En la postmodernidad, ¿qué es realidad y qué es fantasía?

'Hiperrealidad' es el nombre de la muestra que el artista salvadoreño Orlando Villatoro presenta en la galería virtual Allegro. Conversa sobre la realidad y el simulacro, elementos presentes en la vida de una generación postmodernista
Noche estrellada I

Orlando Villatoro es un millenial. Como todos los de su generación conoce al dedillo el uso de muchas herramientas tecnológicas. Sin embargo, no se ah dejado absorber por las redes sociales. Recién el año pasado abrió una cuenta de Instagram y de twitter, no tiene.

Pero no ha vacilado en aprender a usar otras herramientas que le permiten exponer ideas y contar historias como la realidad aumentada y los videojuegos. Pero esta no es la única forma en la que el artista salvadoreño trabaja el arte. “Siempre he querido hacer algo en mi práctica donde retome aspectos y técnicas tradicionales como el dibujo y relacionarlos con nuevos medios. Para mí, el arte no se trata de técnicas, sino que es un lenguaje”, ha dicho en varias ocasiones. Y sus trazos con el pincel nos dejan saber que realmente domina la pintura, técnica con la que ha desarrollado la muestra Hiperrealidad, que se presenta en la galería virtual de Allegro.

Mona meets Kitty

La hiperrealidad es un término que filósofos como Jean Baudrillard y Umberto Eco han utilizado para describir la sociedad que vive el postmodernismo, un momento en el que la realidad está siendo invadida y reemplazada por el simulacro. El significado se vuelve cada vez menos importante y el signo cobra preponderancia y toma su lugar en nuestros recuerdos. Como resultado, no se podrá distinguir los orígenes de una idea, por la misma idea social de darle más importancia al hoy y lo inmediato.

Un error o un mal funcionamiento en un equipo tecnológico se conoce como glitch. Si nos trasladamos a una pantalla, es ese momento en que una imagen se confunde con otra mientras el sistema trata de establecer un orden para la información que recibe. Así, un Snoopy contempla desde el techo de su casa perruna una espléndida noche estrellada de Van Gogh; la Mona Lisa comparte escena con Hello Kitty, figuras precolombinas se enfrentan a Darth Vader y el Moisés de Miguel Ángel se contrapone a Homero Simpson, siempre ávido por beber una cerveza Duff.

La reunión con Mili

Las obras no representan una lucha de dos imágenes, sino que, por el contrario, son la unión de las mismas, representando lo que somos hoy en día “resultados no previstos”.

En las culturas posmodernas, las tecnologías y los medios de comunicación llegan a modificar radicalmente la percepción y las experiencias de las personas. Ambos factores contribuyen para la creación de lo que Baudrillard denomina como “hiperrealidad”.

Sobre la muestra, Villatoro explica en entrevista a La Estrella de Panamá, que “es un cuestionamiento sobre cuál es la verdadera realidad o si estamos teniendo solo simulaciones de algo”. El artista cuestiona incluso el uso de los espacios virtuales. “Hoy, todas las cosas las quieren hacer virtuales, pero todo lo que se quiere hacer virtual se hace como un espejo de la realidad. Y no se piensa en sacar el lucro virtual, que tiene la plataforma. Al final nosotros siempre queremos simular algo, simular lo real. Entonces siempre tenemos eso”, sostiene.

Neo Mario

¿Acaso se da esto por la cantidad de información que recibimos?, ¿estamos tan distraídos que perdemos la capacidad de distinguir qué es realidad y qué no lo es? “Cuando nosotros decimos distracciones nos hacemos víctimas y en realidad, nosotros somos los que captamos, recibimos muchas imágenes, es cierto, pero nosotros decidimos dónde ver”, destaca el artista.

“Si vamos al simulacro, a lo que nos hace más felices, más contento vamos ahí, no es únicamente por la aglomeración de imágenes que nos está distrayéndonos, nosotros en realidad, por nuestra personalidad o algo muy nicho, del ser humano, vamos a nuestra comodidad, a la imagen que nos gusta más, a la publicidad que nos gusta, a la película; caemos mucho en eso, pero técnicamente somos nosotros los que decidimos”, agrega.

Es justamente una manera de actuar que marca la posmodernidad; yo creo lo que quiero creer y consumo lo que elijo consumir a pesar de que haya otras opciones, pero se contempla la idea de que es un punto de transición. Filósofos plantean el hecho de que el modernismo no terminó de establecerse y por ello, estamos en una especie de limbo en el que no hay un rumbo definitivo por el cual seguir. Por ello, el nombre postmodernidad.

Villatoro está convencido de que estamos en un período de transición y por ello, la idea de los glitches. “Pienso que es una transición por el mismo hecho de que la gente toma los medios digitales pero no entra todavía en lo virtual. Estamos renuentes”, asegura. Pero si bien, sabe que habrá cambios, no puede establecer cómo serán. “No sé si todo va a cambiar, si todo va a girar de golpe, si en el proceso van a pasar muchos años o si vamos a regresar al 'old school'. no lo sé”.

