El opositor Henrique Capriles, candidato a diputado en Venezuela, acusó este lunes al chavismo de buscar que la elección regional y legislativa del próximo...
- 16/08/2015 02:00
Les aseguro que esta columna iba a tratar sobre los quinientos años de la fundación de la muy noble y muy leal Ciudad de Panamá. En serio. Sobre la importancia que tuvo en el desarrollo del mundo tal y como lo conocemos hoy. Puente del mundo, corazón del universo, y eso. Pero vistos los últimos acontecimientos he decidido cambiar de tema.
No se crean ni por un momento que voy a hablar en broma (o escribir). A pesar de mi sarcasmo y mi ironía, suelo decir las cosas muy en serio: nos estamos yendo a la mierda.
Nos entretienen con fuegos fatuos y artificios de prestidigitación, que si los 500 años de la fundación de Panamá Viejo, (celebraciones sin nada de chicha fuerte, por otra parte, puras pendejadas efectistas y electoreras, políticamente correctas, que no son más que surcos en el Mar del Sur) y nombran comisiones para esto y para lo otro. Comisiones para la sequía, para los tranques de calles, y para cualquier pendejada que se les ocurra. Comisiones que sin duda se reunirán, pero que con seguridad no ofrecerán más resultados que los que ofrecen las rogativas que en provincias centrales le hacen a todo santo y virgen que se les ocurre, mientras siguen deforestando y haciendo potreros limpiecitos de bosque, donde las reses puedan morirse de sed con tranquilidad y a pleno sol, sin culebra, ni rayo que malamente las parta.
Y mientras nos engañan con estos juegos de manos siguen, en los tres órganos, haciendo las cosas al buen tun tún y sin orden ni concierto. Juegos de villanos habemus. El Excelentísimo Señor Presidente viaja, la Primera Dama entre rosario y rosario ataca a diestra y siniestra a través de las redes sociales y los fiscales parecen obligados a llenar cuotas de indagados y detenidos. Pero como a los peces grandes, aquellos que todos sabemos quienes son pero a los que nadie se atreve a agarrar por las pelotas, no les pueden hacer nada, se entretienen con cualquier hijo de vecino. Diez pequeños valen por uno grande, parecen decir.
He de confesar aquí que Miller nunca ha sido santo de mi devoción, no me agrada ni la forma ni el modo que tiene de decir las cosas. Pero si por esa razón deben meter presa a la gente, supongo que ya deben tener una celda lista para mí… Si simplemente recibir cheques o hacer negocios con gente supuestamente corrupta es un delito, entonces deberían ir ampliando las cárceles, porque, tal y como van las cosas, todos en la política parecen tener su tripa colgando, su techo de cristal y su rabito de paja.
Hijos de, hermanos de, empleadas de, relacionistas públicos de, gerentes de, todos y todas son culpables por no adivinar que el dinero que estaban recibiendo, tramitando o cobrando era dinero mal habido. ¿Entonces? ¿Dónde dejamos la buena fe? ¿Dónde queda el estado de derecho y la presunción de inocencia?
Aquí el que acusa no debe probar culpabilidad, sino el acusado demostrar inocencia. Si a mi me contratan ¿he de pedir comprobantes a mi empleador de la limpia procedencia de su dinero? No me jodan, señores. Seamos serios. Todo esto huele demasiado a caza de brujas y a ajuste de cuentas.
Creo que deberíamos dejar que la justicia imparcial, si es que aún queda de eso en este país, haga su trabajo, los medios dejar de asolear a ‘presuntos' y el resto exigir cuentas claras, pero con todas las consecuencias y para todos, y sin payasadas efectistas que solo logran aturdir a los idiotas. Y señores, de eso, los panameños tienen muy poco.
COLUMNISTA