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- 14/08/2011 02:00
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PANAMÁ. Aunque la manera en que manejó los ataques sistemáticos de parte de algunos de sus aliados de Cambio Democrático fue duramente cuestionada, detrás de esa actitud pasiva Juan Carlos Varela estudiaba cuidadosamente el plan que lo llevaría a convertirse en la figura del oficialismo.
Varela atravesó una tempestad cuando la temperatura en la alianza oficialista llegó al punto de ebullición. Por un lado, sus copartidarios exigían respeto a los CDs y por el otro, miles de panameñistas estaban temerosos de perder su puesto de trabajo en el gobierno. Al mismo tiempo, a lo interno de su partido se preparaban para una renovación de sus directivas, elección crucial para sus aspiraciones presidenciales de 2014.
La medición de fuerzas entre CD y panameñistas por la presidencia de la Asamblea Nacional le sirvió para ganar más puntos en la opinión pública.
El partido estaba demostrando que no era tan sumiso como aparentaba.
FORTALECIENDO EL PARTIDO
Después de lo acontecido ese 1 de julio, cuando la bancada panameñista abandonó el pleno legislativo al CD confirmar la ruptura del pacto eligiendo a Héctor Aparicio como presidente de la Asamblea, la palabra unidad era determinante para los panameñistas si querían regresar a la silla presidencial, más cuando CD anunció el llamado a interpartidarias en la alianza, para elegir quién los representaría en las elecciones de mayo de 2014.
Entonces Varela hizo otra movida estratégica. En la inscripción de su nómina de la Junta Directiva del Panameñismo incluyó a Alberto Vallarino. Quien lo adversó en las primarias de 2008 sería ahora su vicepresidente. En su equipo también incluyó al diputado José Isabel Blandón.
Su plan político incluyó el apoyo de dos importantes empresarios panameños. Nicolás González Revilla y la familia Motta, ambos facilitaron sus aviones para la gira nacional de Varela, convirtiéndose en sus padrinos políticos, una semana antes de la Convención Nacional Panameñista donde Varela obtuvo una victoria de un 98%.
Ese mismo día, Varela también consiguió el apoyo de sus rivales en el panameñismo, José Antonio Domínguez y Mireya Moscoso, que hicieron un llamado a la unidad en el partido.
LAS ENCUESTAS
Los números de las encuestas también se convirtieron en un aliciente para la remontada política de Juan Carlos Varela.
El último sondeo de Dicther & Neira lo consolidó como el puntero del oficialismo de cara al 2014, y revelando que fuera de Ricardo Martinelli, CD aún no tiene una figura presidencial que logre sobrepasar al líder panameñista. Tiene una ventaja doble frente a su más cercano contendor, Guillermo Ferrufino.
UN NUEVO RUMBO
Su giro político ahora muestra a un Varela más agresivo. Las últimas declaraciones que dio, sobre la polémica en la alianza por la segunda vuelta electoral, lo dejan ver. Incluso, fuentes del Palacio Presidencial confirman que la relación con el presidente Martinelli ha variado. Ambos están distanciados.