Wanda 'aprenderá' a reconocer y clasificar los desechos

Actualizado
  • 22/04/2022 00:00
Creado
  • 22/04/2022 00:00
Hoy, en el Día Mundial de la Tierra, damos un vistazo al innovador sistema de retención y recolección de basura que levanta Marea Verde en el río Juan Díaz, el cual distinguirá y catalogará los desechos sacados del río, gracias a un sistema tecnológico de vanguardia
Adelanto de cómo se verá la estructura de la rueda de agua ya terminada.
En un año, el BoB retuvo unas 100 toneladas de plástico.
Se espera que el proyecto empiece a funcionar en mayo.

Wanda Díaz, la estructura o rueda de agua que se construye a orillas del río Juan Díaz para detener y recoger los desechos sólidos flotantes que bajen por el cauce, será dotada con dispositivos que le permitirán identificar y categorizar los desperdicios de forma automatizada, usando herramientas de inteligencia artificial y dinamizando los procesos de separación, reciclaje o descarte de los materiales.

Hablamos del proyecto que lleva adelante Marea Verde, organización panameña sin fines de lucro que antes gestionó un proyecto ambiental piloto que se popularizó en redes sociales con el nombre de BoB, la biobarrera naranja flotante instalada entre 2019 y 2020 en las cercanías de la desembocadura del río Matías Hernández.

Volviendo al componente tecnológico de Wanda, este sistema proporcionará información del tipo de desechos sólidos retirados del agua, especialmente los tipos de plásticos, explica la Dra. Nélida Gómez, cofundadora y vicepresidenta de prospectiva estratégica de Wisy, empresa de alta tecnología con sede en Panamá y Silicon Valley, que está a cargo del desarrollo del componente de inteligencia artificial de Wanda.

¿Cómo funcionará? El sistema contará con una serie de dispositivos con cámaras de alta resolución que captarán imágenes de los desechos sólidos cuando salgan del agua a través de las bandas sinfín de Wanda y las enviarán a un servidor para ser analizadas mediante modelos de aprendizaje automatizados

“Nuestra meta es optimizar estos modelos de aprendizaje automático en menos de un año para lograr información de alta calidad y de forma eficiente, aun bajo condiciones físicas adversas como suciedad o deformidad que presenten los desechos (...) Esto sería un logro tecnológico a favor de Panamá a mediano y largo plazo. Llegar a ser más eficiente que el ojo humano abre una oportunidad de avance tecnológico para el proyecto”, destaca Gómez.

Es que, además de hacer más eficaz el proceso de recolección y clasificación de los desperdicios, el plan de Wisy es que la “inteligencia artificial” de Wanda genere información que ayude a educar acerca del rol de las comunidades en la cuenca del río Juan Díaz, que resalte la importancia de disminuir el volumen de los desechos sólidos y de descartarlos de forma apropiada, y que sirva de respaldo a las autoridades de los gobiernos locales a la hora de tomar decisiones y establecer regulaciones

La información del proyecto también ayudará a alimentar una base de contenidos global que Benioff Ocean Initiative ha montado para la Coalición para Océanos Limpios y que estará disponible para científicos y ciudadanos en todo el mundo, añade la cofundadora de Wisy, organización que también está trabajando en un proyecto de inteligencia artificial (analítica predictiva) respaldado por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt).

Innovación ambiental

El proyecto Wanda Díaz tomó vuelo en 2019, cuando Marea Verde resultó ganadora de fondos otorgados por Benioff Ocean Initiative y Fundación Coca-Cola para el desarrollo de propuestas innovadoras en protección de los ríos y mares.

La propuesta presentada por Marea Verde fue instalar una trash wheel en un río de alta contaminación de Panamá, emulando a las que funcionan en la bahía de Baltimore, Estados Unidos, una estructura capaz de operar al 100% con energía hidráulica y solar, y complementada con un sistema tecnológico que automatice el trabajo de catalogar los desperdicios retenidos y dirigidos por el BoB (acrónimo de la expresión “barrera o basura”) hacia el interior Wanda (de wheel and action).

No existe en Latinoamérica un proyecto similar; por tanto, Panamá estará a la vanguardia regional en materia de protección de ríos y mares y en la lucha contra la contaminación por plásticos, destaca Sandy Watemberg, directora ejecutiva de Marea Verde. “Estamos realizando un proyecto integral que incluye componentes de tecnología, investigación y sensibilización con el fin de mitigar la problemática del plástico en el río Juan Díaz y en todos los ríos urbanos, ya que en vista de la cantidad de desechos que son vertidos en los ríos y que llegan al mar, se hace urgente que tanto ciudadanos como empresas y organizaciones busquemos nuevas formas de disminuir la afectación por plásticos en el ambiente y en nuestra salud”, sustenta.

Producción de basura

Watemberg se refiere específicamente a las 4.400 toneladas de basura que se generan cada día en el país y al 40% de esos residuos que termina en los ríos y los océanos. Se estima que cada año los habitantes de Panamá desechan al mar unas 102.229 toneladas de basura, como resultado de los 1,2 kilogramos de desperdicios diarios que genera cada persona en el país, uno de los mayores índices de producción de basura per cápita de la región, según destacan informes del  Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y del plan piloto del programa Basura Cero.

Además, el río Juan Díaz es uno de los siete ríos de Panamá presentes en la lista de los 1.000 ríos más contaminantes del mundo, elaborada y publicada en 2020 por The Ocean Cleanup.

De acuerdo con este estudio, el río Juan Díaz es responsable de llevar al menos unas 175 toneladas anuales de plástico al mar. Río Abajo, el Matasnillo, río Córdoba, río Caimito, río Platanal y quebrada Santa Elena, son los otros ríos más contaminantes de Panamá.

El Pnuma publicó a finales de 2021 una de las evaluaciones más recientes sobre el impacto de la contaminación de los ecosistemas marinos y el documento resalta que si no se aplican medidas preventivas drásticas, en 20 años la cantidad de plástico arrojado al océano se triplicará (entre 23 millones y 37 millones de toneladas) y en cada metro de costa habrá, en promedio, unos 50 kilos de este material.

Todas las formas de vida que dependen del océano serán afectadas, enfatiza el estudio ambiental, incluyendo los humanos, como demuestran los recientes hallazgos de partículas de microplásticos en la sangre y pulmones de unos 30 pacientes en Reino Unido. Tereftalato de polietileno (PET), polietileno y polímeros de estireno, fueron los microplásticos más comunes encontrados en las muestras.

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