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- 18/09/2024 00:00
- 17/09/2024 18:12
Tras siete años desde su creación, el Patronato del Teatro Nacional de Panamá dará inicio a su primer montaje, Come From Away, una producción que relata los sucesos reales ocurridos en Gander, Canadá, durante los días posteriores a los ataques terroristas del 11 de septiembre. El escenario panameño que ha albergado obras como Mamma Mía, 1903 y Grease contará con la dirección de Malky Zebede y César Robles, la coreografía de Eileen FulaFlow de Icaza, la dirección de orquesta de Eduardo Charry y la dirección musical de José Pepe Casís y Diana Durán.
“Hasta el momento solo habíamos realizado coproducciones. Invitábamos a otra productora que se encargaba de levantar una parte del proyecto y nosotros completábamos la otra parte”, informó a La Estrella de Panamá el director artístico César Robles, desde el Teatro Nacional. “Esta es la primera vez que el patronato trabaja por sí solo para presentar una obra”.
Come From Away se estrenará el 24 de septiembre y estará en cartelera hasta el 6 de octubre. En su escenario serán 12 artistas principales encargados de brindar vida a tres o cuatro personajes cada uno en una sola escenografía que se utilizará a lo largo de la obra.
“Este año, el tema que manejó el Teatro Nacional en sus presentaciones fue la conexión humana. Por ende, Dear Evan Hansen retrata el aspecto familiar y social y Come From Away trata sobre la conexión comunitaria. El próximo año nuestro concepto apuntará a los textos panameños”.
Al ser esta la primera obra del patronato del Teatro Nacional, el diario quiso indagar más a fondo sobre la entidad, sus inicios y planes futuros.
Hace 120 años se fundó el Teatro Nacional, que ha pasado por cuatro grandes remodelaciones, en 1940, 1970, 2003 y 2015. “Los dos últimos años mencionados se trataba de restauraciones de emergencia”.
En 2015, los bomberos y miembros de la Sinaproc declararon que el edificio no estaba en condiciones de ser ocupado. En ese momento se inició un proceso para recaudar fondos que garantizaran la remodelación del Teatro Nacional. En 2017, Janelle Davidson, en aquel momento directora del Instituto Nacional de Cultura (INAC), obtuvo los fondos necesarios para que el proyecto avanzara.
“La restauración fue pagada por el Estado como parte del primer préstamo de interés cultural con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)”, explicó Robles. “La condición era de que todo lo que se invirtiese debía estar administrado por un patronato que vele por la constancia del programa”.
El 20 de abril de 2017, mediante la Ley 16, se crea el Patronato como una entidad jurídica de interés público y social, sin fines de lucro y con patrimonio propio.
Su junta directiva ha pasado desde entonces por diferentes cambios. De momento está formada por nueve miembros con representantes de MiCultura, la Alcaldía de Panamá, la Autoridad de Turismo de Panamá, la Comisión Nacional de Monumentos Históricos, Fundamorgan y cuatro miembros bajo título personal.
“En 2019, al abrir nuevamente, realizamos un estudio de cómo debe funcionar correctamente el Teatro Nacional. Contactamos a grandes teatros alrededor del mundo como el Teatro Mayor de Bogotá, Kennedy Center, Lincoln Center, Warner Theater y el Gran Teatro del Liceo en Barcelona para entender cómo atendían el manejo al público, temas técnicos y demás”, mencionó.
“No entendían cómo un edificio que cuenta con más de 100 años de historia estuviese en estas condiciones”, agregó.
El director artístico atribuyó parte del deterioro de la edificación al uso abusivo que se le daba al Teatro Nacional y la falta de fondos que garantizaba su mantenimiento. “El teatro se utilizaba indiscriminadamente y podía gozar de su infraestructura quien deseara. Eso ocasionó mucho deterioro, porque quien lo usaba no se ocupaba de su mantenimiento. Se tenía esta idea que el Estado asumía el costo por uso, pero nunca ha sido así”, apuntó.
“Lo que ocurría previo a nuestra participación era que el Teatro Nacional se encontraba bajo la dirección del INAC (ahora MiCultura). Cuando se divide la repartición de presupuesto y tiempos de ejecución, el lugar se mantenía al final de la escala, lo cual no garantizaba su cuidado”.
Robles añadió que durante el gobierno pasado hubo mucha resistencia al querer implementar reglas estrictas que redujeran la cantidad de personal que se podía presentar en el teatro. “Tomó tiempo que las personas entendieran que estas normas estaban siendo creadas para garantizar el bienestar del edificio y por ende nuestro patrimonio”.
Se prohibió entonces la organización de graduaciones y presentaciones de academias. “Tratamos de buscar una oferta balanceada para todos los gustos, pero siempre manteniendo como prioridad el cuidado del recinto”.
Una de las medidas que el Patronato ha implementado desde su conversación con los teatros internacionales, es la programación temprana. El Teatro Nacional ya se encuentra a la espera de confirmación de fechas de su calendario 2025. “Desde hace dos años comenzamos a presentar nuestra cartelera al público. Nuestro interés es crear paquetes de compra de boletos por la cantidad de obras que una persona desee ver en el año y así las puede adquirir con antelación”.
La programación temprana no solo es un estándar en la industria internacional, sino que “garantiza en un futuro, intercambios de proyectos con otros países. Esto puede generar una mayor proyección para los profesionales de Panamá”.
Robles añadió que las obras musicales lideran la lista de mayor interés entre la audiencia ya que atraen un alto número de espectadores. “Un musical puede durar dos o tres semanas, una función de ballet de cuatro a cinco días y una presentación de música clásica dura máximo dos días”.
El patronato se ha enfocado en trabajar con productoras pequeñas que no presenten un alto costo de patrocinio. De esa forma se logra mantener una variedad de presentaciones como monólogos y obras basadas en premios literarios como Casi Normales.
El director artístico explicó que el patronato se encuentra en la formación de talleres que eleven el estándar profesional de las personas dentro del sector artístico. Sin embargo, no se refieren a clases de actuación porque “nuestro interés es complementar, no generar competencia”.
“Estamos enfocados en llenar los vacíos que hay en la formación de las personas y así poder atacar esas necesidades. Hemos trabajado con el Ministerio de Cultura para lanzar un taller sobre proyección escénica. También se desea enseñar sobre presentación de proyectos y manejo de entrevistas”, explicó.
“Esto puede generar una nueva ola de artistas no solo encima de un escenario, sino al momento de presentar correctamente una idea y manejarse en el mundo profesional”, añadió.
Para garantizar el cuidado y falta de deterioro del Teatro Nacional, el patronato ha estipulado un periodo de 30 días al año en el que el edificio cesa operaciones y se realizan los debidos arreglos y limpieza profunda.
Explicó que “solía ser en enero pero con la ATP nos dimos cuenta de que dicho mes representaba un alto flujo de turistas en el Casco Antiguo que podían disfrutar de una presentación”.
Por ende, han decidido que el 2025 será el primer momento en que el teatro deje sus puertas abiertas al público durante sus primeros 31 días y luego estipular una siguiente fecha para cumplir con las debidas tareas.