Viajar con mascotas: una ola que transforma la movilidad en Panamá

  • 20/12/2025 00:00
El auge del turismo con mascotas se consolida en Panamá y América Latina como una tendencia impulsada por la humanización de los animales de compañía, la movilidad global y la creciente conciencia sobre el bienestar emocional

Viajar ya no es una experiencia exclusiva de las personas. En Panamá y en buena parte de América Latina, los aeropuertos, aviones y servicios migratorios se están adaptando a una realidad que crece a un ritmo acelerado: las familias ahora vuelan con sus mascotas. No solo por necesidad logística, sino por vínculo emocional, bienestar animal y una nueva concepción de lo que significa “hogar” en tiempos de movilidad global.

Panamá, con su posición estratégica y su densidad de multinacionales, se ha convertido en un punto neurálgico de esta tendencia. Y en ese mapa emergen expertos que están redefiniendo la forma en que viajan los animales de compañía, fusionando expertise logístico con sensibilidad humana.

En 2024, el mercado global de servicios de viajes para mascotas (pet-travel services) fue estimado en $2.4 mil millones, y se proyecta que crezca hasta cerca de $3.9–4.3 mil millones hacia 2030–2033, según detalla Grand View Research, en el informe ‘Pet Travel Services Market (2025 - 2030)’.

Este crecimiento refleja la demanda ascendente de dueños de mascotas que optan por trasladar a sus animales consigo, ya sea en mudanzas internacionales, viajes familiares o vacaciones, lo que convierte al “turismo con mascotas” en un segmento en plena expansión global.

Además, encuestas recientes muestran que un porcentaje elevado de dueños incorpora a sus mascotas en sus planes de viaje: por ejemplo, en Estados Unidos, alrededor del 78% de propietarios de mascotas viajan con ellas cada año.

El aumento sostenido en la “humanización” de las mascotas, muchas veces consideradas miembros de la familia, impulsa la demanda de servicios especializados, como traslado seguro, veterinaria preventiva y asesoría documental, convirtiendo el transporte de éstas en una necesidad creciente para familias globales en movilidad, así lo registra Global Market Insights en el reporte ‘Pet Travel Services Market Size’, publicado en 2025.

Una vida en logística que terminó moviendo corazones

Para Jeannine Rivas, fundadora de ViPet Live Animal Logistics Services, la logística es un lenguaje que dominó durante más de dos décadas en corporaciones multinacionales en México, Costa Rica y Panamá. Pero su salto al mundo animal nació de algo mucho más íntimo: observar cómo cientos de expatriados llegaban al país con sus mascotas sin saber qué hacer frente a normas sanitarias, aerolíneas restrictivas y trámites complejos.

“La logística no se trata solo de mover productos; se trata de mover vidas”, afirma. Esa convicción la llevó a crear la para una necesidad real. Hoy, ViPet opera en Panamá, Costa Rica y México, con el fin de reducir al máximo el estrés de cada familia.

Diversas investigaciones respaldan que viajar con mascotas tiene efectos psicológicos significativos en los seres humanos. Un estudio publicado por Human–Animal Interaction Bulletin (American Psychological Association) señala que la presencia del animal durante situaciones de cambio como mudanzas, vuelos o procesos migratorios, reduce los niveles de cortisol y estabiliza la respuesta del sistema nervioso ante el estrés. Según este mismo cuerpo de investigaciones, las mascotas actúan como “reguladores emocionales” naturales: favorecen la sensación de seguridad, disminuyen la ansiedad anticipatoria y fortalecen la percepción de control en escenarios que suelen generar tensión, como los aeropuertos y las conexiones internacionales.

El servicio que no existía: travel concierge + veterinaria preventiva

Rivas detalla que ofrecer un servicio integral y exclusivo que combina expertise logístico, gestión documental completa y veterinaria preventiva, además de un acompañamiento VIP en cabina cuando el cliente lo solicita, es necesario en un mercado con demanda constante. “Nos encargamos de coordinar rutas, horarios, aerolíneas, escalas, certificados, permisos, microchips, vacunas y test serológicos. Y si la familia lo desea, un handler certificado viaja con la mascota durante todo el trayecto”, explica Rivas.

La promesa es simple y poderosa: cero estrés para el dueño, máxima seguridad y bienestar para la mascota.

