Finca Drácula, un oasis de orquídeas en el Istmo

Actualizado
  • 11/03/2019 01:00
Creado
  • 11/03/2019 01:00
Ubicado en la provincia de Chiriquí, el jardín alberga más de dos mil especies de ese tipo de flor. Se trata de un destino que transpira vida y palpita con la vegetación más exótica de nuestro ecosistema

Si existe un lugar en el que la naturaleza grita: ¡Soy vida palpitante! es Finca Drácula. Su nombre definitivamente atrae a los curiosos. Pero detrás, hay una realidad alejada de la mítica leyenda que alguna vez fue llevada a la gran pantalla. En el corazón de este rincón escondido en la provincia de Chiriquí reposan los colores, aromas y formas propios de un jardín de ensueño.

Para acceder a este oasis natural, es preciso trasladarse hasta el distrito de Tierras Altas a través de la carretera desde La Concepción —a unos veinte kilómetros de David, por la vía Interamericana— cruzando Volcán y terminando en Cerro Punta. El recorrido vale la pena y es perfecto para captar decenas de postales irrepetibles o beber un buen café. A cinco minutos del poblado de Guadalupe, se encuentra la entrada claramente identificada.

La finca acoge más de dos mil especies de orquídeas: cada una encierra una historia. Esta planta tropical, cuyas condiciones de cultivo son especiales, ha sabido encontrar un espacio desde el cual cada visitante admira su exótica diversidad.

Los expertos han reportado alrededor de 40 mil especies de Orchidaceae y su encanto no deja de cautivar a millones dedicados a cultivarlas, comercializarlas o adquirirlas con fines ornamentales. De hecho, existen clubes de orquídeas alrededor del mundo.

Panamá no ha sido la excepción; de manera especial, el padre de Andrés Maduro, propietario de la granja de orquídeas, inició en 1977 lo que hoy es un bosque cargado de vida; una pequeña isla y pulmón ambiental en el Istmo, que abre sus puertas anualmente de enero a abril.

Adentrarse en su seno permite admirar el pincel creativo de la naturaleza: los matices de las flores se refugian en perfecta armonía bajo la copa de grandes árboles en un clima fresco. La flora tropical es abundante. Allí la conexión con el silencio que solo interrumpe la fauna propia del lugar es inevitable. Durante el recorrido, acompañan Catalina y Tina, una hembra pastor australiana de tres años y una mestiza de siete que, como mascotas de la finca, conocen muy bien el arte de la recepción de clientes.

EVOLUCIÓN

Para Andrés Maduro hijo, propietario de la finca, aunque el nombre ‘Drácula' despierta la curiosidad de los visitantes, en realidad son reconocidos internacionalmente como uno de los cultivos más importantes de orquídeas.

Además, en este lugar se ha potenciado la investigación científica en torno a la flora panameña y han sido descubiertas nuevas especies locales.

‘Lo que empezó como una casa de vacaciones con cabañas diseñadas para alojar familia y amigos, terminó avanzando en la construcción de invernaderos que necesitaban una expansión para albergar más plantas', recuerda.

‘Un cambio importante fue convertir la finca en un jardín botánico; esto nos motivó a habilitar la cafetería, rediseñar algunos de los jardines y designar un invernadero como área de exhibición para lograr una experiencia más completa', enuncia.

Oncidium, Phragmipedium, Lycaste, Paphiopedilum y Drácula, algunas de América, otras de Asia, son algunas de las especies que acoge el invernadero. ‘Las orquídeas son muy ingeniosas con su afán de atraer a los polinizadores y han desarrollado formas, colores y olores superexóticos, divertidos de explorar', comparte.

Asevera que las exóticas flores ‘son doncellas de nuestros bosques y nos ayudan a valorar y proteger la naturaleza'.

Parte de las sorpresas en la visita es impregnarse de los aromas distintivos que desprende cada especie de orquídea. ‘A los visitantes les encanta sentir los olores porque nunca han tenido la oportunidad de acercarse tanto a ellas. Ahora tenemos plantas que huelen a pan de molde, queso, papaya, chicle, hierba de limón, crema de mano, y a carnavales', subraya.

Maduro confiesa que tradicionalmente contaban con más visitas de extranjeros y ‘para ellos, nuestros jardines son de los más hermosos que han visto y sirven como ventana para conocer la diversidad de especies panameñas'.

‘Los jardines parecidos a los nuestros normalmente están confinados a cuartos de vidrio que dependen de sistemas complicados de control climático para recrear lo que nosotros tenemos de manera natural; entonces ver un jardín de esta clase, tan grande, es algo que los deja maravillados', asegura.

SUCULENTAS

La belleza de las denominadas suculentas o ‘crassas' también encontró un lugar en Finca Drácula; estas plantas capaces de almacenar agua, en cantidades mucho mayores que el resto, cuentan con un espacio único, que abrió sus puertas en enero. Nadie imaginaría que esta especie estaría apta para sobrevivir en entornos secos y áridos y sería capaz de brillar con tal explosión de texturas, formas y colores.

La realidad es que el jardín de suculentas es un espectáculo visual que vale la pena conocer y retratar. Con un diseño tan bien pensado, es el punto final del recorrido en la finca, antes de visitar el lago.

De acuerdo con Maduro, el aumento exorbitante de turistas locales permitió dar marcha a la creación del primer jardín de suculentas del país, en donde se ‘muestra a estas plantas contentas, vigorosas y floreadas, inspirando a los visitantes'. De hecho, según señala, la respuesta ha sido tan positiva que planean crear más jardines exóticos. ‘Estamos diseñando uno de plantas carnívoras que parecerá un viaje a otro planeta', apunta.

‘Este es un destino para salir de nuestro mundo y encontrar paz con nosotros y con la naturaleza. Cada esquina tiene cientos de plantas y animales que viven con una energía contagiosa y para recibirla hay que prestar atención', describe. ‘Del tour deseamos que queden maravillados con nuestras especies y se inspiren a hacer un jardín, aunque sea en el balcón de su apartamento, porque no solo van a ayudar al planeta sino a sí mismos. Estudios recientes han demostrado que la jardinería ayuda a prevenir el alzhéimer', acota.

Maduro adelanta orgulloso que en 2020 contarán con ‘un sendero en el bosque que llegará a un mirador desde donde se podrán ver el pueblo y el Cerro Punta. Desde ese punto haremos expansiones a los jardines, conforme pasen los años'.

‘También estamos diseñando cabañas para crear una comunidad de voluntarios y visitantes interesados en aprender de la horticultura, jardinería, arte y naturaleza, estimulando a que vivan la experiencia en la finca,', concluye.

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