La obra de Villatoro

Orlando Villatoro se considera un artista multidisciplinario, aunque los medios que utiliza son para él algo secundario. “La idea, lo que quiero decir es realmente lo importante”, afirma. Antes de plantearse una obra, el artista busca cuál es la forma más efectiva de hacer llegar su mensaje. Así lo hizo con el videojuego Odisea, en que el autor recrea el camino, desde El Salvador hacia los Estados Unidos, que recorrió su padre en los años 80 en busca del sueño americano.

Quería contar una historia, la historia de mi padre pero también contar la historia de la migración, esa dolencia que pasa Centroamérica y el mundo entero. Me pregunté cómo puedo mostrar esto, pero también educar a la gente y yo no sabía programar videojuegos, entonces me puse a estudiar cómo programar para poder elaborar la pieza”, detalla. Asimismo, aunque el glitch es algo tecnológico, Villatoro termina haciendo una pintura digital. Aunque estamos viendo algo tecnológico, quería hacer algo con una técnica noble, es decir, su contraparte, la pintura, entonces, busqué llevar esas dos líneas.

Con respecto a los personajes contrapuestos, “Intento que haya un diálogo entre ellos, pero es una ironía total. Me gusta mucho jugar con eso pero las primeras pinturas que realicé tenían una referencia más personal. Busqué quiénes fueron mis ideales en la historia del arte, los dioses de identidad y lo reflejaba con las caricaturas que veía desde pequeño, haciendo una parte de lo que soy yo”, cuenta. Como millenial se ve a él mismo como un punto de transición entre elementos muy tradicionales y la vanguardia tecnológica. “Después le quise poner más ironía al juego, cómo Homero (Simpson) puede ser al final Moisés, por ejemplo”.

Para Villatoro, la tecnología no le resta valor al arte. Pero insiste, cualquier herramienta que se utilice sebe sostenerse con una idea. “La fotografía artística la hace una máquina y las máquinas técnicamente son herramientas. Miguel Ángel cuando hizo la Capilla Sixtina no tenía un cañón pero él usó un papel y calcaba sus dibujos, esa era una herramienta, llamemos tecnología a eso. Lo que pasa hoy es que lo mecánico está teniendo más poder en la ejecución. Pero el pensarlo, la idea principal es lo que importa, la idea creativa”.

Lo cierto es que hay un punto muy subjetivo en el comentario. “el clásico que usa las técnicas tradicionales critica todo arte contemporáneo mientras que el contemporáneo tacha de desfasado todo lo tradicional. Finalmente, cada quién puede dedicarse a la corriente que quiera y no tiene que descalificar a los otros”, opina.

Una galería virtual

Al salvadoreño le entusiasmó mucho la idea de participar en una exposición virtual. “Me gustó el hecho porque es lo digital por lo que se está apostando y el tema de la hiperrealidad siento que se acopló mucho. La representación estuvo muy idónea, siempre reflejando un poco lo físico, lo real, porque si se hace de otra manera de repente la gente no lo recibe igual”, comenta Villatoro. Y es que todavía nada reemplaza la sensación de observar la obra en vivo.

“Mirie [De la Guardia] me comentó que la gente pensaba que eran impresiones. No pensé que iba a llegar a ese punto... ella ya tenía la alternativa en mente de mostrarlas en un espacio físico, para que la gente las viera”, explica.

Hiperrealidad sería la primera muestra en el espacio virtual de Allegro. A diferencia de Villatoro, a Mirie De la Guardia, propietaria de la galería Allegro, es muy aficionada a la tecnología y estaba atenta de los cambios que de a poco se iban generando en ese mundillo.

“Me di cuenta no solo por el movimiento en Panamá sino fuera y también por instinto -básicamente eso han sido mis planes de negocio- que esto estaba girando para otro lado, un lado para mí, muy orgánico”, comenta la galerista.

En 2019, luego de pensarlo mucho, De la Guardia decidió cerrar el espacio físico que por varias décadas albergó la galería, en un giro que algunas personas no llegaban a comprender. “Sabía que quería hacer algo virtual, manejarme de esa manera”.

Cuando descubrió de forma más o menos casual el trabajo de Villatoro, se convenció de que era el artista indicado para arrancar con este nuevo concepto. “Yo sí le dije que necesitaba ver la obra en persona y cuando llegó y la vi me convencí de que era necesario exponerlas físicamente. “A través de una pantalla parecen un render, pero físicamente te das cuenta de la mano y el oficio que tiene el artista y puedes visualizar mejor el formato de las obras, muchas de ellas grandes”. Villatoro estaría aquí y las obras, además de el espacio virtual serían expuestas en un espacio físico.

