Población penitencia aumenta 18% después de la pandemia

El sistema, con una capacidad de 14.591, tiene 23.311 reclusos. En los últimos dos años, 4.142 nuevos reos ingresaron a diferentes centros penitenciarios
En octubre de este año había 8.246 reos –35% del total de la población carcelaria– en espera de que se decidiera su proceso.

En los últimos dos años, la población penitenciaria aumentó 18%. El sistema –con capacidad para 14.591 reclusos– alberga actualmente a 23.311. Lo que quiere decir que existe una superpoblación de 8.720.

La mayor cantidad de población penitenciaria está concentrada en las cárceles La Nueva Joya (3.329), La Joya (2.706) y La Joyita (2.577), en la ciudad de Panamá. En estos tres centros está el 36% de todos los reos del país.

Sin embargo, el mayor hacinamiento está en el interior del país: la cárcel de Santiago (Veraguas) y Las Tablas (Los Santos) tienen cinco presos en un espacio concebido para uno. La de Aguadulce (Coclé) tiene cuatro reos en una misma celda para uno.

También hay altos índices de hacimiento en la cárcel de Penonomé: hay tres detenidos donde debe haber solo uno. La mora del sistema judicial complica más las cosas. En octubre de este año había 8.246 reos –35% del total de la población carcelaria– en espera de que se decidiera su proceso.

De acuerdo con World Prison Brief, la base de datos que brinda acceso a información sobre los sistemas penitenciarios en todo el mundo y se actualiza mensualmente usando en gran medida fuentes gubernamentales, Panamá es el tercer país de la región centroamericana con mayor población penitenciaria.

Más del 50% de los delitos están relacionados con las drogas y otros conexos como el pandillerismo, tráfico, entre otros, asociado de una forma u otra a la relación de la posición geográfica, lo que influye directamente en la tasa de la población cárcel, explicó en una última entrevista que diera el fallecido Andrés Gutiérrez Bonilla, uno de los cinco directores del Sistema Penitenciario que ha tenido esta administración de gobierno (2019- 2022).

Añadió que el incremento de la población penitenciaria se debe a muchos factores, en su mayoría complejos, que hacen que desahogar las cárceles no sea una tarea fácil. “Debemos considerar que Panamá se encuentra en el centro del continente americano, un continente violento, posiblemente el más violento del mundo”, dijo.

El Ministerio Público (MP), dirigido por Javier Caraballo, ha desarrollado un sinnúmero de operaciones antidrogas (Fusión, Neptuno, Oasis, Fisher), para desmantelar estructuras criminales.

La operación Fusión, dirigida contra una organización transnacional dedicada a custodiar y distribuir sustancias ilícitas, que finalmente eran enviadas a Europa y Estados Unidos de América, permitió la imputación de más de una veintena de individuos por delitos contra la seguridad colectiva, relacionado con drogas y contra el orden económico.

En otro orden, la operación Neptuno produjo la captura de los miembros de una organización criminal que operaba en Boca la Caja, El Chorrillo, isla de San Miguel, puerto Caimito, Vacamonte y Arraiján, y se formularon imputaciones a 19 personas por delitos de asociación ilícita y blanqueo de capitales. Igualmente se produjo el decomiso de dinero en efectivo, vehículos, fincas y negocios.

La operación Oasis condujo a reconocer a un grupo criminal estructurado para coordinar la compra, custodia, almacenamiento y movilización de sustancias ilícitas y armas de fuego, lo que permitió imputar a 35 personas por delito contra la seguridad colectiva y delitos contra la administración pública.

La operación Fisher, relacionada con la existencia de una estructura criminal con nexos importantes con el conocido Clan Usuga o Clan del Golfo, produjo la imputación de cerca de 60 personas, así como importantes decomisos de dinero, por más de $10 millones y bienes suntuosos.

El criminólogo Marco Aurelio Álvarez considera que el aumento de la población delincuencial puede estar influido por varios factores, entre ellos, el incremento de delitos o detenciones y los cambios en las políticas penales.

“Las reformas que establecen penas más severas y cambios en las políticas de libertad condicional pueden contribuir a aumentar el número de reclusos”, explica el experto.

La situación también podría estar motivada por problemas sociales y económicos, como las desigualdades sociales: la falta de oportunidades laborales y la pobreza.

“El acceso a una actividad económica restringida cada día más, producto de la globalización del comercio, a lo que se agrega una oferta delictiva accesible en materia de negocios criminales, como el tráfico de drogas, sicariatos, estafas, extorsiones, entre otras tipologías penales”, puede ser otra de las causas del problema.

Otro factor –según el criminólogo– sería un sistema judicial lento o congestionado. Agregó que si el sistema judicial enfrenta retrasos o dificultades para llevar a cabo juicios rápidos, puede resultar en un aumento de personas en detención preventiva o a la espera de juicio.

Hay que considerar también la falta de programas de rehabilitación. La ausencia de programas efectivos de rehabilitación dentro de las prisiones puede contribuir a altas tasas de reincidencia delictiva, manteniendo una población constante o creciente en las cárceles.

Estos factores, entre otros, pueden trabajar de manera interconectada para aumentar la población carcelaria en un período de tiempo determinado, concluye Álvarez.

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