Crónicas impertinentes

La carrera periodística de Juan Manuel Cao comienza cuando a sus 20 años, siendo estudiante en La Habana, la primera columna que publica le gana 3 años de cárcel y el exilio. Su primera parada fue en Panamá, en 1986, y después Miami, la Cuba chiquita de los isleños continentales, donde desde 1988 ha hecho carrera y ganado tres Emmys por reportajes investigativos. Su libro El impertinente , publicado por Grupo Planeta, recoge 25 entretenidas crónicas donde, a través del prisma de la experiencia personal, Cao narra la historia tras bambalinas de encuentros explosivos con notorios personajes y situaciones -muchas veces provocadas por él mismo- en su búsqueda de exponer la verdad. Regresa a Panamá el reportero impertinente, apodo que le clava el mismo Fidel. Ayer presentó sus memorias en la XI Feria Internacional del Libro de Panamá.

¿POR QUÉ PRESENTAS TUS MEMORIAS AHORA? ¿POR LA COYUNTURA HISTÓRICA EN LAS RELACIONES CUBA – ESTADOS UNIDOS?

No. Este libro lleva escrito unos siete años, pero no lograba publicarlo. Son los editores los que han aprovechado la coyuntura. Sólo le agregué un epílogo, pero está escrito antes del anuncio del restablecimiento de relaciones, lo que me sorprende es que no perdió actualidad.

HÁBLAME DE TU CONEXIÓN CON PANAMÁ, EL PRIMER PAÍS QUE TE ACOGIÓ DESPUÉS DE SALIR DE CUBA. EN TUS CRÓNICAS RECOGES TU PRIMER EJERCICIO PROFESIONAL COMO PERIODISTA Y TU ENCUENTRO CON LA DICTADURA DE NORIEGA EN 1986. LUEGO ES PANAMÁ PRECISAMENTE DONDE EN EL AÑO 2000 TIENES LA OPORTUNIDAD DE CUESTIONARLE DIRECTAMENTE A FIDEL CASTRO SU PERPETUACIÓN EN EL PODER Y ES EN PANAMÁ DONDE RAÚL Y OBAMA SE DAN LA MANO.

No sé si debo personalizar la entrevista, pero tú me recuerdas cuando llegué a Panamá: en aquellos años tú eras una líder estudiantil, e Irene Perurena también, y yo estaba impresionado con la transparencia de aquel grupo de jóvenes, al que tengo que sumar los nombres de Walo Araújo, y de Salvador (Tito) Sánchez, y de tantos más, que en medio de una crisis tan seria como la que había provocado el régimen militar, no dudaron en salir a las calles, y organizarse, y comprometerse con una lucha que yo terminé asumiendo como mía. Y eso fue gracias a ustedes, a las interminables discusiones políticas y también, por qué no, a las veladas de guitarras y de poesía en medio de las bombas lacrimógenas. Ustedes significaron para mí más de lo que se imaginan. Panamá es mi segunda patria, y no Estados Unidos donde vivo hace 26 años. Porque a Panamá he vuelto muchas veces, y siempre ha sido un reencuentro vital, una aventura diferente. A Panamá le debo un libro entero. Espero poder escribirlo.

LA IMPERTINENCIA COMO HERRAMIENTA PERIODÍSTICA ¿DÓNDE TRAZAS LA LÍNEA? ¿CÓMO SOBREVIVE EL PERIODISMO SERIO, DE ANÁLISIS OBJETIVO, EN EL LA ‘CIVILIZACIÓN DEL ESPECTÁCULO'?

¿Qué es el periodismo serio? ¿El aburrido? ¿Qué es la objetividad, equiparar al torturador con el torturado? Creo que la sacrosanta objetividad está sobrevalorada, me parece más importante la honestidad del periodista. Ante determinadas injusticias es preferible ser honesto que imparcial.

DICEN QUE UNA DE LAS REGLAS CARDINALES PARA EL BUEN PERIODISTA ES NO CONVERTIRSE ÉL MISMO EN LA NOTICIA… ¿CÓMO COMPAGINAS ESO CON ESTAS CRÓNICAS PERSONALES?

