Los capturados fueron ubicados en la comarca Ngäbe-Buglé, las provincias de Veraguas, Los Santos y Panamá
- 31/08/2015 02:00
Se consideraba a sí mismo como un ‘explorador', y dedicó toda su vida a explorar los misterios y desórdenes de la mente: Oliver Sacks, el neurólogo británico fallecido ayer en Nueva York, era, más que nada, un hombre curioso.
A los 82 años, Sacks pereció víctima de un tumor cancerígeno en el ojo que hizo metástasis.
Como recordó ayer The New York Times , en 1984 dijo que se veía como ‘un naturalista o un explorador'.
‘He explorado muchas tierras neurológicas extrañas, los más lejanos Árticos y Trópicos de los desórdenes neurológicos', añadió.
Sacks, profesor de neurología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, formaba parte de un selecto club de científicos cuyos descubrimientos han sabido calar en audiencias más generales.
Sus obras han revelado explicaciones científicas hasta ahora desconocidas en el origen de las alucinaciones, por ejemplo, y tanto sus ensayos como sus libros han servido de gran ayuda al estadounidense promedio.
Y es que Sacks supo combinar la exploración de la mente con el mundo de la literatura. Solo en Estados Unidos, ha vendido un millón de libros, incluyendo Awakenings , que inspiró una película, y The man who mistook his wife for a hat , que inspiró una ópera.
En su sitio de internet, el famoso neurólogo aparece montado en una BMW clásica, de joven, para reflejar una de sus múltiples aficiones.
Participó en competiciones de levantamiento de pesas y formó parte de un grupo motero de ‘Los Ángeles del Infierno'.
Aunque nació el 9 de julio 1933 en Londres, hijo de una familia judía de médicos y científicos, y se graduó en Medicina en el Queen's College de Oxford, destacó profesionalmente en Estados Unidos, a donde llegó en 1960.
Melómano convencido, Sacks, en su currículum vítae oficial deja constancia de que entre 2007 y 2012 fue ‘artista' en la Universidad de Columbia, de Nueva York, donde también dio clases de neurología y psiquiatría.
Su lista de premios y honores es larga, y acumuló muchas medallas y galardones. El científico ayer fallecido tiene hasta un asteroide, el 84928, nombrado oliversacks en 2008 para recompensar sus trabajos.