Imprudencia que cobra vidas

PANAMÁ. El Reglamento de Tránsito dedica más de 8 de sus artículos para regular el comportamiento de los peatones en calles y avenidas n...

PANAMÁ. El Reglamento de Tránsito dedica más de 8 de sus artículos para regular el comportamiento de los peatones en calles y avenidas nacionales.

También contiene un parágrafo dentro de la norma que establece que cuando la imprudencia del peatón ocasione un accidente de tránsito se le impondrán sanciones previstas en ese mismo Reglamento y le asigna la obligación de asumir las responsabilidades derivadas de la acción.

Todo está consignado en una legislación vigente desde septiembre de 2006 y que antes de esa fecha experimentó constantes cambios.

Son normas que al parecer están escritas en hielo. Muchas de las personas que caminan por nuestras calles no muestra un comportamiento como el que estipula este Reglamento.

El artículo 107 “prohibe” cruzar la calle en estado de embriaguez o intoxicación por estupefacientes y caminar en autopistas y corredores. ¿Cuántas sanciones se han aplicado últimamente por estas faltas administrativas?

La muerte esta semana de la panameña Margarita Hernández en un trágico accidente cerca del tramo marítimo del Corredor Sur pone al descubierto una problemática que las autoridades del Tránsito y Transporte Terrestre y la propia sociedad no atiende con la prominencia que la situación demanda. Datos estadísticos de las propias autoridades revelan que durante los tres primeros meses del 2009 40 personas perdieron la vida por atropello. En este mismo período del 2010, la cifra va por 43. Esos mismos datos ignoran las veces en que estos accidentes fueron provocados por la irresponsabilidad del peatón.

24 horas después de la muerte de Margarita Hernández, 21 personas -casi todos obreros de la construcción- fueron conducidos por la Policía a la corregiduría de San Francisco por intentar cruzar el mismo tramo del Corredor Sur donde falleció la infortunada. El corregidor Rodrigo Pérez le impuso a cada uno una multa de 15 dólares, la que fue posteriormente reducida a 10 dólares por la misma autoridad tras considerar que los sancionados era personas de bajos ingresos económicos. Lo más seguro es que pagada la multa regresaron al Corredor Sur a cometer la misma falta porque simplemente es la manera más directa de llegar a sus puestos de trabajo.

Jaime Braddick, director de Transporte de la Autoridad del Tránsito, en conversatorio esta semana con TVN anunció que inspectores de esa dependencia estarían, en conjunto con la Policía de Tránsito, realizando operativos en ambos corredores durante las llamadas “horas pico”, supervisando a aquellos conductores de buses que dejan pasajeros donde no existen paradas. En un recorrido realizado por reporteros gráficos de este diario en ambos viaductos se logro comprobar que no hubo tal despliegue, sino que además los peatones persistían en la práctica de cruzar de manera irresponsable.

En el sector de Curundú, frente a la Gran Terminal de Albrook funcionan varias dependencias estatales, donde a diario cientos de personas arriesgan la vida para llegar a sus trabajos. Muchos aducen que en el área no existen paradas de buses por lo que imprudentemente se arriesgan a saltar la barda que divide la vía.

Marcos Mora, de la Autoridad del Tránsito, está muy claro sobre lo que ocurre. “Son 44”, dice para corregir la cifra de atropellados en el 2010.

La desatención del peatón a las normas aprobadas para salvaguardar su propia vida es algo que no entiende. Estima que no se pueden estar montando operativos para sancionar a personas que no cumple con la señalización para peatones y que ignoran la existencia de unos costosos pasos elevados.

“En Río Abajo (frente al Super 99) un perro que no pudo cruzar la calle por el tráfico optó el uso del paso peatonal; mientras la gente insiste en exponer sus vidas”, agrega. Irónicamente ese paso elevado lleva el nombre de un ciudadano de origen antillano que hace algunos años perdió la vida en ese punto víctima de atropello.

Desde el análisis del ex militar, el Tránsito no cuenta con el personal ni los recursos para andar detrás de las personas que son conscientes de que cometen una falta y ponen en peligro su vida al cruzar las calles de esta forma.

Sostiene que para el Tránsito la prioridad está en la prevención de accidentes y en la necesidad de que los conductores manejen a la defensiva.

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