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Juntos por un medioambiente protegido
- 02/08/2023 00:00
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Proteger y conservar las tortugas carey (Eretmochelys imbricata) y canal (Dermochelys coriacea) es el objetivo principal de Sea Turtle Conservancy (STC), una fundación dedicada a asegurar la supervivencia de estos animales marinos en territorio panameño.

“Una tortuga de cada mil es la que llegará a ser adulta, por lo que es importante salvar a cada tortuga que podamos. Es un proceso bastante complicado, las especies están siendo amenazadas por la parte natural; sin embargo, al estar saqueándolas y comiendo sus huevos, le afectamos mucho”, explicó Xavier Ow Young Gutiérrez, biólogo marino, quien forma parte del Departamento de Educación y Divulgación de STC.

La fundación monitorea 10 playas ubicadas en Colón, Bocas del Toro y la comarca Ngäbe Buglé.

En Bocas del Toro atienden las zonas de playa Soropta, Bluff y Larga; en la comarca Ngäbe Buglé: playa Chiriquí, Roja e Isla Escudo de Veraguas; y en Colón: playa Caletón, Caimito, Rincón y Rinconcito.

Desde el año 2014 tienen formada una alianza con Minera Panamá que les ha permitido monitorear más de 70,365 nidos de tortugas marinas en las playas de Bocas del Toro, Colón y la comarca Ngäbe Buglé.

Según muestras realizadas, se han liberado 1,601,870 tortugas marinas. De este número 1,475,995 corresponden a neonatos de carey y 125,875 a neonatos de canal.

“Durante el comienzo de la alianza, lo que se vislumbró fue realizar actividades de educación ambiental para cambiar la mentalidad de muchas personas de las comunidades, que veían esto como un recurso solamente alimenticio, ahora los propios comunitarios están caminando las playas, protegiendo esta especie y permitiendo que se mantenga un balance en los océanos”, manifestó Young Gutiérrez.

Añadió que “Minera Panamá destina 300 mil dólares al año a la fundación que son utilizados para movilizaciones y realizar todos los trabajos en las zonas de Colón, Bocas del Toro y la comarca Ngäbe Buglé”.


Eustacio Santana lleva más de siete años formando parte del programa de reforestación que lleva a cabo la minera desde la comunidad de Moreno, en el distrito de La Pintada. Asegura sentirse “complacido por ayudar al medio ambiente”. Junto a su familia planta árboles, lo considera parte del legado que quiere dejar a su descendencia. Considera que si no se plantan árboles hoy, sus hijos y nietos sufrirán el impacto ambiental.

Santana se dedica a la agricultura. Siembra arroz, maíz, yuca y otros productos para el sustento o consumo familiar. Pero también se dedica a la reforestación, “cada día las cosas se van poniendo difíciles y hay que ayudar a cuidar el ambiente, por eso me dediqué a reforestar y a cuidar los árboles que vienen saliendo naturalmente”, relató.

La finalidad del programa es convertirse en el mayor proyecto de reforestación en Panamá. Busca cubrir 10,475 hectáreas, incluye programas agroforestales y de restauración ecológica de 7,375 hectáreas fuera de la huella de Minera Panamá, sumado al proceso continuo de rehabilitación de 3,100 hectáreas en áreas intervenidas como parte de su plan de cierre progresivo.
Además, tienen un vivero principal con capacidad de producir un millón de plantones al año, además de más de 20 viveros satélites en diferentes lugares del país.
“Contamos con 18 biólogos que están comprometidos con la conservación, restauración y compromisos ambientales relacionados a la fauna y flora dentro del proyecto”, destacó Jonatan Montenegro, asesor ambiental de Cobre Panamá.
“Además, estamos implementando estrategias de conservación para dos especies emblemáticas: el jaguar y el tapir. Estas estrategias incluyen telemetría, muestreos genéticos y la implementación de acciones para reducir las amenazas antrópicas”, agregó Montenegro.
Tienen una conexión con el Corredor Biológico Mesoamericano mediante pasos de fauna: 11 subterráneos, tres aéreos en la carretera interna, 88 cámaras trampa para monitorear su efectividad y monitoreo por trampas de lodo.
Otro proyecto que manejan es la conservación del ave nacional, el Águila Harpía, cuenta con una cifra de 46 nidos monitoreados en Donoso y Darién. Plantean que tienen un programa robusto de monitoreo y educación ambiental con la organización Fondo Peregrino.
Como resultados del programa, en el área de Donoso cuatro pichones han sido independizados exitosamente y actualmente hay uno en el nido.
La conservación no se limita a las áreas impactadas por el proyecto. La empresa ha establecido una alianza estratégica con el gobierno para proteger áreas naturales del Corredor Biológico Mesoamericano durante los próximos 10 años. Esto implica un aporte económico de entre 20 y 30 millones de dólares destinados a las áreas protegidas de Donoso, Santa Fe y Omar Torrijos Herrera.