La administradora de la ATP, Gloria De León, explicó que cuando salen a posicionar a Panamá, lo hacen resaltando estás cualidades y otras como la biodiversidad...
- 18/09/2025 00:00
En menos de una semana hemos visto dos noticias que ponen a prueba la confianza de los ciudadanos en nuestras instituciones en el mundo digital del Estado: el ciberataque al Ministerio de Economía y Finanzas y las irregularidades detectadas en el sistema e-Tax de la DGI. Un ataque fue externo, el otro interno. Ambos revelan lo mismo, Panamá, tanto en el ámbito público como en el privado, necesita apoyar de forma integral una estrategia seria de ciberseguridad, asegurando la confianza de los ciudadanos en cómo respaldamos la continuidad operativa de las instituciones, la protección de nuestra información, de nuestro dinero y la prevención de la corrupción o los delitos digitales, tanto internos como externos.
Siempre insisto en que, más allá de las herramientas tecnológicas, la verdadera brecha está en la educación en temas de tecnología. Los funcionarios que operan plataformas críticas deben contar con formación constante en inteligencia artificial y ciberseguridad, no solo para ser más eficientes y seguros en su trabajo, sino también para enfrentar ataques externos y manejar con responsabilidad el acceso a datos sensibles. Esta capacitación debe incluir cómo reconocer intentos de robo de bases de datos, de phishing e ingeniería social, así como la práctica de buenas conductas digitales: revisar y analizar cuidadosamente correos electrónicos y documentos antes de abrirlos, evitando ransomware, validar la procedencia de enlaces y mantener una actitud preventiva frente a hechos de corrupción en software o bases de datos. Sin esta cultura de prevención, cualquier sistema, por moderno que sea, seguirá siendo vulnerable.
Igualmente, se requiere fortalecer los mecanismos de Contraloría en temas tecnológicos, así como las auditorías internas, esta vez enfocadas en delitos digitales y malas prácticas relacionadas con el uso de software o el acceso a bases de datos. Con el apoyo y la capacitación en herramientas de automatización con inteligencia artificial y ciberseguridad avanzada, es posible detectar patrones en bases de datos o sistemas que evidencien estafas, corrupción o manipulación de registros tributarios antes de que escalen a escándalos públicos.
Ambos casos son preocupantes porque afectan directamente la confianza en las instituciones. La ciberseguridad no debe verse como un gasto, sino como una inversión en confianza institucional. Panamá ya está consolidado como hub comercial, financiero y logístico; su futuro es consolidarse como un hub digital, pero ese liderazgo solo será posible si fortalecemos a quienes están en primera línea: nuestros servidores públicos.