La Policía Nacional aprehendió al alcalde electo de Pocrí por presunto peculado, tras una investigación relacionada con proyectos no ejecutados del Conades...
- 03/09/2022 00:00

Te contaba el sábado pasado que durante mis 20 años, mientras estudiaba en la Universidad y trabajaba más de ocho horas, mi cuerpo solía mostrar cierta sintomatología relacionada con el estrés. Recuerdo haber ido a una clínica porque tenía frecuente dolor de estómago, y la médica me dio pastillas para la gastritis, sin preguntarme cómo era mi vida.
Entendía muy bien que algo pasaba en mi cuerpo porque no estaba administrando bien mis emociones o lo que sentía respecto a la vida que llevaba.
Eso continuó hasta mis treinta y pico, momento en el cual me sentí tan mal que volví a consultar con otro especialista, con mirada sistémica, quien me indicó pausar durante una semana, me dio medicación para el estómago y para que durmiera bien, además de recomendarme una dieta saludable.
Me di cuenta en ese momento de la importancia de aprender a pausar, si bien no lo hice sino ya en mis avanzados treinta y tantos.
Vivir situaciones de estrés no es problema, si sabemos cómo manejarnos en esos entornos; el problema comienza cuando nuestro cuerpo se ve afectado por ello.
Algunos síntomas frecuentes del estrés son: Problemas para dormir, malestares gástricos como náuseas, gastritis, úlceras, estreñimiento o diarrea, dolor en el pecho, tensión muscular, falta de energía, problemas sexuales, dolor de cabeza, contracturas, extremo cansancio, pérdida de memoria y depresión.
¿Qué hay detrás de algunos de estos síntomas?
Te daré algún ejemplo de los que veo frecuentemente en consulta de clientes e incluso algunos que yo misma afronté y resolví al descubrirlos.
Problemas digestivos: El sentido biológico del aparato digestivo es la aceptación. Tiene que ver con el conflicto que nos genera aceptar determinadas cosas y cómo vivimos esa situación.
Algunas emociones son el miedo, angustia, el resentimiento, la queja constante.
Es común en personas a las que les cuesta además digerir nuevas ideas, experiencias, situaciones o personas.
Cuesta digerir y aceptar aquello que no viene de ti, de tu propio control.
Cómo salir de ese patrón: inicialmente es bueno ver en tu árbol familiar si esa conducta es similar a la de alguien en tu familia. Puede que lo hayamos aprendido de algún padre. Luego “aceptar” a todos con amor, aceptar las diferencias y particularidades. Estar atentos a pensamientos como: “no es justo”, “no es correcto”, “es idiota”, etc. Básicamente, correr el juicio de valor de lado.
Cada síntoma tiene detrás información para investigar y ayudar a conocernos. Te invito a revisar si hay algo que puedas aprender a conocer de ti para que comience a mejorar tu vida. Y no dejes de consultar con el médico cuando tengas síntomas.
Cuando nos conocemos en forma consciente, podemos ayudarnos y prevenir mayores problemas. ¡Buena semana!
Paula Cabalen
www.paulacabalen.com
Life & Business Coach, mentora y consultora
Escritora y 'speaker' internacional
CEO de Consultophy Points of You Country Leader