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'Spencer', una mirada íntima al sufrimiento de Lady Di
- 30/09/2021 00:00
- 30/09/2021 00:00
“Hay una fascinación inmensa alrededor de Diana, y la familia real ha sido tan discreta que solo nos queda jugar con los pedazos de la personalidad de la princesa y de la chica encerrada en un castillo por tantos años”, fueron las palabras del director chileno Pablo Larraín (La reina; Jackie), quien ahora se adentra en la historia de la princesa Diana de Gales desde una perspectiva psicológica con la cinta Spencer (2021), ahondando en las razones de la crisis emocional y mental que enfrentó la integrante de la familia real inglesa por varios años.
La cinta, que se estrenará en EE.UU. el 5 de noviembre de este año, se centra en un fin de semana familiar, cercano a Navidad, dentro del castillo Windsor en Inglaterra. “Tres días, eso es todo”, dice una nerviosa Diana (protagonizada por Kristen Stewart), anticipando lo que podría suceder dentro de la familia durante ese tiempo. En el tráiler, la historia se desenvuelve caóticamente, avances de discusiones, miradas penetrantes y momentos claustrofóbicos tiñen la primera mirada a la película, dando un tono de que esta no será una historia sencilla de observar.
Diana Spencer –su nombre de soltera– ha dado mucho de qué hablar desde su matrimonio con el príncipe Carlos el 29 de julio de 1981 (e incluso antes), siendo objeto de la prensa amarillista y de farándula en todo el Reino Unido, Estados Unidos y países europeos, dado su origen de chica “común” en medio de una familia de siglos de tradición y expectativas. La Diana que se ha dibujado en otras cintas ha tocado su vida como joven, como madre, esposa, activista y princesa; sin embargo, algo dentro de Spencer de Larraín deja entrever la parte más tormentosa y menos ventilada de su vida: el sufrimiento interno.
Si bien, otras obras televisivas como The Crown (Netflix) han dado representaciones de Diana y su conflicto matrimonial, además de su lucha contra la bulimia y afectaciones mentales, mientras que innumerables documentales y biografías (autorizadas unas y otras no) han dejado a la princesa como una mujer fuerte, pero atribulada en su corta vida. Es en la cinta de Larraín donde se ve una mayor urgencia, un grito de auxilio que sale de los labios de Stewart, pero sin ser ella misma.
La cinta se presentó como selección oficial en el Festival de Cine de Venecia a inicios de septiembre; también figuró como selección oficial en los festivales de Telluride y Toronto, dejando reseñas positivas ante la actuación de Stewart, su cercanía emocional (y física) a Lady Di, y la dirección de Larraín en lo que podría figurar como un drama psicológico. Además, el título del filme deja ver lo que realmente busca transmitir la cinta: el divorcio entre la princesa y el príncipe Carlos, y su vuelta a una vida propia.
Todos conocen el trágico final de Lady Di (1997), aquel que aún no se esclarece del todo, por las razones que no encajan y misterios que quizá no figuren en los libros de historia, pero antes de esa tétrica escena hubo una, quizá, peor, cargada de derrota. “Pelea contra ellos, eres tu mejor arma”, le comenta a Diana una amiga, luego perlas son arrojadas por las escaleras, una carrera por tomar aire, pero quedándose asfixiada; son muchas escenas en el corto avance de Larraín que destacan a Stewart y Jack Farthing (que encarna al príncipe Carlos).
“En este papel me sentí viva, libre y hasta más alta”, afirmó Stewart al diario El País, “lo triste de ella es que, con lo normal y encantadora que mostraba ser, inmediatamente se sintiera también aislada. Hacía sentir a todo el mundo acompañado y reforzado por su luz, y lo único que pedía era recibirlo de vuelta”. El filme se debate entre ser un monólogo o un testimonio de lo que pasa cuando la soledad se vuelve el rincón de dolor y refugio al mismo tiempo.
“Quería hacer una película que le gustara a mi madre. Y sobre lo que de alguna forma creo que alguien como ella ve en Diana. Fue un icono famoso, pero también una madre. Y, más importante, alguien que creó algo increíblemente bello con su nivel de empatía”, apuntó el cineasta al diario español. Porque no todo lo que se recuerda de Lady Di fue su tristeza, o su rompecabezas escondido tras una sonrisa dulce, sino todo el trabajo noble que realizó en el 'Commonwealth' y en la misma Inglaterra.
“Diana era una persona que estaba intentando reorganizar su vida y su identidad con el único propósito de salir de su celda, con su nombre intacto, y de la mano de sus hijos”, explicó Larraín en una entrevista con Fred Film Radio, “porque más que tratar sobre sus problemas con la familia de Carlos, es realmente sobre ser madre. Sus hijos eran lo único que realmente sentía suyo”.
Dentro de la cinta también destaca, a grandes rasgos, la música compuesta por Jonathan 'Johnny' Greenwood, guitarrista principal y tecladista de la banda de rock inglesa Radiohead. Su trabajo se ve plasmado en cada escena, dando forma visible a las emociones de los personajes, y arropando los lugares a las emociones transmitidas por las notas de las piezas.
Esto acompaña al guion escrito por Steven Knight que no prepara al espectador para lo que va a observar: “Una fábula de una tragedia real”, según indicó Larraín. Expertos en la materia comentaron sobre la falta de espacio para dar sentido a las palabras de Knight, como describe la crítica de cine Mónica Castillo en un artículo para el sitio web especializado Roger Ebert: “El diálogo de Knight, que puede ser a veces directo y superficial, y con demasiada frecuencia no le da a Stewart suficiente espacio para los matices. Gran parte de su actuación se puede describir como una melancolía condenada al fracaso o una melancolía real, que la ata, incapaz de salir de ese estado hasta que encuentre una manera de escapar de las garras de la realeza”.
La “Princesa del Pueblo” se ve enmarcada como un ícono de dolor o de esperanza, así fuera remota, ante los cambios que deseaba ver para sus hijos dentro de las paredes del castillo, y para sí misma, pero que nunca logró ver. Hasta hoy, la casa Windsor parece detenida en el tiempo, a pesar de los múltiples escándalos que han surgido en los últimos años dados los pasos del príncipe Harry y su esposa Megan Markle.
Luego de su trabajo en Jackie (2016), donde dio un espacio a la vida de la exprimera dama de Estados Unidos, Jackie Kennedy –también cargada de soledad, tormentos, y la inesperada muerte de su esposo, el expresidente John F. Kennedy–, ver Spencer es una pintura diferente, aunque se sienta “el velo de la tragedia en cada escena”, según indicó el crítico de cine para Indiewire, Ben Croll: “A pesar de todos sus impresionantes cambios formales, el aura de fatalismo repetitivo y de notas sobre un tema de la película puede desgastarse con el tiempo, que es en gran parte el punto”.
“En ese sentido, Larraín muestra sus cartas en una escena tardía y bellamente interpretada entre Stewart y Hawkins que ofrece –con su cambio de escenario–, un cambio de ritmo, una explosión de luz y calidez humana”, apuntó. A medida que Spencer permanece dentro de ese ritmo más alegre a lo largo de sus momentos finales, irónicamente revela la gran tragedia de la figura: que había otro tipo de mundo abierto para Diana, otro tipo de vida posible para ella desde el principio.