En el 2016, Panamá por una nueva “agenda país”

  • 03/01/2015 01:00
La sociedad del conocimiento es el contenido central de la Agenda Sur-Sur, lo que configura hoy día, como paradigma

Si algo está vinculado en nuestro país, es la economía y la política. Y es el exceso de protagonismo de los empresarios en la cúspide del poder político lo que confirma esta realidad. Sin embargo, en aras de la síntesis, nos ocuparemos en esta ocasión de la acción política de naturaleza institucional y su vinculación con la lógica que impone la acumulación económica.

Con ello, pretendemos captar—por lo menos—, la ‘estructura de la acción' de los actores políticos, en un país orientado por políticas de mercado y con un modelo de acumulación económico de naturaleza comercial-financiera.

ESTRUCTURA DEL EMPLEO

Según el Atlas de Desarrollo Humano Local: Panamá 2015, la estructura productiva del país en relación al Producto Interno Bruto (PIB) es predominante comercio y servicios (70%); a ella se articulan como elementos subordinados el sector agropecuario (5%) e industria y manufactura (15%), aproximadamente.

De seguido, el Atlas muestra las provincias que, a su vez, reflejan esta realidad económica productiva: Panamá-Colón y Bocas del Toro se asimilan mayormente a la realidad del 70%. Esto es, expresan la estructura país, mientras que en Herrera-Coclé-Chiriquí domina el sector primario, seguido del secundario y, en menor medida, terciario.

En cambio, Los Santos-Darién-Veraguas se sumergen como parte del 5% agropecuario.

Sin embargo, si insertamos la estructura del empleo en la matriz económica anteriormente descrita, le damos sentido político a la acción institucional.

La encuesta de mercado laboral de marzo 2014 identificaba una población – de 15 y más años de edad económicamente activa— de aproximadamente un millón ochocientos mil, según empleo preponderante: trabajadores no calificados de los servicios, la minería, construcción, transporte, manufactura y demás ocupaciones elementales (19.6%); trabajadores de los servicios y vendedores de comercios y mercados (18.1%); artesanos y trabajadores de la minería, la construcción, manufactura, mecánica y afines (13.7%); agricultores y trabajadores agropecuarios, forestales, de pesca y caza (10.4%).

Destaca de esta estructura laboral de baja calidad el peso de los profesionales, científicos e intelectuales (10.6%) y los técnicos y profesionales de nivel medio (7.8%). Sin embargo, en el conjunto de ocupaciones de muy baja calificación, portadores de competencias cognoscitivas elementales, las predominantes totalizan casi el 62% de la ‘fuerza laboral' del país. Este es el contenido social profundo que tiene la matriz productiva y cuyo crecimiento, por más portentoso que parezca, no genera calidad de vida.

Se trata solo de empleos mal remunerados y no una ocupación, en su sentido integral.

Es este desempeño en la generación de desigualdades de la matriz socioeconómica de Panamá, la que se quiere profundizar, al darle contenido a concepciones de políticas públicas de corto plazo, como las manifestadas por el Titular del Ministerio del Trabajo, que afirma ‘que los padres de familia se quiten el tabú de que todos nuestros hijos tienen que ser profesionales.

Nuestros hijos pueden ser técnicos. En una formación de uno o dos años, pueden ganar más salario que en una carrera de cinco o seis años' ( La Estrella de Panamá 19/7/2015).

Esta concepción hecha política, que se materializa en acciones institucionales tendientes a reorientar a los 26 bachilleratos del país, solo es posible cuando no se tiene una visión estratégica del desarrollo y no se conoce el concepto de sociedad del conocimiento.

DESEMPEÑO DE LOS INDICADORES

Según la Fundación del Trabajo, los nuevos empleos generados en el 2015, en una alta proporción (64%), fueron de mala calidad.

Son empleos creados fuera del empleo formal, precarios y sin protección social.

Se establece en dicho informe que, ‘en los últimos 10 años, el crecimiento ha sido insuficiente para proveer empleo asalariado y protegido a la creciente fuerza de trabajo' ( La Estrella de Panamá 20/12/2015).

En refuerzo a lo anterior, la Contraloría General de la República, en Encuesta sobre Personal Empleado (enero a sept. 2014/1015), registra disminuciones en la industria manufacturera en la provincia de Panamá (-0.5%); disminuciones en el comercio al por mayor (-2.2%) y al por menor (-1.8%) en el resto de la República.

Hoteles y restaurantes disminuyen tanto en la provincia de Panamá como en el resto de la República en un -3.5%.

Si bien, algunas disminuciones en el resto de la República se ven compensadas con leves aumentos en la Provincia de Panamá, el conjunto, lo que expresa es un crecimiento desigual con tendencia a la concentración y a la exclusión.

La deuda de Sector Público No Financiero (SPNF) constituido por el conjunto de entidades públicas, esto es por el por el Gobierno y las empresas públicas no financieras, es de $20,325.6 millones a noviembre de 2015.

Un aumento de cerca de $2,657.4 millones con respecto a junio 2014. Se estima que la deuda SPNF, más otros compromisos, estarían cercanos a los $25 mil millones ( La Estrella de Panamá 15/12/2015).

Un gobierno endeudado conlleva un ciudadano hipotecado.

CUESTIONES DE LA AGENDA NACIONAL

Si consideramos el incremento en el costo de la vida, el problema sin solución del agua en nuestras comunidades, la ineficiente logística en la recolección de la basura, los problemas del transporte público y el congestionamiento de las vías de acceso a la ciudad, las indefiniciones y ambigüedades en la política ambiental especialmente en relación a las hidroeléctricas, termoeléctricas y actividades extractivistas, tenemos una larga lista parcial de un conjunto de problemas que escapan, por ahora, del ‘Plan Estratégico Nacional: Un Solo País'.

La perspectiva sería distinta si se reinsertan las cuestiones de la agenda nacional en una política científica de resolución de problemas, que obligue a tomar en serio la llamada ‘transferencia de conocimiento', vínculo entre la función de la política pública y el papel que tiene la academia en las tareas del desarrollo.

CONSIDERACIONES FINALES

Es reiterado en el análisis político, que el país carece de una sólida institucionalidad y que esta deficiencia no nos permite construir un orden político-social basado en la inclusión y en la participación plena de la ciudadanía.

Este centro gravitacional de todo orden político democrático con pretensiones de estabilidad es sobrepasado de manera funesta por la persistente práctica de una clase de empresarios políticos de gobernar este país con criterios extremadamente mercantiles.

Esta práctica de un país gobernado supuestamente por quienes se creen sus dueños, solo puede ser entendida si nos sumergimos en las no complicadas relaciones de lo económico con lo político que funcionan cual vasos comunicantes.

Sin embargo, la exclusión y ausencia de la academia—profesionales y científicos—limita y no permite que perspectivas no mercantilizadas, centradas en el análisis de las complejas relaciones de nuestra sociedad con la naturaleza, orienten científicamente el contenido eminentemente público de las políticas institucionales.

La sociedad del conocimiento es el tema central de la Agenda Sur-Sur, y configura hoy día como paradigma, la principal idea fuerza desde la cual países e instituciones de la región—especialmente las académicas—asumen el reto del desarrollo. Panamá está con retraso.

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MISIÓN Y VISIÓN DE FLACSO

La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) es un organismo regional, instituido por la UNESCO para impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de las Ciencias Sociales.

El Programa FLACSO-Panamá busca dotar a la población de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.

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