Representantes de las diferentes actividades económicas del país alertaron sobre las consecuencias que se avecinan si los cierres continúan. Hicieron un...
'Desaparecidas',un tema que da voz a esas mujeres que fueron calladas
- 07/03/2021 00:00

Han pasado cinco años desde que la agrupación Afrodisíaco viajó a Chile para participar en el festival de Viña del Mar. De allá regresaron con una Gaviota de Plata, como ganadores del concurso de canciones folclóricas, pero también regresaron con muchas vivencias que les dejaron con el gusanito de volver.
“Viene de Panamá” fue el tema que dieron a conocer en el extranjero y a este se le sumarían algunos otros al lograr un fondo de Ibermúsicas contemplado para la movilización de los músicos y que les permitió viajar a México. Por este fondo concursarían nuevamente y lo lograrían para volver a Chile en 2020.
“La idea era viajar a Chile y hacer una clínica musical en la Escuela Moderna, cuyos estudiantes conforman una agrupación llamada Comprovisation Project. El fondo, hasta 10,000 se utilizarían para los pasajes. Pero como sucedió lo de la pandemia, lo del viaje no pudo ser”, comenta Miroslava Herrera una de las vocalistas de Afrodisíaco.
“Comprovisation Project es un programa educativo de la escuela Moderna de Santiago de Chile, creado por Orion Lion, compositor, educador y pianista. Él crea este programa con la visión de ofrecer una educación musical vanguardista, inspirada en panameños como Danilo Pérez y en filosofías como la de Wayne Shorter, músicos con una fuerte influencia en Estados Unidos y que se caracterizan por tener una visión muy especial de la música que se relaciona directamente con toda la vida”, cuenta Tatiana Mora, miembro de Comprovisation. Este proyecto que Orion Lion tenía en mente desde hace ya varios años, llegó a materializarse justamente el año pasado. La agrupación se presentaría en el Panama Jazz Festival, donde coincidieron con Afrodisíaco.
Los músicos decidieron que con ese dinero se produciría esa clínica, pero a distancia. “Establecimos una plataforma especial para encontrarnos, planteamos un calendario y decidimos qué íbamos a hacer”, explica Herrera.
Cada agrupación tomaría el liderazgo en cuanto al trabajo con una canción del otro país. Aunque ambas agrupaciones participarían en el resultado final, la idea era imprimir en la canción del otro, su propia esencia musical.

Llegó el momento de seleccionar los temas. “No queríamos hacer una imposición o escoger cada uno, queríamos que en el proceso pudiésemos aprender. Entonces decidimos que cada grupo enviaría al otro, tres propuestas y explicaría por qué considerábamos que debían ser”.
De Panamá, se propusieron “El Tambor de la alegría”, una de las canciones más emblemáticas del país y que tiene un interesante vínculo con la poetisa chilena Gabriela Mistral, quien escribió un poema inspirado en el tambor. Un segundo tema no llamó tanto la atención de los chilenos como el tercero, “Desapariciones”, de la producción Buscando América de Rubén Blades.

“Queríamos que el proyecto tuviese también un elemento de responsabilidad social. Obviamente el rescate de la cultura y la diplomacia cultural es responsabilidad social, pero con esta canción se podía destacar el tema de la violencia contra la mujer”, detalla Herrera.
“Ellos nos propusieron 'Deja la vida volar', de Víctor Jara, canción de la cual ellos ya habían presentado un arreglo cuando vinieron al Festival de Jazz, otro tema de Víctor Jara y Volver a los 17 de Violeta Parra. Nos decidimos por 'Deja la vida volar', sentíamos que era la más perfecta de las tres para este proyecto. Y así fue el intercambio”, dice.
“Hicimos reuniones, esa fue una de las épocas más difíciles del proyecto por el hecho de sacar los tiempos para hacer este trabajo en plena pandemia, con todo el mundo tratando de sobrevivir, medidas de confinamiento tanto en Chile como en Panamá y algunas cosas podían grabarse desde casa, pero para otras había que ir al estudio. Así que todo se volvía más complicado”, recuerda Herrera.

