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- 17/07/2015 02:00
- 17/07/2015 02:00
Después de años de una estética y una narrativa que traspasaba la particularidad de cada uno de sus cómics para llevarlos como parte de un universo relativamente homogéneo al cine, los estudios Marvel estrenan esta semana Ant-Man: El hombre hormiga , una película extraña dentro de su universo.
Extraña porque se encuentra en una especie de limbo. Ant-Man es, por un lado, uno de los personajes más longevos de la compañía y uno de los mismísimos fundadores de Los Vengadores. Pero también uno de los superhéroes menos populares dentro del catálogo.
Por eso, y a pesar de que se trata de un proyecto comenzado hace ya ocho años, llega como una de las sorpresa de Marvel de 2015, similar a lo que fue el año pasado Guardianes de la Galaxia . Es decir, un escape para no cansar a los fans de siempre con los mismos personajes.
Esta propuesta, que tiene a Paul Rudd y Michael Douglas como protagonistas y a Peyton Reed —que hasta ahora se había dedicado a la comedia— en la dirección, es también una de las más arriesgadas de Marvel.
Ant-Man es la película del estudio más cómica hasta la fecha y una de las que menos intenta poner en un pedestal a su protagonista. Su lógica no es la clásica que busca las razones psicológicas que crearon al superhéroe y que coloca la acción como atracción principal. Ant-Man es, antes que nada, una comedia.
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