Al menos 12 personas murieron y centenares de miles se encuentran afectadas a causa del fuerte temporal causado por un frente monzónico y el tifón Gaemi,...
- 30/08/2008 02:00
- 30/08/2008 02:00
PANAMÁ.El bullicio envolvía la rutina mañanera. Carretillas y pregones, lo habitual en el Mercado Público, cuando el reloj marcaba ya las 11 en punto. De pronto, decenas de curiosos hacen un tumulto. Se trata de un arresto policial que, aunque cotidiano, por su dramatismo enlazó la atención de todos en el Terraplén. Específicamente en la calle Juan Mendoza, del Barrio Chino. “¡Está pasaó”, comenta un vendedor de verduras. Se refería a un hombre de unos 35 años, con el rostro desencajado y con sangre en la nariz.
Se trataba de un ciudadano con rasgos mestizos de 1.70 metros aproximadamente, piel cobriza y contextura fornida. En ese momento ya estaba esposado. Tres unidades de la Policía Nacional, de los que patrullan en bicicletas, lo tenían bajo control. Además al hombre se le caían los pantalones porque a empujones lo sacaron de un baño.
Tal vez por eso los policías lo dejaron solo y el individuo se valió del descuido para salir corriendo y del paso de un camión de reparto en ese momento. Las esposas le dificultaban el escape. Logró esconderse en una escalera y llegó hasta el segundo piso de una clínica.
Los policías no lo vieron. Uno de ellos, el más sorprendido, pregunta entonces a los parroquianos por su paradero. “Se metió en la Clínica”, le gritó alguien desde un balcón.
La suerte del fugitivo cambió enseguida. Los tres agentes ingresaron al sitio y en minutos se escucharon golpes y gritos, hasta que en la puerta se vio a uno de los policías con él, dándole con el tolete. El hombre todavía tenía las esposas y también los pantalones abajo.
Lo que ninguno de los cuatro protagonistas se había dado por enterado, era que todo estaba registrado en la cámara de un reportero gráfico. Las amenazas policiales por la sorpresa no se hicieron esperar contra el fotógrafo.
...“ Te voy a llevar al cuartel”...
“Después que tomé las fotos, un policía se dio cuenta y empezó a gritarme que le diera la cámara”.
Raúl Valdés, es fotógrafo de La Estrella desde hace un año. Ayer vivió una experiencia que no le desea a nadie. Tras captar con su lente fotográfico la paliza que daban al hombre esposado, resultó arrestaron. Incluso, las unidades amenazaron con destruirle su equipo de trabajo.
Era un cabo segundo de apellido Sánchez, explica. “¡Hey Qué estas haciendo!, ¡no interfieras con el trabajo de la policía¡. El policía vociferaba al otro lado de la calle y empezó a caminar hacia donde el estaba.
“Yo me identifiqué como periodista de La Estrella y me dijo: eso vamos a comprobarlo, le enseñé mi cédula, mientras a gritos me decía borra todas las fotos. Al mismo tiempo otro cabo de apellido Ortega me ordenaba apagar el teléfono”. Raúl cuenta que se sintió intimidado, pero no se acobardó. “Estoy haciendo mi trabajo”, les dijo, por lo que se negó a entregar la cámara. “Están coartando la libertad de prensa y mis derechos civiles”. Entonces el cabo Sánchez llamó al teniente de la subestación de El Chorrillo. Cuando éste llegó lo hicieron subir al patrulla.