“Fue raro”, dice Mora, sin evitar reír. Y es que para el trabajo musical “es ideal hacerlo de forma presencial porque tiene mucho de intención, sentimiento de cosas que tiene que decirse viéndose. Fue complejo en un principio pero todo es solucionable, entonces, tuvimos varias reuniones con el equipo y los productores también tuvieron hartas reuniones, para llegar a los acuerdos y finalmente grabamos por separado, en un estudio en Chile y otro en Panamá”, detalla. Nos íbamos dando feedbacks constantemente” agrega.
Los fines de semana eran cruciales para coincidir. “Tuvimos unas 15 horas de reuniones, nos reuníamos el sábado por la mañana por dos horas, a la semana siguiente el domingo y así fuimos avanzando”, cuenta Miroslava.
“Si bien el trabajo con internet es complicado, es una súper buena herramienta, la tecnología está muy avanzada y tuvimos la oportunidad de ocuparla para nuestro beneficio y finalmente funcionó súper bien”, reconoce Mora.
Afrodisíaco hizo una alianza con Folk Lab Studios del productor Billy Heron mientras que Comprovisation Project trabajó con la asesoría de Orion Lion en Chile.

“Nos pusimos dos tareas: ellos tenían que hacer un arreglo de la canción que habían elegido, y cuya letra alteraron para abordar el tema de la violencia machista (“Desaparecidas”). Nosotros decidimos hacer nuestra versión de “Deja la vida volar”, Básicamente nuestro primer encuentro fue para que cada uno expusiera lo que había hecho con la canción asignada.
Cada agrupación, muy a su manera, empezó a abordar su trabajo. “Nosotros hicimos una maqueta muy rápida, yo tomé la mejoranera, vinieron las dos chicas a cantar, hicimos un ritmo de atravesao medio muy sencillo porque para mí los demos no tienen que ser muy avanzados; se trata de un borrador muy rudimentario de la dirección que queremos que la canción tenga”, comenta Heron.
Comprovisation, por su parte, con una base mucho más académica, presentaron ya un arreglo formal plasmado en una partitura. “El arreglo chileno fue más complejo, mientras que el nuestro fue un poco más artesanal y claro, esto va de la mano con el estilo de cada productor” sostiene el productor.
El equipo panameño recibió también el arreglo que los chilenos tenían y habían presentado en Panamá, de “Deja la vida volar” y de allí, tomaron algunos elementos que podían funcionar con el concepto que tenían en mente elaborar.
“Hicimos entonces, dos tratamientos. Primero, recibimos la canción que ellos nos enviaron y nosotros le metimos nuestros ingredientes. Grabamos el tambor panameño en estudio, se hicieron algunas adecuaciones a las letras, se grabaron las voces de las chicas; condimentamos el arreglo que ellos tenían con nuestro aporte y no alteramos mucho, básicamente sumamos. Cuando escuchas la canción te das cuenta que es un arreglo muy chileno, muy jazz y que al final tiene un aporte muy panameño”, dice Heron sobre “Desaparecidas”.
En tanto, en “Deja la vida volar”, “nosotros teníamos una dirección que queríamos tomar, pero aprovechamos partes de ese arreglo que ya estaba hecho que consideramos que funcionaban con lo que nosotros queríamos comunicar”, apunta el productor.

