alemán Dutari (1830-1887). Literato, educador, periodista, político liberal, magistrado y burócrata. El autor lo considera un personaje excepcional, ilustrado, polifacético, hombre-núcleo y el patriarca de los Alemán en el Istmo Canalero. Vivió en un período de infortunios en la capital. Jaén Suárez introduce su obra con una prosa poética de José María Alemán Dutari de su libro Crepúsculos :
Ninguno puede suprimir su historia
que es el recuerdo fiel de su pasado.
Guillemo Andreve Icaza (1879-1940). Escritor, político y siempre patriota. Respaldó a Eusebio Morales en la creación del Instituto Nacional. Promotor cultural de las letras panameñas. Participó en la Guerra de los Mil Días y acompañó al general Domingo Díaz al cuartel de Chiriquí en la tarde del 3 de noviembre de 1903 con el arrabal santanero para avalar el Acto Separatista. Como ministro de Educación, protestó contra la intervención norteamericana de 1918. Un panameño ejemplar.
Francisco Céspedes Alemán (1906-1997). Educador por excelencia. Director de la Escuela Normal, catedrático de la Universidad de Panamá, director de asuntos educativos de la OEA y uno de los teóricos de la educación panameña.
Ricardo Julio Bermúdez Alemán (1914-2000). Arquitecto de vanguardia, literato, catedrático, ministro de Educación y hombre público de trayectoria ejemplar.
REFLEXIONES DE OMAR JAÉN SUÁREZ
Una nación se empobrece cuando le roban sus historias.
Nélida Piñón
La nación es un cruce de destinos individuales y colectivos .
Richard Brooks
El único geógrafo panameño y centroamericano, titulado como doctor en su especialidad, realiza un escrutinio cáustico del devenir panameño. Omar es irreverente, es una conciencia interrogante sin concesiones ni complacencias.
A la par de su estudio genealógico, el historiador, planificador y escritor precisa el entorno de sus personajes así: ‘Panamá es tierra de inmigrantes’. Agrego es una nación aluvional, somos muchos rostros en uno, nuestra identidad es múltiple, la diferencia nos caracteriza.
‘Una sociedad híbrida, compleja y festiva con una verdadera singularidad en el mundo latinoamericano, de intensa inestabilidad política, de revoluciones violentas y de pobreza demográfica y material durante los setenta y dos años de la época de unión a Colombia. Sometida al analfabetismo, racial y culturalmente variada en constante evolución. Inmersos en la mentalidad fenicia de la élite urbana de comerciantes que todo lo negocian obnubilados por los intercambios, oportunistas y alejados de una auténtica cultura cívica. Una esperanza de vida menguada, una religiosidad cristiana tropical, impregnada de magia y animismo, de sincretismos americanos y africanos, conatos de laicidad e intolerancia conservadora’.
Omar hace el recuento de los actos separatistas del siglo XIX, se refiere a las intervenciones armadas norteamericanas, al espejismo de la California, el ferrocarril, las expectativas del Canal francés y estadounidense, la Guerra de los Mil Días, Acción Comunal y los efectos traumáticos de la invasión de 1989 y al enclave colonial abolido con los Tratados Torrijos-Carter.
‘Son tiempos de auge y de infortunios’. El sociólogo hace énfasis en la épica de la soberanía, los gobiernos oligárquicos ‘mediocres y corruptos’, caracterizados por ‘la rapiña de los bienes públicos; una élite dominante, codiciosa e irresponsable, un régimen militar, autoritario y paternalista y la democracia imperfecta con su populismo de derecha, electoralista y corruptor de la conciencia cívica’.
Omar, cual hábil cirujano, apunta hacia una ‘sociedad alérgica a su memoria histórica. Sometida a la acción nefasta de los estafadores y farsantes intelectuales que construyen un falso pasado, se fabrican una fama inmerecida, impostores que hasta se inventan los más elevados títulos académicos y casos patéticos de su incursión en la historia nacional que nace de una verdadera Ciencia Social que se aprende en los claustros universitarios’.
Los Alemán de Panamá es una radiografía descarnada de la sociedad istmeña. El autor destaca ‘no existen en nuestro país los linajes históricos’. Me recuerda a Rodrigo Díaz de Vivar, el Mío Cid, que en su cruzada personal para restaurar su honor, destacó con hidalguía y coraje que sin tener la aristocracia de la sangre, él, un infanzón, adquirió la nobleza con su invencible brazo. El Cid es hijo de sus obras. Los méritos valen más que los privilegios, las acciones, más que los nombres.
