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- 27/01/2010 01:00
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El sol estimula la síntesis de vitamina D en nuestro organismo, necesaria para contrarrestar ciertas enfermedades óseas como la osteoporosis, favorece la circulación sanguínea y aumenta la sensación de salud y bienestar. Sin embargo, demasiada exposición solar, sin tomar las precauciones necesarias, puede provocar serias lesiones cutáneas como quemaduras solares, fotoenvejecimiento prematuro, e incluso cáncer de piel.
Estos efecto se pueden evitar mediante la utilización de diaria de protector solar y evitando la exposición prolongada entre las 11:00 a.m. y las 3:00 p.m. Debemos aplicarnos generosa y uniformemente protector solar y reaplicarlo cada dos horas, después de habernos sumergido e n el agua o de una exposición solar prolongada, además de usar sombreros de ala ancha y lentes de sol con protección UV. Vale recordar aquí, que existen superficies que reflejan los rayos solares, como el agua, la arena, el asfalto, la hierba y la nieve, por lo cual, el solo hecho de estar bajo sombrillas y árboles no garantiza protección. Se recomienda usar protector solar aun estando en climas fríos, o bajo techo.
Cabe destacar que, los tipos de protectores que se deben utiliar son los de filtros de banda ancha, que cubran todo el espectro de luz ultravioleta.
El FPS, o factor de protección solar, es el lapso máximo de tiempo en que la piel puede estar expuesta a la radiación solar antes de presentar enrojecimiento o quemadura. Esto no significa que un protector solar sea mejor cuanto mayor sea el número de su factor de protección solar, simplemente, éste retarda más la aparición de enrojecimiento y se puede aplicar con menos frecuencia. ©PUBLICACIONES SEMANA