“Trabajé en fusionar la idea artesanal que teníamos nosotros con la idea más compleja de ellos y traté de mantener nuestra esencia artesanal pero incluir ciertos elementos de los arreglos de ellos: un piano muy bonito muy clásico, alteraciones de acordes, la batería… nosotros empezamos a grabar ya con cabeza más de editor. No teníamos tan claro cómo queríamos el arreglo, la misma música nos iba diciendo qué necesitaba”, destaca Heron.
“Yo serví como cocinero porque establecí una receta y lo que me iba llegando lo iba adaptando tomando en cuenta cómo pensaba que la canción debía sonar. Así pudimos sentir esa combinación de disciplinas”, agrega.
En el camino, surgió otra idea, la de registrar en un documental ese proceso de trabajo tan particular. “Se nos ocurrió que el proceso había sido tan rico, que debíamos mostrarlo en un minidocumental y usamos parte de los fondos para hacer esa documentación que incluyese videos de nosotros interpretando las canciones”, informa Herrera. El documental, “Puente”, dirigido por Luis Cantillo fue estrenado en Sertv, en la franja MiCultura en casa.
Ver y, sobre todo, escuchar el resultado final hecho a la distancia y con pequeños elementos, para Tatiana Mora fue “muy emocionante”. Igualmente lo fue para Herrera en Panamá. “Al final fue lindo todo, tomar decisiones, negociar, establecer qué va, qué no va, ha sido muy gratificante. Y debemos recordar que este proyecto ha sido hecho por personas que representan países. Debimos encontrar los puntos comunes que tenemos”, considera Herrera. Y Mora coincide con ella, “al final son más las cosas en las que nos parecemos, que las que nos hacen diferentes”, afirma.
“Estoy sumamente orgulloso, estoy contentísimo, siento que no hubiese hecho nada distinto tal vez algunas sonoridades, pero al final, en el overall, es una mezcla casi perfecta de dos disciplinas distintas, una disciplina chilena académica y una disciplina artesanal, panameña y creo que la temática, que inicialmente no la planeamos así, surgió el tema de la denuncia, fue muy natural”, indica Heron. “Quisiera hacer más de esto, quisiera que hubiesen más oportunidades de fondos y de este tipo de proyectos para de verdad poder ejercitar el talento que tenemos de una manera más constante”, agrega.
Para el productor musical, la forma como Miroslava Herrera y Tatiana Ríos, de Afrodisíaco asumieron el liderazgo del proyecto “ha sido muy inspiradora, con la participación de gente de distintas nacionalidades, hombres, mujeres, jóvenes, gente con más experiencia es un proyecto que del ángulo en que lo mires, todo es positivo. Me siento muy satisfecho con este trabajo, lo lindo que lo hicimos y lo rico que es colaborar entre nosotros”, detalla Heron. Solo resta pedir al público que lo escuche, lo disfrute y lo comparta. “Eso es lo que hacemos, música. Pero música con propósito”, afirma.
“Tomamos esta canción de Rubén Blades que habla de un hecho muy particular, real y lo transformamos en 'Desaparecidas', que habla también de hechos puntuales que suceden en Panamá y en Chile”, cuenta Mora. “Pienso que todas las mujeres del equipo, nos sentimos muy tocadas porque el tema es súper fuerte, habla de desapariciones de mujeres, con nombre y apellido, tuvimos que trabajar las letras por nuestra parte, tuvimos que investigar los casos, obviamente todo con mucho respeto, con mucho cariño, tratando de hacer un homenaje a estas personas y fue muy lindo unirnos con las chicas panameñas porque resultó en un mensaje súper potente de justicia. También tuvimos otras charlas y conversaciones con las chicas, hablamos mucho de feminismo, de que el femicidio y el secuestro es una forma de machismo pero lamentablemente existen muchas otras formas de violencia”, agrega.

Para Herrera, se trató de un proceso muy intenso pues hubo que repasar casos de violencia que han estremecido tanto a Chile como a Panamá. “Fue reconocer esa responsabilidad social que tenemos los artistas cuando hacemos este tipo de canciones. Y había que revisitar cada caso y eso fue muy doloroso tanto para ellas en Chile, porque quienes adaptaron la letra son justamente las dos chicas que cantan. Nosotras debimos hablar con los familiares de las víctimas para que supieran que íbamos a hacer una alusión a estos casos en la canción. Queríamos tener esa deferencia, que estuviesen enterados antes de que apareciera la canción”.
También debían comunicarse con el autor del tema original, Rubén Blades, para solicitarle la autorización para intervenir su canción. “Él, afortunadamente, accedió porque comprendió nuestro deseo de aportar y mejorar la cultura, porque al final esto es parte de nuestra cultura. La violencia contra la mujer es una cultura, y romper con eso es una responsabilidad de todos. Como artistas nuestra responsabilidad es hacerlo ver. Vencer el silencio”, sostiene Herrera.
“Cuando el grupo Afrodisíaco me contactó les respondí inmediatamente, teniendo en cuenta que son colegas y compatriotas, y por supuesto que me solidarizo con su preocupación por la violencia doméstica, un tema que ya he tratado antes”, aseguró el Maestro Rubén Blades al ser consultado sobre el tema.
Sobre si el resultado final fue de su agrado, el cantautor estableció que “en situaciones como esta, no se trata de lograr que sea de mi agrado, sino que resulte efectivo a los propósitos. En este tipo de adaptación de temas, lo que priva es la visión del intérprete, especialmente cuando se le da un nuevo enfoque a temas que ya he grabado. En todo caso siempre aprendo algo nuevo de estas experiencias y eso lo agradezco”, declaró. “Me complace poder ayudar, contribuir de alguna manera a la solicitud que me hicieron”, agregó.
Y efectivamente, lo primordial en este caso es concienciar sobre una situación que afecta en gran manera a la sociedad.

