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- 20/05/2019 02:03
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PRIMERA SENTADA
Pensativo, inicio estas cortas líneas y al querer delinear la procedencia de este joven artista panameño, mi corazón se ilumina de alegría, pues al querer encerrar en pocas líneas su sancocho genealógico, me doy cuenta de que es imposible, puesto que el mundo se derritió en el seno de su numerosa familia.
Abuela veragüense, procedente de Soná; padre de Sabana Grande de Macaracas, Los Santos y el abuelo procedente de Cantón, China… ¡se mezclan tantas cosas!: emociones, recuerdos, raíces, objetos, lugares, fatigas, viajes, personas. Cada una de ellas llena de intensas memorias. Ahí, en el seno de ese cosmos familiar, a Francisco le viene dado el apodo de Cisco, seudónimo con el cual es conocido actualmente en el mundo de las artes.
La alegría que siento creo que es compartida con muchos lectores, porque es la historia de la gran mayoría de personas que decidieron echar raíces y tener familia en nuestro país, creando esta bella diversidad cultural que hace único a nuestro Panamá. Y Cisco Merel es uno de los ejemplares jóvenes que nos orgullece, porque representa el intelecto activo con que nuestro terruño puede contar.
GRAFITIS EN ABANDONADOS SOLARES (SEGUNDA SENTADA)
Cisco vive su infancia y adolescencia entre viajes al interior de la república y la ciudad de Panamá, haciendo sus estudios en la ciudad capital. Él, como muchos jóvenes capitalinos por eso del 1997, vive las jugosas emociones de la práctica del reciente deporte del skateboarding. Es un periodo en que no existían los espacios, ni las comodidades necesarias para el desenvolvimiento de tal disciplina. Es entre las calles que van desde San Francisco hasta el Casco Viejo que recordamos a un Cisco sobre su patineta, transitando hasta adueñarse con los demás jóvenes soñadores del cruising ciudadano, en busca de espacios baldíos donde practicar sus acrobacias y compartir sus habilidades.
‘Conocer al maestro Cruz Diez en París fue esencial para el trabajo de Cisco. El maestro venezolano abre en Panamá su taller industrial, de modo que el contar con una estructura profesional, lo ayuda a concebir una nueva manera de producir sus obras, trasformando su trabajo'.
Es así que, en esos espacios baldíos del Casco Viejo, se le presenta la oportunidad de expresar sus primeras inquietudes artísticas. Cisco inicia a realizar sus grafitis dando una temprana estimulación a lo que poco a poco lo acercaría a decidir su vida de carrera artística.
DEL DIABLICO BLANCO AL DIABLO ROSSO (TERCERA SENTADA)
Aparecen entonces los trabajos junto a su hermano dentro del estimulante mundo de la publicidad y de la fotografía… hasta entrar a la Escuela de Artes Plásticas de Ganexa. Todo esto pasa con increíble celeridad, puesto que al despierto muchacho, la disciplina pictórica le resulta limitativa, debido a que las ansias por interpretar la actualidad cultural lo llevan a despiertas tertulias con maestros de la pintura, promotores de artes, galerías y toda la información que un curioso alumno encuentra en las redes y medios informáticos.
En el 2005, Cisco viene llamado a participar en la Bienal de Panamá, presentando una inquieta obra llena de referencias y evocaciones que, a los atentos observadores, llama la atención, siendo el más joven participante en el evento.
Para Cisco, los lenguajes expresivos no se limitan frente a ninguna intuición creativa; es más, los complementan, ayudándolo en el desarrollo de sus ideas',
ARISTIDES UREÑA RAMOS
ARTISTA PLÁSTICO
Resulta que el inquieto muchacho realiza un enorme mural cerca del restaurante Jimmy, que fue notado por los organizadores de la Bienal. Inmediatamente fue llamado a participar. Cisco se presenta con una representación escultórica —a gran escala— de la máscara de ‘El diablico blanco' donde propone su trabajo como un anacronismo de los coloridos diablos.
De ahí surge la fructífera amistad con Rafa Arrocha, que le permite realizar su primera individual en la Galería Diablo Rosso de la ciudad de Panamá (2006), con merecida acogida del público entendedor.
En el 2007 colabora con otros jóvenes artistas en el proyecto ‘Paradas Clandestinas', donde Cisco desarrolla todo su potencial creativo, interviniendo con sus códigos pictóricos en las paradas de buses por donde transitaban los diablos rojos. Mientras que sus compañeros de aventura ocupaban un alquilado diablo rojo, recorriendo la ciudad con intervenciones artísticas dentro del vehículo colectivo. El grupo realizó muchas intervenciones públicas, donde Cisco ejercita su capacidad inventiva, sin abandonar sus sueños por seguir creciendo.
PARÍS Y LEIPZIG (CUARTA SENTADA)
La inquietud no se detiene ante los obstáculos y Cisco viaja a proseguir sus estudios en París, donde encuentra a otro panameño, Humberto Vélez, del cual recibe ‘buenos consejos'. Mas es el encuentro con el Maestro Cruz Diez que determinaría —más adelante— en su carrera artística muchos cambios. Reside un año en la capital francesa y se traslada a la Residencia Pilotenkueche, en Leipzig, Alemania (2011), donde por tres fructíferos años estudió con los mejores artistas del panorama contemporáneo de Europa.
CISCO EN SU INTIMIDAD (QUINTA SENTADA)
Para Cisco, los lenguajes expresivos no se limitan frente a ninguna intuición creativa; es más, los complementan, ayudándolo en el desarrollo de sus ideas; por eso no se crea muros estilísticos, confiando en sus capacidades cognoscitivas.
Mira la esencia de los objetos y de todo aquello que lo rodea, por eso son importantes las formas, los colores y la percepción de esa experiencia investigativa… trasformando ese mundo de manera simple, concreta, aportando su personal interpretación —de ese universo— para que participemos y nos deleitemos de su intimidad artística.
¿HACIA DÓNDE VA CISCO? (ÚLTIMA SENTADA)
Conocer al maestro Cruz Diez en París fue esencial para el trabajo de Cisco. El maestro venezolano abre en Panamá su taller industrial, de modo que el contar con una estructura profesional lo ayuda a concebir una nueva manera de producir sus obras, trasformando su trabajo.
La vasta variedad de materiales, los viniles, el concreto, el barro, los metales, son aliados que se absorben en las investigaciones sobre: lo conceptual en la línea, lo tridimensional, la forma-espacio, la dimensión complementar de la arquitectura, el espejo para crear posibilidades en la realidad virtual… llevar todas estas consideraciones bajo su lenguaje artístico personal. Sus últimas exhibiciones se han representado, con gran dignidad, en importantes tarimas internacionales.
Esta mañanita, al terminar de dibujar el perfil de Cisco, observo la luz que filtra entre los árboles de mi terraza en Albrook; hay una capa de humedad que es atravesada por los rayos del sol formando cilindros de luz; y pienso en la presente inquietud de Cisco por entender el fenómeno de la luz y de los colores. Ese tímido muchacho que pintaba grafitis en abandonados solares del Casco Viejo, sigue viajando en su patineta surcando nuevos horizontes, haciéndonos soñar con obras llenas de pasión, frutos de la creatividad por un nuevo Panamá.