Madre

Actualizado
  • 06/12/2009 01:00
Creado
  • 06/12/2009 01:00
Madre es olvidarte del miedo a parir cuando llega el momento de hacerlo. Es poner a un lado el dolor para contarle los deditos, uno a un...

Madre es olvidarte del miedo a parir cuando llega el momento de hacerlo. Es poner a un lado el dolor para contarle los deditos, uno a uno, a ese pequeño pedacito de carne ensangrentada.

Madre es ese golpe que sientes en el pecho cuando ponen en tus brazos por primera vez a tu hijo, aunque no lo hayas parido tú. Madre es saber que a partir de ese momento nadie podrá separarlo de ti.

Madre es llorar junto con tu hijo a las tres de la mañana, y no por sueño, sino de impotencia al no poder hacer que le dejen de doler los cólicos.

Madre es darte cuenta de que no te dan asco ni el vómito ni los mocos, ni que te besen con la cara embarrada de quien sabe qué. Madre es superar tu propio miedo a las agujas para llevar a tus hijos a que los vacunen.

Madre es tener el valor de revisar una herida para ver si necesita puntos y tener el valor de quitarle importancia al raspón en la rodilla para que no le coja miedo a la bicicleta. Madre es saber que ensuciarse es sano, que caerse es parte del aprendizaje y que rebelarse es encontrar su propia voz.

Madre es tener la paciencia de esperar diez minutos a que ellos mismos se aten los zapatos, aunque tengas prisa, y reprimir luego las ganas de hacer de nuevo la lazada. Madre es aceptar que se pongan su camiseta favorita aunque esté percudida y no combine con el resto de la ropa. Madre es estar orgullosa de las cosas horribles que hacen para ti, y de las poesías cursis que te dedican. Madre es volver a hacer primer grado, segundo, tercero… Madre es aguantar la risa en medio de un regaño. Madre es olvidar un regaño para reírte con ellos.

Madre es la fortaleza de dejarlos salir por la noche la primera vez, la segunda, la tercera y todas y cada una de las siguientes.

Madre es olvidarte del alivio que sientes al ver que regresan sanos y salvos de la juerga para poder echarles la bronca por la hora a la que llegaron. Madre es saber lo que piensan antes de que ellos mismos se den cuenta, pero esperar a que ellos te lo cuenten.

Madre es saber que la persona con la que están no los hará felices, pero aceptarla de todos modos. Madre es cocinar durante horas para que ellos llamen y digan que van a almorzar por la calle.

Madre es no enfadarse por esto, pero preocuparse por las porquerías que vayan a comer. Madre es saber qué necesita cada uno de los hijos en cada momento y saber dárselo. Madre es saber que a veces lo que necesitan es que no les des lo que quieren.

Madre es hacer magia blanca para que la casa siempre huela a su casa, y la comida siempre sepa igual. Madre es levantarse por la noche, sólo para oírles respirar, y negar que lo haces. Madre es no esperar nada a cambio de tu amor, pero exigirlo de todas formas porque tienen que aprender a ser agradecidos. Madre es salir del paso y quedarte en la sombra, aunque sepas que se están equivocando y estar preparada para recoger los pedazos uno a uno. Madre es verlos siempre como tus hijos, aunque sean adultos hechos y derechos.

Madre es ser capaz de sonreír tranquila al lado del lecho de agonía de tu hijo para que él no sufra pensando en que tú estás sufriendo. Madre es poder romperte por dentro y permitirle morir sin miedo.

Madre es saber que deberían acordarse de ti todos y cada uno de los días del año, pero alegrarte de que lo hagan por lo menos uno.

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