“Quisimos con esta canción hacer un llamado a visibilizar estas situaciones a informarnos, a educarnos, tanto nosotras como nuestras familias, nuestros compañeros hombres en el equipo que también estuvieron siempre muy atentos a apoyarnos en lo que podían y en lo que no; fue súper lindo el resultado y nos gustó mucho, estamos muy contentas de poder aportar desde nuestro espacio de artistas a este mensaje que es tan importante, sobre todo ahora en marzo”, recalca Mora.
“En una entrevista reciente Rubén Blades explicó que él escribió 'Desapariciones' para que las víctimas, sus familiares, no se sintieran solos, sin voz. Igual lo que nosotros queremos es que la comunidad los familiares y los vecinos de estas mujeres no se queden solos. Queremos darle una voz a esas mujeres que se quedaron sin poder decir qué les pasó”, Puntualiza Herrera. De acuerdo con la intérprete, muchos de estos crímenes quedan impunes y volverán a ocurrir porque no estamos haciendo nada para que las cosas no ocurran. “Algo tienes que hacer, todos tenemos la responsabilidad de detener la violencia”.
“Lo primero es reconocer el problema y hablarlo, con la verdad por delante, cosa que generalmente no ocurre por motivos de vergüenza. Hoy existe un revuelo, plenamente justificado, por el tema de los abusos a menores en hogares de acogida, estatales o no, pero, ¿qué ocurre con los abusos a menores en sus casas, perpetrados generalmente por familiares cercanos? De eso no hablamos, no queremos hablar. Esos temas son muy complejos, pero nuestra sociedad tiene que hablar de ellos, con empatía hacia las víctimas, poniendo atención a sus denuncias y dándoles apoyo. Estos asuntos no se pueden tomar a la ligera”, asevera Blades.
“Es importante el hecho de informarnos, y también abrir espacios para conversación, generalmente hablamos mucho las mujeres de nuestros problemas y de feminismo, pero es importante que como sociedad estemos unidos en este tema. Que los varones también creen espacios entre ellos, y con nosotras también, para hablar de esto y para ver cómo lo podemos solucionar, porque podemos hablar mucho del problema, y denunciar cosas que lamentablemente van a seguir pasando pero también a través de la conversación y de la educación podemos llegar a soluciones concretas como educar a los niños. Con pequeñas cosas se puede ir haciendo una diferencia que van a tener un impacto fuerte después”, asegura Mora.

Como ciudadanos, todos podemos aportar nuestro granito de arena y desde la trinchera del arte también se pueden hacer importantes aportes. “Hace años escribí una canción titulada “En Esa Casa”, donde hablo del abuso y la violencia a la mujer y a la familia. No creo que haya tenido mucha difusión y aceptación en Panamá, por la franqueza con que trato el tema y posiblemente porque no es un reguetón. Debemos concentrarnos en no abandonar a las víctimas y ello implica que dejemos de vivir de las apariencias o del engaño a nosotros mismos. El problema existe y mientras no aceptemos esa realidad no vamos a alterar las malas acciones en ese sentido. Pero también debo decir que yo creo en mi país, confío en nuestra voluntad de cambio y eso me hace optimista, especialmente cuando veo acciones como las de mis colegas panameños de Afrodisíaco y el grupo chileno Comprovisation”, concreta Blades.
“Desaparecidas”, de Afrodisiaco y Comprovisation Project se une a la campaña #letrascontralaviolencia del Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa). Gracias a esta alianza, Unfpa ha hecho acompañamiento en comunicaciones y proveyó al tema de una portada que le dará identidad en las plataformas de streaming. Sobre todo, mañana 8 de marzo Día Internacional de la Mujer, cuando el tema será lanzado a nivel regional.
A las 8 de la noche de mañana, se llevará a cabo, a través de las redes sociales un conversatorio con las mujeres involucradas en el proyecto, las escritoras e intérpretes de Chile y Panamá, en el cual se explayarán sobre la creación de la canción “Desaparecidas” y sus reflexiones en torno a la violencia contra la mujer. Ese día además del conversatorio se va a presentar el documental “Puente” que abarca todo el proyecto.