La niñez: el presente y su condición de futuro

  • 17/07/2016 02:00
El grupo de la niñez, como factor social, biológico, psicológico y emocionalmente diferenciado del adulto, abre perspectivas insospechadas

Un encuentro casual e inesperado introdujo, hace más de quinientos años, la historia de occidente al continente americano. El impacto de este hecho podría sintetizarse diciendo que se produjo un cambio en el curso de la historia universal; pero que fue muchos años después que la niñez, en cuanto a hecho social, empezó el largo camino para el reconocimiento de su derechos.

A partir de la de la aprobación y ratificación, por parte de los estados miembros de Naciones Unidas, de la Convención sobre los Derechos del Niño, se ha ido avanzando en el significado de lo que es la vida inteligente y cómo preservarla en condiciones de bienestar.

LOS NIÑOS, SUJETOS DE DERECHO

La niñez, como hecho social, biológico, psicológico y emocionalmente diferenciado del adulto, abre perspectivas insospechadas por lo que en los últimos cien años se ha registrado un movimiento acelerado en la comprensión intelectual de la niñez y su importancia en la evolución de la sociedad humana.

La Convención sobre los Derechos del Niño es el Tratado Internacional más ratificado en el mundo. Posteriormente se complementó con tres Protocolos Facultativos relativos a la Participación de los Niños en Conflictos Armados y el de la Venta, la Prostitución y la utilización de Niños en la Pornografía Infantil y el de Procedimientos de Comunicaciones.

Desde el momento que Panamá ratificó estos instrumentos, el Estado, a excepción del Protocolo Facultativo relativo a un Procedimiento de Comunicaciones que está pendiente, se comprometió a asegurar que toda la legislación nacional acoja los principios consagrados en cada artículo de la Convención sobre los Derechos del Niño y materializar las normas jurídicas positivas de carácter internacional y nacional en políticas públicas.

Marco normativo

El hecho de que Panamá haya ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño y dos de los protocolos respectivos, obliga abordar esta tarea y desarrollar un marco de políticas basadas en el principio de universalidad con el fin de superar las situaciones, sociales, económicas y culturales que determinan discriminación y, por ende, desigualdad.

Los esfuerzos que se realizan para adelantar una legislación sobre la protección de la niñez obligan a revisar detalladamente los instrumentos de políticas con miras a indagar su consistencia y coherencia con la doctrina de protección integral; así como diseñar el sistema de dispositivos institucionales requerido para su implementación.


MISIÓN Y VISIÓN DE FLACSO

FLACSO es un organismo regional, instituido por la UNESCO para impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de las Ciencias Sociales.
El Programa FLACSO-Panamá busca dotar a la población de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.

El seguimiento a la implementación de la Convención sobre los Derechos del Niño toma en cuenta dos aspectos clave: identificar los progresos e identificar las violaciones. El proceso de preparación, entrega y da seguimiento a las recomendaciones del informe al Comité de los Derechos del Niño y del Informe Periódico Universal que el Estado somete a la consideración del Consejo de los Derechos Humanos de Naciones Unidas son importantes y útiles.

Llama la atención que las recomendaciones que emite el Comité sobre los Derechos del Niño no sean lo suficientemente divulgadas y el hecho de que no hay un interés explícito en el seguimiento por parte de aquellos actores que constantemente protagonizan la querella pública.

Por ejemplo, los protocolos sobre participación de lo niños en conflicto armado y el de pornografía, luego de 16 años de ratificados, siguen en mora con respecto a la entrega del informe por parte del Estado y el de procedimientos de comunicación aún no ha pasado por la Asamblea Nacional para su debida ratificación.

LOS CUELLOS DE BOTELLA

El Comité de los Derechos de los Niños, como mecanismos internacional de seguimiento, destaca en sus últimas reportes los avances en materia de educación, salud, disminución de transmisión materna infantil del VIH, discapacidad, registro civil, entre algunos; pero manifiesta su preocupación con respecto a las situaciones socio culturales presentes en la sociedad panameña que no favorecen el justo reconocimiento de la niñez como titulares de derecho, al igual que la prioridad que debe concederse en la agenda pública.

En el texto de las recomendaciones se expresa la preocupación sobre la existencia de un contexto de crecimiento económico sostenido, pero con elevadas tasas de pobreza que afecta a los niños implicando la necesidad de resolver las causas estructurales de la pobreza y la desigualdad.

En consecuencia, estamos llamados a realizar análisis multicausales para generar respuestas de carácter sectoriales e intersectoriales que contribuyan en la elaboración de estrategias efectivas y que originen un cambio en la situación de la niñez panameña.

La información disponible pone en evidencia tres cosas: la situación de pobreza y exclusión social afecta a los grupos afros panameños de los barrios urbanos marginales y lo indígenas de las zonas rurales y remotas; el lugar donde están localizados los pobres y excluidos no necesariamente son aquellos caracterizados por la violencia que se genera en las ciudades y la mejor calidad de los servicios públicos dependerá no solo de la inversión de megas proyectos de infraestructura, sino de la inversión para reafirmar la práctica de estrategias de atención primaria o preventiva que origine nuevas formas de organización social para el fortalecimiento de los entornos naturales donde crece y se desarrolla el niño: familia, escuela y comunidad.

LA NIÑEZ, UNA RESPONSABILIDAD DE TODOS

La tarea de contar e implementar un marco normativo y de políticas orientado a los niños como titulares de derechos no es fácil; pero es imperativo que se le otorgue la máxima prioridad política.

Los retos de conjugar políticas para la superación de la pobreza y la exclusión social, erradicar la violencia y mejorar los servicios públicos supone reanimar a la gestión pública para que propicie la debida coordinación entre los diferentes niveles de gobierno en todos los espacios político-territoriales y con la participación de la sociedad civil, incluyendo, en particular, la participación de los propios niños y adolescentes.

Las leyes y políticas dirigidas a la protección integral de la niñez tienen que preservar los derechos humanos y cualquier iniciativa tiene que ser para mejorarlos y de ninguna manera para restringirlos.

Es necesario superar la jerarquía y la discriminación propia de la ‘cultura adulcéntrica' que pone excesivo peso de responsabilidad en la niñez y la adolescencia sobre sus propios problemas cuando no son más que la consecuencia de la falta de inversión; vista ésta como un complejo de recursos presupuestarios, de tiempo, de dedicación, educación y compromiso por parte del Estado, las comunidades y las familias.

La coordinación debe servir para avanzar en los temas que tradicionalmente consideramos propios del bienestar de la niñez, como lo son educación o salud, asimismo de aquellos que tienen un impacto mayúsculo como son los temas de planificación, finanzas, justicia, seguridad, medio ambiente, entre otros.

A más de 25 años de haber sido ratificada la Convención por Panamá es importante recordar que la niñez constituye el presente y su bienestar es la condición necesaria para avanzar en un proyecto de humanidad y de paz.

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‘La Convención sobre los Derechos del Niño es el Tratado Internacional más ratificado en el mundo',

NADYA VÁSQUEZ

SOCIÓLOGA Y EX REPRESENTANTE DE UNICEF.

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‘Implementar la normativa para proteger los derechos de la niñez debe ser un imperativo en la política del Estado',

NADYA VÁSQUEZ

SOCIÓLOGA Y EX REPRESENTANTE DE UNICEF.

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