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- 09/11/2014 01:00
Según las estadísticas oficiales de Panamá, aproximadamente una de cada cuatro parejas de las que contraen matrimonio en la República optan por el divorcio en algún momento del mismo. Esta tendencia se traduce en cerca de 4 mil casos anuales, en los que diversas causas dan al traste con el amor y la pasión iniciales.
Entablar una relación ya no es sinónimo de tener que pasar por una iglesia o juzgado para formalizarla. De hecho, las uniones toman cada vez mayor presencia en la sociedad panameña. Independientemente de la modalidad elegida, lo que es común a ambas son los problemas que a largo plazo se pueden presentar entre los miembros, ya sean sentimentales, de convivencia, o fidelidad.
CAER EN LA RUTINA
Por mucho que disfrutemos de realizar una determinada actividad con nuestra pareja, si siempre la ejecutamos del mismo modo sin poner atención a variar los detalles, corremos el riesgo a la larga de caer en el aburrimiento. Haciendo un sencillo símil, nos puede encantar comer un determinado platillo en un restaurante, pero si lo acabamos tomando como una costumbre, a buen seguro después de unas semanas o meses ya no sentiremos el mismo deseo ni satisfacción por hacerlo. Y es que no hay nada peor en una relación de pareja que la monotonía, la falta de improvisación, el no variar los tiempos y lugares. Aunque a veces la planificación es impuesta por las mismas necesidades, en otras oportunidades hay lugar para la espontaneidad y la sorpresa.
Otro ejemplo: es probable que nuestra pareja sea el tipo de persona que aprecia los ramos de flores, pero no sería muy acertado ofrecer el mismo regalo cada día de los enamorados. En el fondo a las personas les gusta sentirse importantes, que su pareja ha pensado en hacer algo especial y único para ellos.
EL ARTE DE LA SEDUCCIÓN
Sin lugar a dudas que todo el que haya estado enamorado ha experimentado sentimientos muy fuertes, llegando incluso a sentir que ‘tiene mariposas en el estómago’. En esos momentos el individuo es capaz de realizar los más inverosímiles actos con el objetivo de llamar la atención de la persona amada, llegando a escribir notas, poesías, e incluso canciones.
Uno de las problemas más frecuentes que experimentan las parejas en crisis es la pérdida del romanticismo. Toda la inventiva y pasión que ponemos en los momentos iniciales se diluye como si una vez logrado atraer la atención de la otra persona, y establecida una relación con carácter de permanencia, no hubiera ya necesidad de mantener esa atracción.
Las relaciones de hecho, sin papeles, tienen la ventaja de que se asemejan más a un noviazgo continuo, por lo que cada vez un mayor número de personas opta por esta vía. El matrimonio sigue siendo una opción muy respetable, pero para muchas parejas el verdadero compromiso de amor y fidelidad no nace de la firma de unos papeles legales, sino del convencimiento de que se quieren y no necesitan de nada ni nadie más en su relación de pareja.
POTENCIAR LA COMUNICACIÓN
Con el paso del tiempo, surge la introspección y la incomunicación, ya que las personas suelen sentir que ya a su pareja no le interesan las cosas que le suceden. Inclusive pueden evitar los comentarios acerca de situaciones que puedan originar discusiones y ser la raíz de graves problemas a futuro.
Ello es totalmente contraproducente para mantener una óptima salud de pareja, por cuanto esos temas que no se comentan y aclaran en el momento pueden pasar de algo sin importancia a una cuestión compleja.
Aunque las múltiples ocupaciones de la vida diaria constriñen nuestro tiempo libre, es necesario buscar el momento propicio y mantener la predisposición para saber escuchar y comprender lo que nuestra media naranja anhela transmitir.
Aunque dos personas se puedan amar mucho, si dejan de decírselo a la larga se puede afectar a la relación. Siempre es lindo escuchar un ‘te amo’, y nunca está de más. Hay que decirse los sentimientos mutuamente a diario porque, uno nunca sabe cuándo será la última oportunidad que tendrá de hacerlo. La vida no es eterna, y hay que avanzar en la relación un día a la vez, aportando cada día algo nuevo, fortaleciendo esa unión y alimentando el fuego de la pasión.