Uribe insiste en abrir el tapón de Darién

PANAMÁ. Desde que salieron los primeros rayos de sol de ayer viernes, las vías aledañas al centro bancario estaban custodiadas por miemb...

PANAMÁ. Desde que salieron los primeros rayos de sol de ayer viernes, las vías aledañas al centro bancario estaban custodiadas por miembros del SPI, quienes en grupos de dos o tres agentes vigilaban todas las calles que daban hacia el Hotel Marriott, lugar que se convertiría por tres horas en el centro de reunión de los presidentes de Colombia, Álvaro Uribe y de Panamá, Ricardo Martinelli.

El encuentro se dio en medio de la reunión anual del Consejo Empresarial de América Latina (CEAL) y en momentos en que Panamá y Colombia debaten sobre la firma de un tratado de libre comercio entre ambas naciones, cuya ronda de negociación se iniciará en febrero próximo.

Mientras en la calle los agentes permanecían vigilantes para asegurarse de que nada malo pasara, en el lobby del hotel la seguridad era más personal. Puertas electrónicas y detectores de metales apoyaban a los agentes de seguridad en la revisión de bolsas, cámaras fotográficas, todo aquello que pudiese resultar sospechoso.

Pero esa no era la única revisión. Antes de entrar al salón principal donde debía ser el acto de CEAL, se debía pasar nuevamente por otra puerta con detector de metales. Los periodistas, desde un salón aledaño, miraban en pantalla plasma todo lo que ocurría en el Salón Campo Alegre, donde estaban el grupo de empresarios de diferentes países miembros de la CEAL y los presidentes de Panamá y Colombia.

EL ENCUENTRO

Ambos mandatarios hablaron de desarrollo, políticas económica, seguridad, educación, empleo, soluciones habitacionales, y de todo lo que han logrado en sus países y pueden mejorar en el futuro.

Martinelli, inició su discurso hablando de la construcción de viviendas para familias de barrios humildes y considerados de alta peligrosidad como Curundú. "La reconstrucción de uno de los barrios más pobres de la ciudad se está pagando con los impuestos de los casinos", destacó.

A pesar de que el propósito del encuentro eran los temas empresariales y económicos, el mandatario panameño aprovechó para informar que el próximo lunes se reunirá con los dueños y directores de medios de televisión para evaluar el contenido de la información de los noticieros. "Por estar en esa pelea de los rating, de quién saca más muertos, y quién saca más sangre, venden esta situación como si fuese lo único que pasara en Panamá", dijo el mandatario, refiriéndose a los problemas de seguridad del país. A pesar de que él mismo y su familia, han sido objeto de robos en sus propiedades, no dudó en afirmar que Panamá es uno de los países más seguros de América Latina.

Martinelli aprovechó la ocasión para hacerle dos peticiones a Uribe. La primera de ellas, acelerar la firma del Tratado de Libre Comercio entre Panamá y Colombia y la otra, asistir a la toma de posesión del presidente electo de Honduras, Porfirio Lobo. “El experimento que comenzó en Panamá ya tiene dos nuevos adeptos: Chile y Honduras. Ya es hora de que los empresarios comiencen a pensar en política para ayudar a mejorar las condiciones socio económicas”, dijo Martinelli aplaudiendo la llegada de otros dos empresarios a la Presidencia de sus países.

El presidente panameño no pudo dejar de mencionar la catástrofe ocurrida en Haití y de manifestar su descontento por la forma en que se está manejando la ayuda. “En Haití hay una desorganización generalizada en la ayuda que se está distribuyendo”, anotó.

CARRETERA HACIA DARIÉN

Mientras Martinelli habló sobre lo que se propone desarrollar en Panamá, el presidente colombiano Álvaro Uribe señaló la necesidad de no afectar la “libertad de la iniciativa privada”.

Sin mencionar directamente a Venezuela, Uribe hizo alusión a aquellos gobiernos donde las libertades de la iniciativa privada habían sido eliminadas o violadas. “Me parece imposible hablar de libertades en un país donde se afecte la iniciativa privada, porque finalmente la iniciativa privada es una fuente de prosperidad que permite el disfrute colectivo de las libertades”, recalcó.

El Plan Puebla Panamá, y la línea de interconexión eléctrica que debe estar lista para el año 2013, son unos de los temas que tratarán expertos de ambas naciones a partir del 10 de marzo. Al respecto Uribe manifestó que espera que los dos gobiernos hayan concluido para entonces el acuerdo sobre regulaciones para que este proyecto pueda estar en servicio en la fecha indicada.

En su discurso, Uribe insistió nuevamente en abrir el tapón de Darién, el único obstáculo que queda para que la Vía Panamericana una el continente de Alaska a la Patagonia.

Para contrarrestar los argumentos sobre el impacto ambiental de la obra y que esta vía puede convertirse en una puerta de entrada para guerrilleros y narcotraficantes, el presidente colombiano resaltó que “los bandidos no necesitan esas vías, ellos andan por los trechos, y los ambientalistas tendrían mejores vías para vigilar los parques, que hoy están abandonados”.

En la tarde, el presidente sostuvo un conversatorio con empresarios colombianos y panameños en el Hotel Sheraton.

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