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- 20/02/2022 00:00

En una ocasión me topé con Pablo González Casanova quien recientemente cumplió cien años de vida. Me presenté y le dije que era de Panamá. Inmediatamente hizo memoria de Ricaurte Soler, recordándolo como un gran pensador. Sin duda Soler es una referencia ineludible, fue un pensador marxista cuya resonancia está más allá de nuestras fronteras. En este breve artículo quiero resaltar algunos aspectos de este intelectual y sobre una obra importante en su corpus bibliográfico, me refiero a Formas Ideológicas de la nación panameña.
Ricaurte Soler es una figura cimera en nuestra historia intelectual. Aún no tenemos una biografía científica sobre él. Desde muy joven se destacó por su rigurosidad intelectual. Fue un joven que migró de Chiriquí a la ciudad de Panamá para proseguir sus estudios en el Colegio La Salle, posteriormente ingresó a la Universidad de Panamá obteniendo el título de licenciado en Filosofía e Historia con el trabajo “Contribución para la historia de las ideas en el Istmo durante el siglo XIX (pensamiento panameño y concepto de nacionalidad)”, datado en 1954; cuando apenas tenía veintidós años. Mientras Soler fue estudiante, uno de sus profesores fue Ricardo Resta graduado de la Universidad de Buenos Aires y recomendado por Francisco Romero. Resta dictó clases entre los años 1948 y 1956. Luego Soler se irá a París, estudiará un doctorado y en 1959 publicó en la Imprenta Nacional El positivismo argentino: Pensamiento filosófico y sociológico. Para esa fecha nuestro pensador tiene veinte siete años. Si leemos con detenimiento estas dos obras nos daremos cuenta del alto vuelo teórico de este nobel intelectual. En 1960 fundará la revista Tareas. En fin, su legado aún no lo hemos agotado ni explotado lo suficiente.

En 1963 se publicó Formas, que tuvo varias ediciones en la revista Tareas (N°11-12), luego en "Ediciones de la Revista Tareas" ese mismo año. En 1964 salió otra edición en la Revista Interamericana de Bibliografía, N°1 Vol. XIV, Washington. Una cuarta edición es de EDUCA en 1972. Además, salieron otras ediciones. La última es del año pasado (2021) por la "Editorial de UDELAS". Esta estuvo a cargo de Giancarlo Soler Torrijos y tuvo un tiraje de 2000 ejemplares. Es decir, Formas tiene varias ediciones. A pesar de eso, es un libro poco citado.
El libro en cuestión es una obra cumbre en lo que podríamos denominar un primer Soler. Allí se da una “ruptura epistemológica”. Para algunos estudiosos de su obra, esta es una de sus principales piezas en su engranaje teórico. Soler había incursionado en la historia de las ideas en América, escribió un texto sobre la Reforma Universitaria, otro sobre la presencia del pensamiento de la América Latina en la conciencia europea y sobre Benjamin Constant. Pasan nueve años desde su primera publicación hasta la publicación de Formas.
Aún no hemos evaluado el impacto de este libro. Téngase en cuenta que Soler publica esta obra a inicio de la década del sesenta cuando era profesor de Filosofía en reemplazo de Juan Antonio Tack. Es necesario decir también que Soler había sido profesor de aquellos institutores de la gesta patriótica de enero de 1964 y Formas ya circulaba por el Nido de Águilas; sin apresurarnos la primera impresión es que sí resonó en las mentalidades institutoras. Como dice Guillermo Castro sobre Soler, “en su batalla fundamental por la renovación cultural en Panamá, creo que tiene especial importancia su texto sobre las formas ideológicas de la nación panameña”. Briseida Allard también coincide en la centralidad de esta obra en el corpus soleriano.
La obra en cuestión requiere de un esfuerzo heurístico para su comprensión, es dónde hay una condensación teórica fecunda para comprender nuestro pasado en un arco de tiempo amplio, iniciando en la época colonial y continuando hasta la mitad del siglo XX. Lo habitual es delimitar cada vez más los períodos históricos a estudiar. Soler entonces nos presenta esa mirada amplia, de larga duración. Este libro está dividido en cuatro partes y, estos a su vez, en ocho epígrafes, además de dos alegatos.
