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‘Come from away’, un musical donde la solidaridad y la empatía son protagonistas
- 17/09/2024 00:00
- 16/09/2024 17:44
Si usted se encuentra dentro de un avión y de repente se entera de que su vuelo ha sido desviado debido a un atentado terrorista, probablemente estaría nervioso de lo que está sucediendo. Lo mismo vivieron los 7 mil viajeros de 38 aviones comerciales que viajaban en medio de los ataques terroristas que asolaron la costa este de Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001, quienes tuvieron que desembarcar en el Aeropuerto Internacional de Gander en Canadá, quedando varados.
Ante los tiempos difíciles que estaban por venir, la comunidad local decidió organizarse para atender la emergencia y ofrecer alojamiento y manutención hasta que los visitantes pudieran regresar a sus hogares de forma segura.
De esa historia, se inspiraron los guionistas de Come From Away, Irene Sankoff y David Hein, quienes convirtieron esa historia real en un musical que se ganó el aplauso de la crítica al acumular diversos premios, como el Tony, uno de los más prestigiosos de la industria del teatro. Esta historia de resiliencia humana pronto se verá en las tablas del Teatro Nacional bajo la dirección teatral de Malky Zebede y César Robles y la dirección musical de José Pepe Casis y Diana Durán. Las coreografías corren a cargo de Eileen FulaFlow de Icaza, mientras que la dirección de orquesta la manejará Eduardo Charry.
En una conversación con La Estrella de Panamá, Robles manifestó que este es el primer montaje realizado 100 % por el patronato del Teatro Nacional, al tiempo que apuntó que la presentación de Come from away va en línea con la programación teatral de este 2024, que aborda las conexiones humanas al igual que Querido Evan Hansen. La versión en español que se presentará en el escenario fue traducida y adaptada por los argentinos Carla Calabrese y Marcelo Kotliar.
“Come From Away trata, sobre todo, de la solidaridad y de cómo los seres humanos nos unimos en situaciones de crisis y logramos más trabajando en conjunto como comunidad. Aquí vemos cómo Gander se pone en pausa para ayudar desinteresadamente a las personas que quedaron en una situación muy complicada”, resumió el codirector de la obra.
Una labor desinteresada que no vio ni nacionalidades, etnias, religiones, diferencias políticas ni orientaciones sexuales, entre otros, que interfirieran en el valor humano de ayudar al otro.
Por otro lado, Robles aseguró que la puesta en escena de la obra fue un proceso que tomó varios años. Desde la adquisición de los derechos en español hasta el largo proceso de audición que, entre otros personajes, buscaba a los doce protagonistas principales de Come From Away, la puesta en escena de la obra fue un proceso largo. Un musical que tiene una estructura fuera de lo común, ya que el resto de las obras usualmente tienen en escena a tres o cuatro protagonistas.
“Todos los actores hacen tres o cuatro personajes diferentes durante toda la obra y además tiene mucha música. Una música, la de Gander, que se asemeja mucho a la música irlandesa, por lo que tuvimos que adquirir instrumentos específicos para la obra y los músicos tuvieron que ensayar horas adicionales para poder familiarizarse con los instrumentos. Tenemos dos meses de ensayos simultáneos, en los que todo sucede a la vez. Al principio, hay una sensación inicial de caos, pero después ves mucha música, actuación y desplazamientos en el marco de un guion que contempla que los actores cambien sus escenas sin salir del escenario”, describió.
Uno de los papeles de Roberto Thomas-Díaz en la obra es el de Kevin T., un hombre homosexual que viajaba con su pareja de vuelta a Dallas tras pasar unas vacaciones en París. Cuando se ven envueltos por la situación engorrosa de quedarse varados en Gander, se ven en la misma situación que viven los refugiados que tienen que huir de una determinada situación para salvar la vida. Al igual que el resto de los personajes, Kevin T. va narrando sus experiencias a los espectadores, quienes son testigos de los enamoramientos y las situaciones tensas que se van desarrollando en un escenario que se pinta cada vez más complejo.
“Hay otros que están tremendamente preocupados porque tienen familiares en la ciudad de Nueva York y no saben si fueron verdaderamente afectados por los atentados terroristas. Esto es parte de una obra que cuenta el 11 de septiembre de 2001 desde otra perspectiva, desde la gente que estaba afuera tratando de saber qué estaba pasando o que estaba tratando de llegar o volver a casa”, explicó el actor.
En opinión de Thomas-Díaz, esta obra es más relevante que nunca por su mensaje en pro del colectivismo como herramienta para solucionar los problemas que aquejan a la sociedad.
“Siempre pensamos en nosotros y en cómo las situaciones nos afectan a nosotros como individuos. En un momento de tanta tensión e incertidumbre, el hecho de que un pueblo completo en un lugar muy remoto en Canadá se haya unido para ayudar colectivamente a estas personas completamente desconocidas, habla mucho del valor de estar en comunidad. Nos necesitamos y no estamos solos ante los problemas. Eso es algo positivo que hay que comunicar al público”, consideró.
Ana Alejandra Carrizo, quien se mete en los zapatos de la directora de la escuela de Gander Beulah Davis, coincidió con Thomas-Díaz en este sentido. En tanto, aseguró que su personaje – al igual que el resto de los habitantes de esa comunidad canadiense – hospedó a pesar de las circunstancias a las personas que llegaron al lugar procurando su seguridad y comodidad en las instalaciones del colegio. “De esas situaciones se generan amistades para toda la vida”, aseguró.
Carrizo añadió que la solidaridad que muestra la historia original también traspasa a los mismos actores en el escenario, ya que la complejidad de la obra requiere que se ayuden mutuamente para que cada uno brille en su papel, ya sea moviendo correctamente una pieza de utilería para poder montar la escena siguiente.
“Confiamos mutuamente en nosotros mismos. Los doce actores son muy talentosos y es primordial el compañerismo, la buena energía y el profesionalismo que hay en el elenco. Cada uno forma parte de un engranaje en el que todos somos responsables de lo que hacemos con mucho cariño para el público. Una historia en la que buscamos decir que siempre hay esperanza en medio de todo lo malo”, dijo.