La exposición se había programado para el mes de marzo, mes en que arranca la temporada artística-cultural en Panamá. Todo estaba listo, pero la realidad mundial sentó la pauta.

A finales de febrero cuando vimos el panorama con la pandemia decidimos poner pausa e ir viendo lo que acontecía. La galería virtual arrancó con Solidarizarte, una colectiva con fines benéficos. “Allí se dieron los primeros pasos para la galería virtual y se fueron afinando los detalles. Quería que quien entrara se sintiera como si estuviese caminado pro los salones de una galería, que pudiera acercarse a cada obra, ver su tamaño”, explica De la Guardia.

Y finalmente, Hiperrealidad, primera individual presentada en la galería virtual de Allegro arrancó el pasado 12 agosto. Las obras están disponibles en www.allegrogallery.net donde se puede tener la experiencia de una muestra que los lleva a ir de espacio en espacio, apreciando cada obra. El sitio tiene la biografía completa del artista, videos de su proceso, así como “Viewing Rooms” en los que el público podrá apreciar las obras de manera que puedan tener una mejor idea de su tamaño, así como en espacios de casas, para imaginarla en los ambientes.

Y quienes deseen ver las obras “en vivo”, pueden acercarse al local #7 de Centromall (Urbanización Obarrio, Avenida Ricardo Arango entre Calle 60 y 61.

El futuro

De la Guardia admite que todavía hay personas que sufren no contar con el espacio físico de la galería y es algo que tomará tiempo, pero

Este es el siglo XXI. Todo está al alcance. Creo que una de las cosas en que la pandemia de covid marcará un antes y un después es la forma en que ha acercado a todo el mundo”, afirma.

Manejo muchos artistas de afuera y este es un puente más grande donde se pude llegar a más gente y amedrenta menos a las personas que no están habituadas a las galerías, las hace más accesibles.

Sin embargo, aunque la galería virtual esté funcionando muy bien, no abandonará los proyectos educativos y talleres infantiles con pequeños participantes de carne y hueso.

en tanto, Villatoro trabaja en un proyecto con realidad aumentada. “Ahora estoy haciendo piezas más envolventes, tipo pokemon go pero que pueda ser más orgánicas”, comenta. Aunque le está costando algo de trabajo acceder a las tecnologías necesarias para seguir adelante con su proyecto.

“Veremos qué pasa más adelante. Tenía programado el próximo año hacer una residencia artística en México, pero con la pandemia pues ya lo estoy pensando un poco más. habrá que esperar que la vacuna ya esté funcionando y ver cómo se manejan las cosas”, dice. El mundo real es más difícil de controlar.

El artista
Orlando Villatoro

(El Salvador, 1992) es un artista multidisciplinario cuya producción combina prácticas tradicionales como pintura, cerámica, escultura e instalación, con arte de nuevos medios.

Realizó estudios superiores de diseño gráfico en la Universidad de El Salvador, graduándose con honores y reconocimiento por excelencia académica. Posteriormente, estudia pintura en el Centro Nacional de Artes (CENAR). Para ampliar sus conocimientos e interesado en todo lo relacionado a nuevos medios (New Media) estudia un diplomado en Realidad Aumentada. Actualmente cursa la maestría en Programación de videojuegos.

Ha logrado diversos reconocimientos en pintura

Mención Honorífica en SUMARTE 2019 en el Museo de Arte de El Salvador

Mención Honorífica en el III Salón de Pintura SICA

Tercer lugar en el II Salón de pintura SICA 2016.

Mención Honorífica Talento Cenar 2014

Primer lugar Talento Joven El Salvador (2013)

Premio único en Festival Interuniversitario de la Cultura y el Arte diseño (2012).

Premio Único de dibujo (empresa Kodak) 2010.

Villatoro también fue escogido para ser parte de una residencia artística sobre el tema “Calentamiento local en el humedal electrónico” (Videomapping Artesanal), en el Centro Cultural Español (Costa Rica, 2018) e “Invadir y Resistir” en el año 2019. También ha tomado talleres de arte digital y nuevos medios impartidos por FUNBA.

Ha expuesto y dictado talleres en El Salvador, Costa Rica (Museo de Diseño y Arte Contemporáneo MADC, en el 2018 y 2019), Guatemala, Estados Unidos donde fue uno de los cinco artistas internacionales invitados a participar en “Real Life” en el Museum of Contemporary Photography (MoCP), Chicago, EUA, curada por Natasha Egan con obras de su proyecto “Código Humano” (2019 – 2020), exposición que recibió muy buenas críticas en diarios y publicaciones especializadas, tanto en Chicago, como en New York.

Recientemente fue invitado a participar en Los Angeles Contemporary Exhibitions (LACE) con su video juego “Odisea, El sueño americano” basado en todas las vicisitudes que, como indocumentado, tuvo que pasar su padre para buscar oportunidades en los Estados Unidos.

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