Las acciones de la Contraloría se dan tras más de un mes de huelga en el sector docente que arrancó formalmente el pasado 23 de abril
- 14/03/2011 01:00
PANAMÁ. Jugos naturales versus gaseosas, ese es el dilema. Muchas personas optan por acompañar sus comidas con un vaso de jugo natural, con gaseosa y muy pocas con agua. De hecho, en términos de nutrición, no es necesario acompañar un almuerzo o una cena con este tipo de líquidos, según revela Aleida Samaniego, especialista en nutrición. Ahora bien, a pesar de que no es primordial, tampoco es prohibido. Lo que sí hay que controlar son las cantidades. ‘Con un solo vaso de jugo de naranja natural en la mañana puedes reemplazar el desayuno. Esto se debe a que estos no sobrepasan las 100 calorías a diferencia de comerse, por ejemplo, dos tostadas con mantequilla’, dice. Y es que beber jugos naturales no solo representa una fuente de nutrientes, sino que además ‘desempeñan una acción depuradora. Es decir, que tienen propiedades desintoxicantes. Al mejorar nuestra alimentación y consumir más fibra aumenta nuestro tránsito intestinal. Además, las frutas más diuréticas favorecen la eliminación de toxinas. Sin lugar a dudas, los jugos naturales son una de las mejores opciones para mantenernos saludables’, comenta Samaniego. A pesar de todos estos beneficios ella aconseja no exagerar ni consumirlos en las comidas. ‘No es conveniente tomar jugos de frutas en las comidas, ni después de éstas. Debe hacerse como mínimo una hora antes o una hora después, mejor entre comidas’, comenta. Pero además añade que ‘un plato de arroz y ensalada de papas o de lechuga, por decir algo, tienen suficiente carbohidratos, así que no se necesita ingerir jugos de fruta natural. Uno en la mañana y uno en la tarde bastan para darle la suficientes vitaminas al cuerpo’, manifiesta. Pero como todo en exceso es malo la experta aclara que el consumo continuo de jugos naturales, sobre todo aquellos ácidos, ‘puede producir erosión del esmalte dentario y hasta dolores’.
GASEOSAS Y OTRAS BEBIDAS
La costumbre de beber gaseosas en nuestro país se heredó de la constante publicidad ‘gringa’ y de lo barato y fácil que resulta obtenerlas. Sin embargo este líquido tiene varios secretos ocultos que no contribuyen a nuestra buena salud. ‘Debido a su contenido de ácido fosfórico los huesos sufren un efecto desmineralizante y pierden calcio, vital para el mantenimiento de los mismos’, declara el ortopedista Mario Aníbal Bermúdez. Para la odontóloga Valeria Wong consumir mucha gaseosa provoca altos niveles de acidez y deterioran el esmalte de los dientes, además de favorecer la aparición de caries’. Para Samaniego las soda tampoco pinta mal en lo que a nuestro peso se refiere. ‘Cada vaso de gaseosa es lo mismo que ingerir tres sobres de azúcar, por lo que agrega a nuestro cuerpo entre 100 y 130 calorías. Con respecto a las famosas gaseosas lite o dietéticas Samaniego observa que sí son bajas en azúcares, pero que su consumo desmedido ‘provoca ansiedad por comer más y que esto causa desórdenes en el metabolismo y alteraciones en la función del calcio en el organismo’.
Otra de las constantes interrogantes surge acerca de las bebidas vitamínicas y deportivas. Es sabido que fueron creadas con el fin de rehidratar y aportar energía a los músculos activos para mejorar el rendimiento durante el ejercicio. Ahora bien, esto no significa que sean tan beneficiosas, sobre todo si su consumo se vuelve costumbre. ‘No es tan cierto que te dan energía; pasado el efecto te sentirás más cansado y se empiezan a sentir los efectos del estrés muscular. Si son consumidas en exceso, las sustancias estimulantes causan ansiedad, agitación y en algunos casos presentan un grado de toxicidad cuestionable, como sucede con la taurina y la glucoronolactona. Se trata de sustancias que alteran el funcionamiento de nuestro organismo de forma brusca, por lo que deben ser ingeridas con moderación y cierta cautela’, aseguró el fisiólogo Ernesto Loaiza. Pero la cuestión es aún más peligrosa si se combinan estas bebidas con el alcohol. ‘ Generalmente las rehidratantes están asociados con las fiestas. Cuando se los consume en combinación con el alcohol, los energéticos provocan el aumento de la adrenalina, palpitaciones, sudores y, dependiendo de la cantidad ingerida, pueden llevar a la deshidratación, porque se trata de dos bebidas con propiedades diuréticas’, concluye Loaiza.