Colores suaves

E res de las que se visten en pasteles y ven todo de color de rosa? ¿Estás segura de que esos colores te quedan bien? Te tengo noticias....

E res de las que se visten en pasteles y ven todo de color de rosa? ¿Estás segura de que esos colores te quedan bien? Te tengo noticias. En materia de color, las intensidades pesan mucho. Supongamos que una chica de piel muy blanca y ojos claros con cabello color miel y reflejos rubios se pone un top rosa bebé. Y otra chica de piel oliva o beige oscuro, ojos chocolates y cabello negro se pone el mismo top en fucsia?

Ambas tienen puestos colores de la misma clase: los rosas que derivan a fucsias, una misma familia. Pero la rubia es delicada en su coloración natural y se ve delicada, suave y equilibrada en rosa, mientras que en fucsia se ve algo dramática. La pelinegra se ve bien de rosa bebé, pero espectacular en fucsia. Se trata de equilibrio: mezcla suave de tonos de ojos, piel y cabello requiere tonos delicados para que la belleza de la persona no sea opacada por el color. El contraste intenso de piel, ojos y cabello oscuros requiere la intensidad de tonos con más fuerza. Esto sucede entre el verde caña y el verde olivo, el melocotón y el terracota, el celeste bebé y el azul eléctrico, etc. Misma gama, distinta intensidad.

No siempre los contrastes destacan la belleza de una persona. Que una chica de piel negra se ponga un top blanco tiza o amarillo pollito no significa que se vea bella, solo hay un contraste interesante. Si observamos mejor, quizás veamos que ella tiene colores que la hacen ver mucho más bonita.

Tips:

Los chales son la mejor arma para autoexaminarse: ve a una tienda y prueba con varios, póntelos como te los pondrías en la iglesia durante una boda: cubriéndote hasta el cuello. Mira tu rostro. Con el color adecuado, tus ojos se iluminan y tu rostro se pone como si te ruborizaras. Con el color adecuado, parece que sonríes aunque no lo hagas. Con el color adecuado ves menos líneas de expresión o arrugas en tu rostro.

Recuerda que la intensidad y los contrastes tienen también su hora y ocasión. El rosa para el día y el fucsia o rojo para la noche, por ejemplo.

Si tienes en tu closet alguna prenda que nunca usas porque no te convence el color, acéptalo: jamás la usarás. Internamente nuestro sentido de la estética es muy preciso. Regálala y comienza a comprar con cuidado: obsérvate y observa lo que los colores pueden hacer por ti para bien, para mal, o para mejorar.

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