Un mercado que explota en América Latina

La movilidad humana ha cambiado y con ella, la movilidad animal. Según Rivas, hay cuatro fuerzas empujando esta tendencia: las mascotas son ahora hijos emocionales para millones de familias; el auge del talento internacional hacia Panamá trae consigo traslados corporativos con animales; la conciencia sobre bienestar animal exige opciones más seguras que la simple carga aérea; los procesos migratorios son cada vez más estrictos y costosos si se comete un error.

“La mascota dejó de ser un accesorio; hoy es parte esencial del núcleo familiar”, subraya la fundadora de ViPet.

De acuerdo con la organización Mental Health America, tener un compañero animal, aporta numerosos beneficios para tu salud mental y física. La convivencia con mascotas brinda consuelo, genera felicidad y te ayuda a mantenerte más calmado y relajado. “También puede reducir el estrés y aliviar los síntomas de diversas condiciones de salud, tanto mentales como físicas”.

Por otra parte, en los últimos 12 meses, ViPet ha visto un crecimiento significativo en tres segmentos: expats corporativos de multinacionales, nómadas digitales que viajan con sus mascotas y panameños que vacacionan con sus pets en Norteamérica y Europa.

A esto se suma un endurecimiento de las regulaciones en aerolíneas europeas y destinos como la Unión Europea, Reino Unido y Emiratos Árabes, lo que aumenta la demanda de asesoría profesional.

Todo indica que Panamá, por su conectividad aérea y ecosistema logístico, está llamado a convertirse en el hub de movilidad animal de la región.

Detrás de cada viaje, una historia

Entre los casos más emotivos que ha vivido el equipo de ViPet está el de Coffee, un pequeño Shih Tzu que debía reencontrarse con su familia en Suiza. Tres meses en Panamá, entre cuidados diarios, atención veterinaria y videos enviados a sus dueños en Europa, terminaron en una escena inolvidable: dos niños corriendo hacia su perro en la estación de tren de Lausanne después de meses separados.

“No trasladamos mascotas: reunimos familias”, dice Rivas conmovida. Una frase resume el corazón del negocio.

Cada viaje comienza con un ‘mapeo regulatorio’ por país, ruta y aerolínea, y continúa con decisiones orientadas al bienestar del animal: rutas con menos estrés, transportines aprobados por IATA, preparación previa con hidratación y caminatas, y en el caso del servicio VIP, un asistente veterinario monitoreando ansiedad, temperatura y descanso en tiempo real.

La empresa recomienda tres claves esenciales para quien desea viajar con su mascota: planificar con 30 a 60 días de anticipación; verificar la regulación específica del país de destino; elegir la aerolínea adecuada según tamaño, peso y necesidades del animal.

Para Jeannine Rivas, el futuro del sector es claro: digitalización total de trámites, cabinas especializadas en aviones, seguros veterinarios internacionales, regulaciones más estrictas y servicios de concierge vinculados a bienestar preventivo.

“En los próximos 5 a 10 años, veremos una transformación completa. Y Panamá tiene todo para liderar esta revolución”, afirma.

Un fenómeno emocional, económico y cultural

El auge de viajar con mascotas ya no es una moda: es un reflejo de cómo la región entiende hoy el amor, la familia y la movilidad. Cada perro o gato que vuela con su dueño cuenta una historia de apego, identidad y pertenencia.

Además, reportes del Human Animal Bond Research Institute (HABRI) indican que el 74% de los dueños afirma que su salud mental mejora cuando viaja o se desplaza con su mascota, y más del 80% declara sentirse acompañado y emocionalmente sostenido durante trayectos largos. La explicación es clara: los animales facilitan la producción de oxitocina, hormona asociada al bienestar y al apego, y contribuyen a mantener la estabilidad emocional en momentos de transición.

Para familias globales, profesionales expatriados o personas que enfrentan cambios vitales drásticos, viajar con su mascota no solo es un acto logístico: es un ancla emocional comprobada que reduce la sensación de soledad, mitiga el estrés y fortalece la resiliencia psicológica.

En una región donde la migración es parte del ADN social, las mascotas se han convertido en anclas afectivas que acompañan cada transición, visiones como la de Rivas y su equipo están abriendo el camino para que ese viaje sea seguro, humano y digno.

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