- 06/05/2019 02:01
El silencio empeora el cáncer testicular y de pene. Afrontar, hablar de cáncer y lidiar con el tratamiento puede ser difícil y en algunas ocasiones para los hombres mucho más. Sin embargo, abordar el tema de manera precoz contribuye a mejores resultados, según los especialistas.
‘En la población masculina hay un tabú debido a la cultura machista. A menudo, los hombres se cohíben de consultar a un doctor sobre un asunto como este', señala Carlos Bruggiati, subespecialista en uro-oncología y laparoscopía.
El profesional, también urólogo con entrenamiento en tratamiento con láser para la próstata, añade que ‘a través de la educación es necesario romper este tabú, pues el cáncer testicular y de pene, ambos pocos frecuentes, son detectables y con grandes posibilidades de curación'.
‘El cáncer de pene está muy asociado con el aseo personal. Los hombres que tienen hábitos de higiene deficientes presentan una formación o sustancia detrás del surco óvaloprepucial que se conoce como esmegma. Esta sustancia tiene células muertas y bacterias que producen una irritación crónica en el tejido, lo cual fomenta cambios en las células de la mucosa del pene culminando en la formación de un cáncer neoplasia', detalla Bruggiati.
Otro factor de riesgo importante está relacionado con la circuncisión. ‘La falta de circuncisión no solamente entorpece la higiene, sino que está vinculada a una fimosis marcada que es la imposibilidad de mover el prepucio hacia atrás', afirma el urólogo, a la vez que aclara que ‘esto no quiere decir que todos los hombres con prepucio van a tener cáncer de pene, sino los hombres que tengan prepucio y fimosis (estrechez de la abertura del prepucio), lo que les impide una higiene adecuada'.
El tabaquismo y enfermedades crónicas como la diabetes también están relacionados a este tipo de cáncer.
La Sociedad Americana contra el Cáncer apunta que ‘algunos signos de cáncer de pene son un cambio en la piel de esta parte del cuerpo, un crecimiento o bulto, una llaga que no se cura y/o hinchazón'.
Si los indicios apuntan hacia el cáncer de pene, las siguientes pruebas son algunas que pueden necesitarse: biopsia, tomografía computarizada (CT) o tomografía axial computarizada (CAT), imágenes por resonancia magnética (MRI) o ecografía.
‘En la población masculina hay un tabú debido la cultura machista. A menudo, los hombres se cohiben de consultar a un doctor sobre un asunto como este,
CARLOS BRUGGIATI,
SUBESPECIALISTA EN URO-ONCOLOGÍA
Una vez se obtiene el diagnóstico, es necesario realizar una serie de estudios para saber en qué etapa (estadio) está.
‘Definimos si solo está en el glande (parte final y más abultada del pene) o si está invadiendo los cuerpos cavernosos, la uretra o los ganglios linfáticos, dependiendo de ello la cirugía será agresiva o no', sostiene Bruggiati.
Se puede requerir de una penectomía parcial o total.
‘De ser total, no solo incluye el pene, también requiere una linfadenectomia, que puede ser en este caso superficial o profunda, una cirugía mucho más agresiva para el paciente', especifica el profesional.
En cualquier tipo de cirugía puede haber riesgos y efectos secundarios. ‘En una intervención profunda se presentarán complicaciones a nivel de la funcionalidad de la vía urinaria, tracto urinario inferior y el paciente puede sufrir estrechez uretral además de cambiar la posición de miccionar', dice el urólogo.
Añade que ‘también pueden surgir edemas (hinchazón) en los miembros inferiores, incomodidad o dolor para caminar. Todo esto es parte del proceso del tratamiento y recuperación, después de este tipo de cirugía, es algo normal y esperado'.
Precisa que ‘si no se hace nada con el cáncer de pene su historia natural es que hace destrucción del glande, sigue hacia el drenaje linfático, crece de manera abrumadora sobre los ganglios linfáticos y estos pacientes se pueden morir al final por perforaciones, generalmente por sangrado masivo que no se puede detener'.
‘Lo más importante en el cáncer de pene es diagnosticarlo a tiempo', dice Bruggiati. ‘La labor del paciente es cubrir la prevención, mantener un buen aseo, revisarse constantemente y acudir al urólogo de forma regular o ante cualquier lesión que tenga en su tracto urogenital', sostiene.
TUMOR TESTICULAR
Como los otros tipos de cáncer, el testicular se constituye de un grupo de células que crecen de forma descontrolada.
La incidencia más marcada es entre los 15 y los 40 años y los factores de riesgo no están muy claros; es muy poco probable que tenga componentes hereditarios, sin embargo, los pacientes con algún testículo no descendido al escroto presentan mayores probabilidades.
En Panamá existe un subregistro de la enfermedad. Sin embargo, se estiman alrededor de seis casos por cada cien mil habitantes.
Entre un 90-95% de los pacientes sobrevive con el tratamiento siempre y cuando el diagnóstico sea en un estadio temprano. El tratamiento puede ser una orquiectomía radical (extirpación del testículo), quimioterapia, radioterapia o una combinación de estas.
En la mayoría de los casos no produce síntomas. ‘Un pequeño porcentaje de pacientes puede presentar dolor y esto es porque el cáncer de testículo crece muy rápido, es una enfermedad muy agresiva', señala Bruggiati. En pocas ocasiones se puede sentir un dolor lumbar o notar un edema o un aumento en la sensibilidad del escroto.
INSPECCIÓN
‘Se aconseja a los pacientes masculinos realizarse un autoexamen por lo menos cada tres meses, que consiste en palparse el testículo con la yema de los dedos, apretando con el dedo medio, el índice y pulgar, en búsqueda de alguna masa dura. Debe verificar los bordes, consistencia, si produce dolor y, sobre todo, comparar un testículo con otro, principalmente en su forma y su textura', indica Bruggiati.
Una señal que apunte a un posible cáncer de testículo es una induración (masa dura), redondeada, alrededor del tamaño de una canica. Se pueden detectar otras lesiones no cancerígenas, tales como el varicocele (agrandamiento de las venas dentro de la piel que sostiene el escroto) o se puede confundir con el epidídimo (protuberancia propia del testículo en el área posterior completamente normal) y se puede llegar a detectar también agua retenida en el testículo. Con un ultrasonido escrotal se pueden confirmar estos diagnósticos.
No existe una prueba sanguínea para detectar el cáncer de testículo, sin embargo, si existe una medición para ciertas sustancias que pueden ser liberadas por el tumor y sirve para darle seguimiento al paciente antes y después del tratamiento.
‘Importante destacar que el paciente puede tener una vida sexual activa luego de la enfermedad, ya que un solo testículo es suficiente para producir la cantidad de hormonas necesarias', dice el urólogo.
La mejor defensa para ayudar a prevenir cualquier tipo de cáncer consiste en tomar los consejos de los profesionales y ante cualquier inquietud acudir de inmediato a los especialistas.