Mitos de las mentiras desde el estudio del lenguaje corporal

  • 12/12/2020 00:00
Aunque existen miles de razones por las cuales alguien miente, sus tres razones principales siempre serán: Por temor al castigo, por alcanzar un objetivo o por aparentar algo que no se es

Recientemente publiqué mi tercer libro titulado Los secretos del lenguaje corporal. Gracias a Dios he recibido criticas positivas de él y, sin duda, estas me ayudan a explorar más este tema tan apasionante y me anima a ir pensando en un cuarto libro. En los capítulos donde hablo de las mentiras, he dejado en quien lo lee una inquietud con respecto a ellas, más aún porque todo lo que revelo tiene fuertes bases científicas, psicológicas y estadísticas muy actualizadas.

Quiero compartirles algunos mitos y aclararlos de una vez por todas. Tómelos como 'tips' de vida, los cuales pueden ayudarle a estar más alerta de su entorno.

Permítame, amigo lector, compartirle dos cosas claves: 1. la mentira es más vieja que la humanidad, y por ende sagaz, y 2. ha sido la humanidad misma la que le ha permitido tener alas y cancha de sobra para hacerse fuerte, por ende, es también la humanidad misma la que puede frenarla cuando quiera. Así que, no es algo de lo que no se tenga control.

Quiero compartirle algunos mitos y aclararlos de una vez por todas. Tómelos como tips de vida, los cuales pueden ayudarle a estar más alerta de su entorno y de quienes lo rodean, también lo invito a que me escriba a nahernandez@nova-advertising.net por si desea adquirir mi libro en versión digital.

Mito 1: Todo el mundo miente... Realidad: ¡La mayoría de la gente no miente sobre cosas serias! Cosas en las que si son detectados resultarían en el término de su empleo, de su libertad o credibilidad.

También perderían cuantiosas sumas de dinero o finalizaría una relación afectiva y podría, incluso, perder la vida, y ya ni hablar de la reputación que obtendría en todos los círculos sociales.

Cuando la justicia, los jefes de recursos humanos, familiares, pareja o la ley buscan la verdad con ojo crítico, es porque sintieron dos cosas: una inconsistencia en los hechos o un historial pasado dudoso. Solo los criminales, terroristas, defraudadores, adúlteros, corruptos y personas sin valor, ética o moral son quienes constantemente faltan a la verdad sin importarles las consecuencias.

Aunque existen miles de razones por las cuales alguien miente, las tres principales siempre serán: Por temor al castigo, por alcanzar un objetivo o por aparentar algo que no se es.

Con base en estas tres razones, usted puede ir explorando más a profundidad lo que alguien dice y puede tener una guía para estar claro de los valores de las personas que lo rodean. Con todo esto en mente, es usted y solo usted, quien debe tener el criterio para darle fuerza o restársela a la mentira y a sus protagonistas.

Mito 2: Mentimos sin darnos cuenta... Realidad: ¡Casi todo mundo está consciente cuando miente! Por ejemplo, si una mamá le preguntase si su bebé es bonito o no... Nadie espera la verdad en su cara como patada de mula.

El ser humano perfectamente sabe diferenciar entre el bien o el mal y sin duda está muy claro de cómo es su actuar. Y aunque le suene fea la comparación, somos como los perritos, ellos no saben el concepto del bien o del mal, pero están conscientes de lo que hicieron y suelen delatarse inmediatamente cuando desbarataron algo. A menos que sea un psicópata o sociópata clínicamente diagnosticado, usted puede diferenciar la verdad y la mentira justo cuando la dice.

Eso de que las mentiras son blancas, rosas, chicas, a medias o “inocentes” es solo para tratar de adormecer a nuestro juez más duro llamado consciencia o para tratar de justificar nuestras acciones.

Mito 3: Las mujeres son mejores que los hombres para detectar las mentiras... Realidad: ¡Falso! En general somos malos para detectar mentiras, y por lo regular solemos caer en las redes del engaño una y otra vez, sobre todo, si no nos enfocamos en descubrirlos porque en general queremos creer en la verdad y en la humanidad ¿Es malo? ¡Para nada!, pero sin duda debemos estar más atentos a nuestro entorno, en especial ahora donde la verdadera crisis mundial radica en los valores.

¿Quiere saber si su novio es infiel? ¿Si su hijo está consumiendo drogas? ¿Si la persona que recomendó en el trabajo está defraudando? Estas son verdades duras de aceptar, por tal motivo la mentira gana terreno, ya que aceptar la verdad sería doloroso.

Mito 4: Los psicópatas son muy buenos mentirosos. Realidad: Los psicópatas no son mejores para mentir que el resto de la gente. Sí suelen ser inteligentes, sagaces, detallistas, meticulosos y maquiavélicos en su actuar, pero los errores que cometen en sus crímenes y los detalles incongruentes de sus historias, son los factores que los hacen caer ante la justicia. Casos como los de Ted Bundy, Charles Manson, Susan Smith, Ana Julia Quezada o Nahir Galarza son famosos porque cometieron errores en su actuar.

Mito 5: Las microexpresiones faciales nos dan pruebas de que alguien miente... Realidad: las expresiones faciales pasajeras sí enseñan una emoción escondida, y eso es una especie de mentira, pero existen factores más importantes como las agrupaciones y el contexto que nos guiarán mucho mejor en nuestra investigación.

Indudablemente hay que averiguar a profundidad por qué están escondiendo sus emociones antes de juzgarlos… Todo esto se resumen en una palabra: “Clusters”, el secreto mejor guardado de los verdaderos expertos del lenguaje corporal.

Mito 6: El polígrafo detecta las mentiras. Realidad: El polígrafo, conocido popularmente como detector de mentiras, no las detecta al 100% y hay factores fisiológicos que pueden alterar su lectura. Nuevamente, los clusters son claves.

Mito 7: El cuerpo no nos delata... Realidad: ¡Todo lo contrario! Existen cerca de trecientos movimientos corporales que nos delatan y ni los expertos en lenguaje corporal pueden controlarlos. El mentiroso piensa más en lo que dice y no en su lenguaje corporal... así que cierro con una frase que digo en mis talleres: El cuerpo no le miente al cuerpo.

Lo Nuevo