En la introducción nos advierte uno de los temas que recorrerá gran parte de la obra, es la contradictoria realidad ístmica, en la cual por un lado es palpable la veta moderna económicamente, Soler nos dice: “en la colonia panameña no lograron, pues, prosperar formas económico-sociales acentuadamente feudales” (p.18). A pesar de eso coexisten “autores representativos de la ortodoxia más intransigente”. Esta forma de explicar los procesos históricos muestra su complejidad dialéctica, donde nuestra realidad es contradictoria. Por un lado, teníamos una “orgia mercantil” y, por otro, una “ortodoxia” escolástica. Estas dos situaciones en contradicción eran parte de una misma realidad. En términos filosóficos expresados por Soler, habrá una confrontación entre el trascendentalismo y el inmanentismo. No podríamos hablar para la época de una “unidad cultural e ideológica”.
El criollo aún no tendrá plena conciencia de su papel histórico. Soler nos hablará de una “cultura flotante”, debido a los vaivenes de nuestra cruel realidad económica permanentemente en movimiento. En el siglo XIX ya tendremos claro cuáles son los intereses al menos de una clase: la burguesía comercial, representada por Mariano Arosemena, en voz de Soler “criollo comerciante de la zona de tránsito”. Es un ideal liberal el que aspira autonomismo para desarrollar sus intereses de clase.
Formas es un libro de fondo, el cual no se queda en la superficie. Ahonda en nuestro pasado para afianzar el presente prospectivamente. Aquí vemos la centralidad de la historia para pensar y vemos las primeras pinceladas del materialismo histórico en este pensador, al hacer un “análisis de clases sociales”, de los “modos de producción” y la pugna por sus intereses. Para nuestro filósofo las verdades no están en las esencias inalterables sino en nuestra historia. Esta búsqueda incesante de la identidad de nuestros esencialistas coincidió con el conservadurismo, mientras que, Soler arribó a un materialismo políticamente socialista.
En Soler y Formas en particular, está presente una batalla de las ideas en la construcción de alternativas. Soler enfiló todos sus cañones contra la escolástica apostando por el positivismo en su rol revolucionario al contrarrestar los remanentes medievales en nuestro devenir histórico. Allí el papel pionero de Justo Arosemena con la factología, en términos prácticos es basarse en hechos y no en la fe. Desde Platón por lo menos, salir de la caverna te acerca más a la idea de bien que permanecer viendo sombras. Tanto Arosemena en el siglo XIX, como Soler en el XX, son pensadores que nos ayudan a salir de la caverna.
Cuando Soler escribe Formas tenía apenas 31 años. Podemos decir con certeza que, es un texto sofisticado. Nuestro pensador en su batalla de las ideas desnuda la “crisis ideológica” del siglo XX que, incluso podríamos extender al presente. Soler murió prematuramente en 1994, hubiese seguido bregando en esta dirección. Para concluir, Formas es un libro clásico de fondo, en este contexto esta obra nos ayuda a comprender nuestro pasado para advertir nuestras contradicciones. Después de Soler ya no podemos pensar igual.
El autor es profesor de Filosofía en la Universidad de Panamá
Miguel Montiel Guevara – “Ricaurte Soler. La cuestión de la identidad nacional y latinoamericana”
Ulises Álvarez Murgas – “Pensamiento de Ricaurte Soler. Aproximación bibliográfica”
Fernando Rey del Corral – “Cuatro ensayos filosóficos sobre Ricaurte Soler”
Abdiel Rodríguez Reyes y Miguel Montiel Guevara (compiladores y editores) – “El Pensamiento Crítico de Ricaurte Soler”
Sergio Vilaboy Guerra – 'Ricaurte Soler, gran pensador de Nuestra América' en “Vidas maestras que ya no están”.
Clara Alicia Jalif de Bertranou – 'Ricaurte Soler (1932-1994)' en “El pensamiento filosófico latinoamericano, del Caribe y 'latino' 1300-2000”.
Filosofía en español (filosofía.org) – Ricaurte Soler Bautista (1932-1994)