Docentes formando profesionales con perspectiva de género

¿Es necesario invertir tiempo y recursos en la capacitación continua de comunicación y género para docentes? En este artículo me propongo contemplar esta posibilidad, al compartir una reciente y alentadora experiencia. Hace ya un par de meses tuve la oportunidad de dictar la conferencia Género y Derechos Humanos en la Comunicación y Publicidad, dirigida a docentes de comunicación social y carreras afines. La misma fue concebida como un espacio para la actualización temática y reflexión sobre el papel de la educación superior en la preparación para la actividad productiva laboral de profesionales de las ciencias de la comunicación. Primordialmente, el objetivo es aumentar la capacidad del estudiantado al momento de diferenciar sesgos, estereotipos, prejuicios y estigmas basados en el sexo, identidad de género u orientación sexual en la conceptualización y producción de contenidos mediáticos y piezas publicitarias.

Partimos del término «comunicación» como una acción humana consciente, dinamizadora del intercambio de información, de la constante actividad de descubrir y de la publicidad, como forma de comunicación que busca persuadir la conducta de las personas, simplificando identidades.

Citando a la filósofa feminista Nancy Fraser “tener una identidad social, ser una mujer u hombre es vivir y actuar bajo esas descripciones” y es que esta identidad social se construye discursivamente en la sociedad que comparte cultura y se representa, según el contexto social y valores aceptados por la mayoría, en los medios de comunicación como principales agentes de socialización.

Desde allí nos aproximamos a la comprensión de los estereotipos, los cuales no deben considerarse buenos o malos. Más bien son atajos que facilitan comunicar ideas y compartir significado. Esto posiblemente tenga relación con lo que se considere “normal” en el imaginario colectivo, advirtiendo que la imagen generalizada y por lo tanto estereotipada, puede generar juicios de valor a un determinado grupo de personas.

A este respecto, sostiene el doctor en sociología Cano Gestoso que estos estereotipos no son neutros y muestran la visión que cada grupo social posee del mundo, de su percepción, de afirmación de la identidad, de defensa del status quo y de poder, tanto del individuo como del grupo al que pertenece.

Durante esta exposición presenté algunos ejemplos que, de manera cognitiva, ayudan a reconocer cómo los contenidos audiovisuales y publicitarios revelan un trato diferenciado según el género. Esto se observa desde la imagen, el texto e inclusive en la musicalización que se utiliza como recurso para transmitir emociones. De igual forma, se detecta o evidencia con facilidad que se representa a las mujeres principalmente en el rol de madre y esposa, como únicas responsables de las tareas domésticas y de cuidado del hogar y de personas y en papeles profesionales que generalmente se representan de menor jerarquía. Por otro lado, se enfatiza en la apariencia física y en la utilización del cuerpo femenino como objeto sexual (una forma ejemplar de cosificación) y otros casos evocando fragilidad, ternura o infantilización.

Se enfatizó que gracias a la sensibilización y formación con perspectiva de género, el panorama va cambiando. La educación basada en el principio de la igualdad y en valores como el respeto, permite cuestionar las diferencias culturales asignadas a roles de género y reconocer las diferencias según el sexo, sin que esto suponga trato desigual a las personas. En la actualidad, no todos los anuncios muestran conductas negativas. En los últimos años, varias empresas han realizado campañas sin valerse de estereotipos sexistas y denotan un prisma inclusivo, lo cual es positivo.

Se aprovechó la oportunidad para que al finalizar la exposición temática, las y los asistentes compartieran sus opiniones. Entre éstas destacaron cómo afecta la publicidad sexista no sólo a la conducta de las personas, sino también a la reputación de la marca o producto y se evidenció un rechazo a hipersexualizar los cuerpos de las mujeres para aumentar las ventas o el consumo.

Rescato de esta exposición que a las y los docentes les interesa seguir aportando —a través de la educación— para que nuestra sociedad sea cada vez mejor, agitando el pensamiento crítico, promoviendo la reflexión sobre los valores, garantizando la participación equitativa en la planificación de las clases y cultivando una cultura de respeto a la diversidad en todas sus formas, tanto dentro como fuera de la Universidad.

Exalto que sí son necesarias las actividades de capacitación y sensibilización en temas de género y que cada vez se hace más necesario que las mismas sean acogidas por las y los docentes de distintas áreas del conocimiento con el objetivo de cumplir con el compromiso de formar profesionales que ejerzan su profesión teniendo en perspectiva la defensa de los derechos humanos.

La autora es docente e investigadora