Rosa María Britton en su novela No pertenezco a este siglo también se refiere a los blasones de las casas señoriales. Considero que el subtítulo ‘Dos siglos y medio del linaje panameño’ está de más.
RAÍCES COMPARTIDAS
Los pueblos son años, siglos, ocupando espacios.
Mempo Giardinelli.
Jaime Alemán y Pilar Arosemena es el texto en el cual Omar Jaén Suárez hace ‘una exhumación del pasado’ de las 353 personas vinculadas a una familia en un país de servicios como el nuestro. ‘Son gentes que existieron y que dejaron una parcela de humanidad, un recuerdo, un gesto, un rasgo físico, una manera de ser, una habilidad, un defecto, una debilidad, con una mentalidad provinciana y parroquial’.
El estudio propone conocer y comprender mejor a la sociedad panameña, comparto con Omar su afirmación de que nuestra ‘historia es extremadamente rica en hechos y fenómenos sociales’ y que es un compromiso de vida superar ‘la mentalidad perversa que en el ámbito público y privado’ menosprecia la historia nacional y seria con un tratamiento superficial y una educación deplorable por su ausencia de calidad. Los panameños desde el siglo XIX a la fecha con una educación superior, en centros de reconocida seriedad académica, son los más distinguidos en la vida cultural, social y política del país.
La intrincada red de los Alemán se relaciona en distintas épocas con otros núcleos familiares y forman parte de ‘la república de los primos’. Así se nutren de la ascendencia Healy-Quelquejeu con orígenes en Irlanda y Francia. La ascendencia Zubieta viene de España igual que la ascendencia Bermúdez y la ascendencia Icaza.
La ascendencia Arosemena, según el autor, es una de las familias de mayor relieve de Panamá, con la mayor continuidad durante tres siglos y medio, con una potencia genética de varios miles que hoy llevan el apellido. Los Arosemena son el eje vertebral de la clase dirigente urbana, de la oligarquía criolla con seis presidentes durante el siglo XX. Históricamente se han distinguido por tener una mejor educación y cultura. Oscilan entre el padre de la nacionalidad panameña don Justo Arosemena y el primer mártir de la gesta patriótica del 9 de Enero, el joven Ascanio Arosemena.
Ascendencia Arias: De origen español, es también una familia prolífica y de impacto en la vida política, cultural y económica en la ‘república de los primos’.
Tomás Arias Ávila (1856-1932) es una de sus figuras más relevantes. El autor lo califica de inteligencia excepcional, un superhombre moderno, astuto para los negocios y la política, es clave en la gestión gubernamental de 1903, controversial al proponer el artículo 136 de la constitución política de 1904 que alentaba las intervenciones militares del imperio de Wall Street en Panamá. Tiene un presidente Ricardo Manuel Arias Espinoza.
Ascendencia Cardoze: De la diáspora sefardí del siglo XVI. Integran la elite de ‘la república de los primos’.
A scendencia Fábrega: Los Fábrega están en Panamá desde la segunda mitad del siglo XVIII y son el eje de la oligarquía latifundista y conservadora de Veraguas. José de Fábrega de las Cuevas (1774-1841) es su personaje más relevante. Participa en la independencia de 1821.
EPÍLOGO
La verdad es visible solo que somos ciegos.
Richard Brooks
La sociedad panameña tiene particulares antagonismos y equívocos, es notoria nuestra crónica debilidad y doblez ante los colosos, Omar la califica como una comunidad esquizoide, ‘en constante zozobra material y espiritual’. Aquí predomina la demagogia, el despotismo, la corrupción y la implacable persecución en nuestras lides políticas.
Los dioses desnudaron en el Istmo todas sus pasiones y solo nos quedan los rostros de grotescas ambiciones. Somos optimistas, vislumbramos tiempos primaverales con justicia social, humanismo pleno en las acciones gubernamentales y una sociedad quijotesca al estilo de la Edad Dorada.
Aspiro a una Patria de realizaciones efectivas y eficientes que garanticen en igualdad de oportunidades educación, salud, pan, techo, trabajo, seguridad, transporte público y agua potable a toda nuestra población, con administración honesta de los bienes nacionales, en especial de los millones del Canal y una institucionalidad democrática sin corrupción de los poderes ejecutivo, judicial y legislativo.
Dedicado a Alfredo Figueroa Navarro, Mario Molina Castillo, Celestino Andrés Araúz, Ana Elena Porras, Patricia Pizurnno y Fernando Aparicio.