Su memoria perdura

Actualizado
  • 05/08/2018 02:00
Creado
  • 05/08/2018 02:00
Tal como lo predijo el patriota peruano José Domingo Choquehuanca la gloria del libertador crece como crece la sombra cuando el sol declina. Socie...

Tal como lo predijo el patriota peruano José Domingo Choquehuanca la gloria del libertador crece como crece la sombra cuando el sol declina. Sociedades bolivarianas, sociedades bolivarianas juveniles, estatuas y monumentos por doquier, y no solo en las repúblicas que el general liberó –Nueva York, Washington, Madrid para mencionar solo algunos—tesis de grado, nuevas investigaciones y nuevas interpretaciones sobre su vida, sobre el destino de sus pertenencias, como si la vida que se apagó hace 177 años se negara a extinguirse y, por el contrario, brillara cada día con luz más intensa. Solo en la biblioteca del Congreso de Estados Unidos, existen 2683 libros sobre el Libertador y la cuenta no termina.

Sus pensamientos se citan a diario, en internet son varias las páginas dedicadas a registrarlos, pensadores y políticos de todo el espectro político se valen de sus palabras para defender las posturas más disímiles y –señal inequívoca de que citar al Libertador refuerza cualquier argumento—se publican frases y hasta cartas apócrifas. Por supuesto, literatura epistolar tan abundante y proclamas que cubren 17 años de guerras, presidencias y dictaduras, ofrece asimismo material bastante para sus detractores, para los que todavía hoy le regatean su impronta en el moldeamiento de nuestro continente.

El hombre de las dificultades no conoció el sosiego, ni en la vida ni en la muerte. Quise compartir, en el 172 aniversario del Congreso Anfictiónico, estos apuntamientos históricos con la Sociedad Bolivariana de Panamá, de la cual soy miembro desde hace más de 35 años, sin otra credencial para ello que mi profunda admiración por el Libertador. Quiero asimismo dejar consignada mi gratitud a su presidente y a su junta directiva por haber tenido la paciencia de escuchar estas reflexiones sobre lo que atormentaba al general en su laberinto y los trasteos que siguieron cuando se apagaron, como escribió García Márquez los últimos fulgores de la vida que nunca más, por los siglos de los siglos, volvería a repetirse.

Panamá, 29 de junio de 2018

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