Cuando la ansiedad fractura la familia

Actualizado
  • 27/04/2016 02:00
Creado
  • 27/04/2016 02:00
Los trastornos de ansiedad afectan a la familia, pueden forjar adolescentes y padres controladores o hijos e hijas sobreprotegidos

La ansiedad es una sensación o estado emocional normal ante determinadas situaciones y constituye una respuesta habitual a diferentes momentos cotidianos estresantes. Sin embargo, cuando hay un trastorno de ansiedad, la situación se vuelve crónica, es decir, persiste aun cuando no haya motivos para sentirla, es aquí donde afecta el círculo familiar o social.

Los trastorno de ansiedad son considerados como una alteración mental prevalente en la actualidad, pues engloba varios cuadros clínicos, provocados por diversos factores. Las personas que han sufrido abandono físico o emocional (sus tutores se dedicaron a suplir únicamente lo material), maltrato emocional o físico, pérdida del padre o la madre durante la infancia, que han estado expuestos al peligro o ambientes difíciles o que no se hayan sentido seguros o protegidos tienen dificultad para ver la realidad del presente, y presentan trastornos de ansiedad, explica la Anelisse Dutari Moreno, psicología y terapeuta familiar.

‘Esto ocurre de manera inconsciente en la parte del cerebro activada por la ansiedad. El cerebro se mantiene en un estado de alerta', dijo la profesional.

PAREJA, AFECTADA O FORTALECIDA

Si el estado de ansiedad se generó desde la infancia y no fue tratado, de seguro será ‘compartido' con la relación. Obviamente, la pareja no debe desentenderse del problema de ansiedad de quien tiene a su lado, pero sí procurar que las consecuencias del trastorno emocional no afecte la convivencia.

LINA RÍOS
PSICÓLOGA CLÍNICA

‘Aunque es una situación negativa, el trastorno de ansiedad puede fortalecer una relación, pues puede ser el medio para conocerse y unirse más'

El impacto del trastorno mental puede tomar dos direcciones: destruir o fortalecer la relación.

La persona con el trastorno es muy probable que sea controladora con su pareja. El o ella desea saber siempre, cómo está, dónde está, cómo le va, que se alimente con lo que el o ella cree necesario, que tome la ruta que considera menos peligrosa, que mire bien antes de cruzar la calle por citar unos ejemplos.

‘Esto no es amor, es angustia; pues la persona está llena de miedos y siempre piensa que algo puede salir mal', explicó la psicóloga clínica Lina Ríos.

El deseo de tenerlo todo bajo control y una percepción pesimista y negativa del día a día dominan a la pareja con el trastorno. ‘Varios aspectos surgen, por ejemplo, si llama constantemente y no contesta puede abrir puertas a los celos', aseguró Ríos.

Regularmente, quien padece el mal no lo sabe. En una relación, con ayuda de profesionales, la pareja puede y debe ayudar a ese ser amado. ‘Paciencia y constancia' son la clave, además de ‘disposición para escuchar' lo que se desee compartir del pasado.

‘Aunque es una situación negativa, el trastorno de ansiedad puede fortalecer una relación, ya que puede ser el medio para conocerse y unirse más', afirmó Ríos.

LA HIPERPATERNIDAD

El trastorno de ansiedad ‘con los hijos se intensifica porque hay autoridad'.

Si durante la infancia hubo carencia afectiva, los padres no ejercieron su rol de protector como debían, se padeció de alguna situación que causó ‘miedo o mucho dolor y no se trató, de seguro habrá un modelo de hiperpatenidad ‘, señala Dutari.

‘La hiperpaternidad es criar a partir de la ansiedad', explicó. ‘El padre o la madre deposita su ansiedad en el niño o niña por temas ocurridos en el pasado, situación que denominamos ‘proyección'. Proyecta en su hijo o hija su situación no conclusa'.

Como padres, hay que cuidar a los hijos e hijas, pero hay una línea muy delgada entre cuidar y sobreproteger. ¿Cómo saber de qué lado de la línea se está?

La profesional explicó que el enfoque en la situación determinará si hay o no hiperpatenidad. Si el padre o la madre está enfocado en lo que el niño realmente necesita para su bienestar o en lo que ellos como padres necesitan para estar tranquilos.

Un modelo de hiperpaternidad está caracterizado por la excesiva preocupación del padre o madre. ‘Absorben a sus hijos, quieren controlarles todo, prepararles todo, mandarlos hasta con casco si es posible a jugar, no quieren que se hagan ni un solo rasguño, no le dan respiro', aseveró Ríos.

Por su parte, Dutari manifestó que evitarles frustración, dolor, equivocarse (lo que hace un padre sobreprotector) es un error, porque esto es parte esencial en el crecimiento y desarrollo de las personas.

Las consecuencias son profundas. ‘Les transmiten al infante que el mundo es peligroso y crece con ese mensaje. Le cuesta confiar en los demás y en sí mismos, le cuesta tomar riesgos. El mensaje es, ‘tú no puedes, no tienes la capacidad me necesitas a mí para protegerte de este mundo', señaló Dutari.

Se forman jóvenes que ‘ante cualquier adversidad ceden y no son capaces de resolver problemas pues no aprendieron a explorar ni equivocarse'.

A la hora de formalizar relaciones existen dos probables vías. El joven bajo los efectos de la hiperpaternidad elegirá una pareja autoritaria para que siga el rol del padre o madre o será controlador, tomará él el lugar del sobreprotector.

El problemas es que la sobreprotección está bien vista socialmente. La sociedad espera que los hijos e hijas están ‘muy bien cuidados' y las secuelas se ven en la adolescencia. Jóvenes rebeldes que no quieren asumir responsabilidades, explicó Dutari.

Si bien es cierto estás conductas usualmente se dan de manera inconsciente, la clave para no caer en este error o identificarlo y salir de el, está en la autoevalución que deben hacerse los padres. ¿Quiero ser un padre perfecto, o quiero cubrir las necesidades de mi hijo, quiero estar tranquilo yo, o buscar el bienestar de mi hijo? Las respuestas darán un balance de su situación, dijo Dutari.

Ante cuadros de trastorno de ansiedad, las psicólogas recomiendan buscar ayuda profesional y evitar afectar a la familia.

Lo Nuevo
Suscribirte a las notificaciones