La consagración definitiva

Actualizado
  • 16/10/2013 02:00
Creado
  • 16/10/2013 02:00
PANAMÁ. La obra de Alfonso Cuarón es ecléctica y se hace difícil encontrar un patrón a lo largo de sus películas. No es fácil tampoco de...

PANAMÁ. La obra de Alfonso Cuarón es ecléctica y se hace difícil encontrar un patrón a lo largo de sus películas. No es fácil tampoco decir en qué lugar de la industria está ubicado. Por un lado, parece asimilado por Hollywood, sobre todo en sus últimas producciones. Pero, al mismo tiempo, mantiene fuertes vínculos con el cine mexicano.

Sus primeras dos películas, Solo con tu pareja (1991) y La princesita (1995), le alcanzaron para llegar a Hollywood por la puerta grande. Algunos años después, y ya habiendo demostrado que estaba listo para contar buenas historias, surgió la adaptación moderna de Grandes esperanzas (1998), con Ethan Hawke y Gwyneth Paltrow. No fue su mejor película, pero ya se podía apreciar el gran trabajo de fotografía de Emmanuel Lubezki.

Y tu mamá también (2001), su siguiente película fue grabada íntegramente en México y renovó sus posibilidades de volver al mercado norteamericano. Después de su nominación a mejor guión original en los Óscar por esa película, comenzó Harry Potter y el prisionero de Azkabán (2004), considerada por muchos como la mejor película de esta saga. Y dos años más tarde llegó la ambiciosa Niños del hombre (2006). Con Gravedad, Cuarón logró su consagración definitiva.

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