Repito: el peor pecado de un periodista es ser deshonesto. Esa regla cardinal (de no involucrarse) dejó de serlo cuando Truman Capote escribió A sangre fría, y surgió el neoperiodismo, que permite al cronista involucrarse en la crónica, y exponer sus puntos de vista, e hizo menos visible la línea divisoria entre literatura y periodismo puro. Además no es lo mismo un reportaje, que una crónica, la segunda te da licencia para matar.

EL TEMA CONSTANTE EN TUS CRÓNICAS ES LA LIBERTAD Y SU EXPRESIÓN ¿CREES QUE HAY UNA NUEVA IZQUIERDA QUE PERMITA ESA LIBERTAD?¿SOBREVIVEN LAS IDEOLOGÍAS EN EL NUEVO SIGLO POST MODERNO Y POST NEO LIBERAL?

El socialismo del siglo XXI, bautizado así por Chávez, es tan enemigo de la libertad de expresión como el del XX. Sólo basta observar los problemas que tienen Rafael Correa, Evo Morales y Cristina Fernández con la prensa de sus respectivos países. Y baste recordar el cierre de Radio Caracas Televisión y tantos otros medios en Venezuela, donde hoy en día, tan sólo mostrar una de las infinitas colas en los mercados vacíos, es considerado un delito antipatriótico. Por otra parte, las ideologías no van a morir nunca, cambian de nombre, de ropaje, de estrategias, pero siguen ahí, acechándonos tras la puerta.

DE LOS PERSONAJES QUE ENTREVISTASTE Y QUE APARECEN EN LAS CRÓNICAS DE ‘EL IMPERTINENTE, ¿CUÁL SE GANÓ TU RESPETO Y CUÁL TU DESPRECIO'?

Me has preguntado demasiadas cosas que nunca me había preguntado. Me doy cuenta de que tú también eres una impertinente. Siempre lo sospeché. Estoy convencido de que es imposible hacer buen periodismo sin ser impertinente, sin ser capaz de hacer las preguntas molestas. El resto son relaciones públicas. Y la prueba de tu agudeza es que prefiero no responder la pregunta, me gustaría que los lectores del libro saquen sus propias conclusiones. De eso se trata.

DE LAS QUE CONTIENE EL LIBRO ¿CUÁL ES LA CRÓNICA QUE LLEVAS MÁS CERCA DEL CORAZÓN?

La crónica de los balseros. Mi pueblo vive un éxodo de medio siglo, es una verdadera tragedia humanitaria. He visto tanto dolor de cerca que no sé si he sido capaz de describirlo en toda su dimensión.

EN LA REFLEXIÓN FINAL DE TU LIBRO AFIRMAS QUE ‘NI LA MUERTE DEL DICTADOR NI LA DE SU HERMANO MENOR SON LA CLAVE DE LA SOLUCIÓN. EL PROBLEMA ES MÁS GRAVE, LA HERIDA ES MUCHO MÁS PROFUNDA'. ¿CÓMO VES EL FUTURO POLÍTICO Y SOCIAL DE CUBA SIN LOS CASTRO? HAY UN TONO PESIMISTA EN TU VISIÓN…

Soy pesimista y por eso repito la frase del dramaturgo René Ariza: " El problema no es Castro, sino el Castro que todos llevamos dentro".

A NIVEL ÍNTIMO, PERSONAL, ¿TE VES DE VUELTA EN CUBA?

Muchas veces, pero a estas alturas temo que sólo sea un espejismo. Lo importante no es que los gobiernos de Estados Unidos y Cuba resuelvan sus diferencias, lo verdaderamente trascendental sería que el gobierno de Cuba resuelva las diferencias que tiene con su propio pueblo. A estas alturas, semejante dilema sigue sin entenderse.

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‘Las ideologías no van a morir nunca, cambian de nombre, de ropaje, de estrategias, pero siguen ahí, acechándonos tras la puerta.'

JUAN MANUEL CAO,

AUTOR DE ‘EL IMPERTINENTE'