La ejecución televisada del sentido común y la cordura

  • 29/07/2022 00:00
Lo más preocupante es el momento donde nos encontramos en la crisis. Gremios o bandos han perdido mucho del apoyo ciudadano
La improvisación, idolatría desmedida, la verborrea populista e irresponsabilidad hacen que empeoremos, pasando de ser el “el país de los Panamá Papers” a “Panamá, el país que hizo un papelón”.

Todos los ciudadanos panameños hemos sido testigos de cómo la desidia de nuestros gobernantes permitió que varios problemas, como el alza del combustible, el aumento de la canasta básica, el desempleo exorbitante y la corrupción reinante acabaran con lo que el gobierno llama la famosa “paz social”. Estos problemas que al inicio pudieron ser manejados de forma responsable y disciplinada, más que acribillar la paz social también han aniquilado la esperanza de reactivación económica en forma oportuna para muchos panameños, especialmente la clase media y las pymes que al mirar el horizonte lo ven plagado de deuda externa y zozobra.

Al parecer, la gran ironía del sentido común panameño es que no es común entre nosotros, especialmente en las personas con poder de decisión y gobernanza. La transmisión televisada de la mesa de diálogo parece más un show mediático de mal gusto, donde con recursos del Estado se aprovecha para hacer campaña política a la izquierda radical y darles relevancia a actores con agendas políticas fracasadas. Este ejercicio de supuesta negociación ha dejado al descubierto el preocupante nivel de incapacidad y falta de confianza en los funcionarios del Gobierno Nacional. La improvisación, idolatría desmedida, la verborrea populista e irresponsabilidad hacen que empeoremos pasando de ser el “El país de los Panamá Papers” a “Panamá, el país que hizo un papelón”.

Un breve resumen de las mesas sin cordura:

1. Madrugada del 17 de julio de 2022 – Chiriquí: El Gobierno Nacional y por el otro, el bastión de lucha del oriente chiricano, Ngâbe Buglé Y Campesinos, después de terminada la mesa de trabajo del día 16 de julio de 2022, a la que acudió el presidente de la República, acuerdan el congelamiento del precio por galón de combustible a $3,30. Este acuerdo no fue reconocido por los manifestantes que supuestamente estaban representados en la mesa; se agita aún más el descontento popular y se intensifican las acciones de fuerza. El error más grande aquí fue la manera en que el Estado comunicó por sus redes sociales un arreglo forzado, exhibió a los firmantes (que después fueron amenazados con el cepo por sus propias bases) y sobredimensionó el hecho como si fuera producto del esfuerzo y buen trabajo de los funcionarios, y no como consecuencia de la presión ciudadana por su inacción.

2. Noche del 17 de julio de 2022- Veraguas: El vicepresidente de la República, acompañado de varios ministros y viceministros de Estado, y por el otro lado la Asociación Nacional por los Derechos del Pueblo Organizado (Anadepo) acuerdan un nuevo congelamiento del precio por galón de combustible a $3,25. En menos de 24 horas con un gremio distinto, el gobierno vuelva a fracasar en recuperar la paz social, y mucho debido a la forma ostentosa de publicar sus acuerdos o mesas de diálogo. Vimos con asombro en todos los medios digitales como “en el nombre de Nito Cortizo” con aplausos, autobombo y celebraciones manzanillisticas propias de una esquina de boxeo, se firma otro acuerdo que no acaba la crisis, pero que sí nos endeuda como nación de forma inmediata.

3. 19 de julio de 2022 -Coclé: El Gabinete del Órgano Ejecutivo y por el otro lado la Alianza Pueblo Unido por la Vida, la Alianza Nacional del Pueblo Organizado, y los grupos organizados de la comarca Ngäbe Buglé inician la mesa única de diálogo por Panamá. Esta mesa nace del fracaso de las dos anteriores y de las protestas masivas en todo el país que vieron su pique el 18 de julio de 2022. El desarrollo de esta mesa mantiene el statu quo de cierres de calle, manifestaciones, desabastecimiento, pérdida de clases y se le suman enfrentamientos con la fuerza pública, altercados entre ciudadanos (pueblo contra pueblo), es decir seguimos secuestrados.

La famosa metodología de la mesa única se ha caracterizado por:

Falta de representación de todos los sectores nacionales y específicamente del sector privado/productivo, que es quien debe al final ejecutar los acuerdos en los que hoy no participa. Este sector hoy está unificado, organizado, y le ha dejado saber al país que no reconocerá –por nefastos– los acuerdos de la mesa única.

Interminables discursos de justicia social y propaganda política de ambos lados de la mesa donde cada intervención se vuelve un discurso de cierre de campaña. No se avanza en temas medulares como corrupción, transparencia y cambio de funcionarios de todos los rangos.

Ministros y viceministros de Estado poco preparados, que no saben expresarse, argumentar ni sustentar ideas concretas. Como en todo reality show, vemos personajes que se ganan el cariño de la teleaudiencia por su elocuencia y buen hablar (ejemplo, la profesora Maribel Gordón que, aunque muchos no comparten ni apoyan sus ideas/planteamientos, su manera de expresarse educadamente invita a analizarlos y estudiarlos. Por su lado, las figuras del gobierno se han vuelto, en el mejor de los casos, los villanos de la novela, y en el peor de los casos, los arlequines del reino.

Lo más preocupante es el momento donde nos encontramos en la crisis. Muchos gremios o bandos han perdido mucho del apoyo ciudadano, lo que conlleva desorganización al momento de manifestarse y que generalmente termina en represión policial. Existe también un desgaste físico y mental de todos los participantes en la mesa, que es evidente cuando vemos los acuerdos y “disensos” a los que se llegan, y su pobre redacción. Por último, todo apunta a que la mesa única, si no fracasa, entonces terminará como un escenario más donde se aprueba por decreto ejecutivo el pan para hoy y se institucionaliza nacionalmente el hambre para mañana.

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