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‘Cuchillos largos’ en la Asamblea y la fragilidad de la coalición opositora



- 06/08/2025 00:00
La conformación de las comisiones permanentes en la Asamblea Nacional, con un cierre dramático por votación y el azar como protagonista, empiezan a dibujar el tinglado político para la legislatura en curso. De las 15 comisiones, 13 se definieron por consenso y dos en votación: Credenciales y Gobierno.
Una elección que se presentaba como la primera prueba de fuego de la coalición opositora, tras ganar la junta directiva del Legislativo frente al oficialismo. El pasado 1 de julio, el panameñista Jorge Herrera obtuvo la presidencia del hemiciclo, sumó 37 votos frente a los 34 que consiguió el acuerdo entre el gobernante partido Realizando Metas (RM), el Partido Revolucionario Democrático (PRD) y fracciones de la bancada Mixta y Cambio Democrático (CD).
Por eso, al menos en el papel, la coalición opositora esperaba lograr un piso de 37 votos que le darían el control de la comisiones, pero la matemática no dio y terminó incluso invertida. El bloque oficialista junto al PRD y otros sacaron 37 votos, mientras la alianza 34. Tres votos menos que los alcanzados el 1 de julio. En el caso de Credenciales la situación fue peor. Los opositores sumaron 33 votos, mientras que el bloque oficialista se llevó 38 apoyos. La diferencia fue de cuatro votos.
La fragmentación surgida de las elecciones generales de 2024, que castigó a los partidos tradicionales en favor de las propuestas por libre postulación, ahora pesa más. La alianza, que asegura es de oposición, está conformada por Vamos -independientes-, el nuevo partido Movimiento Otro Camino (MOCA) -que surgió de la libre postulación-, junto a colectivos tradicionales: el Partido Panameñista, Partido Popular y también una facción CD.
Una coalición que prometió cambios “profundos” y que buscaría ser un “contrapeso” al Ejecutivo, pero para ello requerían un nivel de cohesión que todavía debe probarse. Más allá de las distancias ideológicas, que son casi nulas. El gran problema subyace en torno a agendas legislativas, proyectos políticos y personales, así como los términos de la relación -colaboración o tensión- con el Ejecutivo.
Un escenario que incluso pudo terminar con una escandalosa derrota política, de no ser por la suerte. Ante un empate para el último puesto en ambas comisiones, todo se dilucidó como establece la norma legislativa en esos casos: por azar. La lotería con balotas en medio del pleno, favoreció a los dos candidatos de MOCA, los diputados José Pérez Barboni y Ernesto Cedeño.
¿Hubo traición? ¿No contaban con los votos de antes? No queda claro quién intercambió sus lealtades. El artículo 43 del Reglamento Interno de la Asamblea establece que, para el proceso de conformación de las comisiones -en ausencia de consenso- el asunto debe resolverse con una votación secreta en el pleno. Lo que dificulta más precisar quién se volteó al final.
Pérez Barboni lanzó duros trinos en X acusando a dos diputados de no cumplir su compromiso, aunque queda claro por los números que hubo más de dos que cambiaron sus lealtades. En redes sociales se señaló a diputados de Vamos, que de acuerdo con fuentes legislativas, terminaron hasta altas horas de la noche discutiendo tras la votación, en medio de reproches, sobre quién “traicionó” lo pactado. Una situación que parece ahondar la desconfianza mutua y divisiones internas entre los independientes, misma que se expresó con virulencia durante la votación de la propuesta oficialista de la Ley 462, donde la bancada quedó partida a la mitad.
Este medio conoció que también hubo críticas sobre cómo votaron algunos diputados del CD y que también se esperaba se honrara un acuerdo con aquellos que no votaron por la alianza el 1 de julio, pero en ese caso tampoco hay claridad de si se cumplió lo pactado.
Si bien todas las comisiones tienen un rol fundamental en distintos temas, son Gobierno, Presupuesto y Credenciales aquellas con mayor poder para los parlamentarios. Son históricas plataformas de los diputados para presionar al Ejecutivo y chantajear a cambio de prebendas.
Credenciales, pieza clave en el andamiaje institucional del Estado, debe ratificar a los funcionarios designados por el Ejecutivo, que en esta legislatura podrían incluir a dos magistrados de la Corte Suprema de Justicia -cuya llegada pueden cambiar la balanza en el tribunal- y aprobar al defensor del Pueblo, entre otros funcionarios. La comisión también puede investigar al presidente de la República, una demanda que toma fuerza ante las críticas de autoritarismo contra José Raúl Mulino, sobre todo después de las protestas contra la Ley 462 que reformó la Caja de Seguro Social y en el que existen denuncias de graves violaciones a los derechos humanos contra la población, sobre todo en la provincia de Bocas del Toro.
También le corresponde revisar el Reglamento Interno de la Asamblea, lo que abre la esperanza de cambios en las dinámicas legislativas, obsoletas y con fallas que facilitan el clientelismo y los malos manejos.
Por lo tanto, el control de Credenciales era fundamental. Sin embargo, la correlación de fuerzas terminó siendo progobierno. De los nueve espacios, la coalición opositora terminó con 4 diputados, mientras que el oficialismo-PRD con cinco, lo que hace muy difícil que consigan mayoría y probablemente termine el diputado perredista Benicio Robinson en la presidencia de la comisión. Un claro revés para el cálculo opositor y que facilita un paso expedito de las propuestas que lleguen desde el Palacio de las Garzas.
El contraste está la Comisión de Educación, donde los opositores consensuaron su mayoría y el diputado Jorge Bloise (Vamos) se convirtió ayer en su presidente. Sin embargo, aún el país está a la espera sobre si realmente habrá una oposición real o solo será testigo de una frágil coalición surgida de las negociaciones por cuotas de poder; la práctica política de siempre.