Así lo confirmó el viceminsitro de Finanzas, Fausto Fernández, a La Estrella de Panamá
- 26/04/2011 02:00
LONDRES. El menú de la recepción de la boda del príncipe Guillermo y Kate Middleton, el 29 de abril, es un verdadero secreto de Estado cuya única certeza es que será ‘muy británico’.
‘Siempre nos esforzamos por presumir de lo que es británico’. Mark Flanagan, cocinero principal de la reina Isabel II, no dirá más, obligando a los demás chefs a especular sobre lo que comerán los 300 invitados a la cena nupcial.
‘Creo que comerán paté de Gleneagles, que es una terrina de trucha, salmón y caballa ahumados’, explicó a la AFP Darren McGrady. Apodado ‘The Royal Chef’ (el chef real), este cocinero trabajó para la reina Isabel y luego para la princesa Diana hasta su muerte en 1997, y por tanto también para sus hijos Guillermo y Enrique. ‘Luego, vería también filetes gaélicos (de buey flambeados con whisky) o un cordero biológico de Highgrove’, la granja del príncipe Carlos, padre de Guillermo.
En la boda del príncipe Andrés con Sarah Ferguson en 1986, se sirvió un ‘Carré d’Agneau Paloise’ (brazuelo de cordero con salsa de menta). En cuanto al postre, el chef apuesta por un flan de plátano, el ‘preferido del príncipe Guillermo’.
Seguirá el inevitable ‘fruitcake’ encargado a la célebre pastelera Fiona Cairns, que cuenta entre sus clientes al ex Beatle Paul McCartney.
Verdadera obra de arte, la pieza estará expuesta durante el aperitivo que se celebrará al mediodía en la majestuosa ‘Galería de los cuadros’ del palacio de Buckingham, en medio de obras de Rembrandt, Poussin y Rubens.
A su lado, figurará otro postre, éste por deseo expreso del príncipe Guillermo: un pastel de chocolate confeccionado a partir de las famosas galletas de té McVitie’s. ‘Al príncipe le encantaban cuando era niño’, explicó Paul Courtney, principal pastelero de la empresa.
Filete, pastel de frutas, galletas de té: el menú es ‘lo más británico posible’, reconoce Darren McGrady.
Sin embargo, como es costumbre, estará escrito en francés. ‘Se remonta a la época en que todo el mundo en la cocina era francés’, explica el autor de Eating Royally.
Kate y William han tenido que someterse a algunas tradiciones. Pero la pareja, que se presenta como ‘moderna’, ha iniciado una pequeña revolución palaciega al romper con el ritual del ‘Wedding Breakfast’, un almuerzo servido en la mesa que se llevaba a cabo tradicionalmente después de la ceremonia. Los recién casados tendrán solo un buffet, parecido a un gran aperitivo.
Los invitados no saldrán perdiendo con el cambio, porque los canapés, no serán los bocados ordinarios: trufas con champagne Hugot & Clement (una receta de 1687), huevos de codorniz con sal de apio, blini con remolacha...